10 Épocas de antaño

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Camino directo a la cocina aún adormilada mientras ato mi cabello en una coleta alta haciendo un moño.

Vierto agua en la cafetera, unas cucharadas de café y la enciendo.

Me recargo en la encimera cruzándome de brazos esperando que esté listo. De pronto el parpadeo de la luz verde en el celular llama mi atención, por lo que me acerco a tomarlo de la mesa.

Tengo un mensaje de Samuel diciendo que vendrá a verme. Y es que ayer, después de intentar distraerme con el trabajo, llegué a casa fastidiada de no poder apartar mucho la conversación que tuve con él. Escuché cuando tocaron a la puerta, pero sabía que era él, así que, ni me molesté en levantarme de la cama.

Le miento respondiendo que no me encuentro porque salí muy temprano.

Jude también me ha dejado un mensaje para recordarme que me invitó a comer, y de eso no me puedo librar.

Antes de que deje el celular en la encimera, entra una nueva notificación. Número desconocido, pero se alcanza a leer: Hola, soy Shane.

No sé por qué motivo me quedo viendo la notificación por unos segundos. El café comienza a caer en la jarra de cristal haciendo que aparte la vista del dispositivo. Lo dejo a un lado y me dispongo a buscar una taza en la alacena. Tras prepararlo, procedo a tumbarme en la sala para hacer zapping en la televisión, buscando algo que pueda entretenerme. Lo dejo en un concurso de cupcackes, pero las llamadas insisten en el telefono. Observo con fastidio el teléfono que vibra sin parar sobre la encimera de la cocina, hasta que deja de hacerlo.

Dejo escapar un suspiro y vuelve a sonar.

—¡Qué fastidio! —exclamo recargando mi cabeza en el respaldo.

Un suspiro más y dejo la taza sobre la mesita de centro para después levantarme como si el cuerpo me pesara bastante.

Tomo el celular y contesto.

―Hola.

―¿Dónde estás? —pregunta Raymond al otro lado de la línea.

―En casa.

―¿No piensas venir?

―La verdad es que no. Pienso tomarte la palabra, y no iré —anuncio, regresando al sofá—. Arreglé todo ayer para tomar vacaciones urgentes. No tuve problema con eso porque no tengo pendientes.

―Estupendo.

―¿Verdad que sí?

―Sí. ¿Qué harás con tus vacaciones?

―He estado pensando en ir a probar clases de baile —digo con una sonrisa ligera en mi rostro tras recordar que era un pasatiempo que disfrutaba con Mina.

Debo llamarla.

―Eso estará genial. ¿Irás hoy con Jude?

―Sí. No puedo desairarla. Además, quiero ver a los chicos.

―Entonces diviértete, iré a verte en la semana.

―Bien.

―Descansa Regina. Cualquier cosa, ya sabes que cuentas conmigo.

―Gracias, Raymond.

―Gracias, Raymond

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Fue en un café | Bilogía Destino I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora