41 Con todo

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Llegar al Mall me trae recuerdos de aquellos días, cuando andaba apresurada en los pasillos para llegar a tiempo a los desayunos con las chicas.

Sin dejar de caminar, observo algunas cámaras y el rostro de David se me viene inmediatamente a la cabeza.

Busco con la mirada a mis amigas, se encuentran conversando y riendo en el mismo lugar donde salí por primera vez con Shane. Sí, en donde venden esos waffles deliciosos.

Saludo a las chicas y ordeno solamente una malteada de vainilla.

—¿Cómo te has sentido, Regina? —pregunta Jude.

—Es curioso, pero de maravilla.

—¿Segura? —inquiere Rose.

—Claro, sé que me veo demacrada, pero ya se me pasará el semblante.

—Regina, voy a divorciarme —anuncia Rose sin titubeos, muy orgullosa de su decisión.

—¿Es definitivo? ―pregunto.

—Completamente. El hijo de esa perra, es de él.

—¿Él te lo dijo? ―inquiero sorprendida.

—Sí. Y no pienso perdonarlo. Quiero divorciarme.

—¿Vas por todo? —cuestiono.

—¿Puedo quitarle todo? —pregunta interesada.

—Depende de qué término legal están casados. Aunque, si lo que mencionas es cierto y el niño es de Tom, ella puede usarlo a su favor.

—¡No voy a darle a esa perra tantos años de trabajo duro! —exclama indignada, pero se recompone enseguida—. Es una vividora.

—Pero el niño es una ventaja para ella. A menos que... —dejo las palabras al aire.

—Dilo, Regina —exige.

—A menos que Tom pelee por el niño.

—¿Él sería capaz de poner la cereza en el pastel?

—Vamos, Rose. Ese niño no tiene la culpa —interviene Jude.

—Así como tampoco es mi problema ―refuta con frialdad.

—Rose, ¿sabías que Caleb es maltratado por Susan? —cuestiono.

—¡¿Qué?! —preguntan ambas al unísono.

—Espera, ¿Caleb? ¿Cómo es que sabes eso?, ella nunca lo mencionó.

—Pues así se llama. Hace unos meses fui a un partido de lacrosse donde participó Liam, el hijo de David.

—Eso sí lo sabía que compartían en el mismo grupo.

—Pues ella quería obligar al niño a darle un emparedado con mantequilla de maní a Liam.

—¿Liam es alérgico? —inquiere Jude y asiento—. Santo cielo, y también es asmático. Imagina lo que hubiera pasado. Liam también tuvo un ataque grave de asma porque no tenía su inhalador.

—¿Esa perra es capaz de eso? —pregunta Rose alarmada.

—Y más. Liam me llegó a mencionar que, un amigo de él, siempre llegaba golpeado a clases, e inventaba excusas de que se había caído y cosas por el estilo. Pero estoy segura de que es su madre quien lo maltrata, porque aquella ocasión del emparedado, escuché cómo ella le pegó.

—No puede ser, es que esa mujer está loca —agrega Jude—. Nada más es un niño.

—Rose, ¿qué opina Tom sobre Caleb? —Me atrevo a preguntar al tiempo que una chica trae mi malteada para después retirarse.

Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora