4 Ser fuerte

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Tarde o temprano Samuel se presentará en mi puerta, lo sé, es cuestión de tiempo, así que hago caso a la insistencia de Jude y alisto mis cosas para irme temprano a casa e ir al evento de la administración. Un poco de distracción quizá me sirva para despejar un poco mi mente de lo que me ha estado atormentando desde que lo volví a ver.

Al salir de mi oficina, me encuentro con Raymond en la tienda.

—Hola, Ray —saludo tratando de sonar relajada.

—¿Ya vas a hablar conmigo? ―pregunta a modo de reclamo―. Llevas dos días evadiéndome.

—No te ofendas Ray, pero no eres el único que quiere hablar conmigo ―respondo encogiéndome de hombros.

—Lo sé, pero si no me escondieras lo que está ocurriendo contigo, no te haría esa pregunta.

—No te he ocultado nada. Te lo dije —aclaro quitándome del pasillo para que pase un cliente—. Ese hombre está aquí, insistiendo en querer darme una explicación.

—¿Después de tanto tiempo? ¿No crees que esté buscando algo más?

—No lo sé, ya le he dado muchas vueltas al asunto.

—Vamos a desayunar juntos y te planteo lo que pienso.

—Está bien.

—Genial. Otra cosa, los chicos van a tocar el próximo fin de semana en un bar. ¿Quieres venir?

—Claro que sí.

—¿Pero qué es esto? ―chismorrea mi amigo con un tono juguetón mirando sin disimulo por encima de mi hombro―. Tienes un admirador.

—¿Tú también? ―inquiero con fastidio―. Dame motivos para no suponer que has estado hablando con Susan. Él me agrada, de verdad me cae bien, pero le he dejado claro que no me interesa.

—¿Segura de que hablamos de la misma persona? —inquiere ladeando la cabeza sembrando curiosidad en mi interior.

Volteo hacia donde Ray tiene la mirada fija para averiguar de qué me habla, y veo al ojiazul disimulando leer la sinopsis de un libro.

—No puede ser cierto ―susurro regresando la mirada hacía Raymond.

—¿Por qué te pones nerviosa? —pregunta con diversión―. Ese sujeto no tiene pinta de ser algún tipo de amistad de Susan.

—No es un admirador —aclaro mentalizándome de que no debo mirarlo—. No digas tonterías. Y no estoy nerviosa.

—No son tonterías. Estaba mirando hacia acá, y claro que estás nerviosa ―garantiza con seguridad.

—Deja de ser tan metiche y ve por tus cosas, te espero afuera, si en cinco minutos no sales alcánzame en el café —digo sonriendo y me encamino a la salida

Ese hombre... ¿Qué pretende? Su actitud comienza a terminar de convencerme de que todos son iguales.

¿Qué hace mirándome cuando tiene una esposa y un hijo esperándole en casa?

Descarado. Pff...

Doy un suspiro, porque es un descarado, sinvergüenza, y endemoniadamente atractivo.

Evito seguir pensando más en el asunto y mejor me voy al Starcoffee.

Evito seguir pensando más en el asunto y mejor me voy al Starcoffee

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Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora