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IX: Los seres humanos amamos.

Haerin estaba emocionada.

Cuando entró a esa tienda llena de decoraciones para festividades, su corazón empezó a latir con mucha fuerza y la sonrisa en su rostro era imposible de quitar.

Tal vez era como si Haerin regresara a los días donde era una niña con ilusiones comunes de querer pasar el mejor cumpleaños de su vida como todos los niños de su edad querían. Se sentía igual de feliz, probablemente el doble. Y era increíble ver cómo no le importó ser una chiquilla de casi diecisiete años buscando globos y gorritos de cumpleaños.

—Ve con cuidado, Haerin-ah —advirtió su mamá detrás suyo.

La escuchó, pero no dijo nada y corrió al pasillo de globos para encontrar algunos que le gustaran, con colores que le llamaran la atención.

Danielle y Haewon se quedaron más atrás, estando mucho más tranquilas que Haerin.

—Es como una niña —suspiró su mamá. —Es mi niña.

Dani río y lo confirmó con un asentimiento de cabeza.

Ese era un momento ideal para indagar más en el rechazo que Haerin tenía con su cumpleaños y por qué ahora estaba tan emocionada. Danielle lo sabía, pero no específicamente.

—Haerin me dijo que algo pasó en un cumpleaños, por eso no le gustan estas fiestas —comentó Dani.

Haewon volteó a mirarla atentamente.

—¿Es algo realmente grave?

—Uh, un poco —contestó la mujer. —No fue algo de vida o muerte, pero sí le afectó mucho por cómo su papá dijo las cosas en ese momento y como toda la familia empezó a decir más cosas que eran hirientes.

Danielle recibía esa información para confirmarlo, y no es que quisiera ser tan insistente, pero le preocupaba la gravedad de ese inconveniente que seguía en el aire.

—¿Qué cosas dijo? —preguntó con una mueca.

Estaba insegura de seguir preguntando.

—Bueno, podríamos considerarlo como algo homofóbico —respondió. —Nunca la aceptaron y le decían cosas hirientes, haciéndola sentir como un error. De hecho, no pudimos tener navidades o años nuevos en familia porque a Haerin le daba mucha ansiedad y porque mi familia no aceptaba a Hae —explicó. —Yo no prioricé a mis parientes y quise cuidar a Haerin, entonces nunca le hice ninguna fiesta ni celebración desde ese cumpleaños porque ella realmente me pidió que no hiciéramos nada. No le gustaba y sentía que no merecía eso; todos decían que era un error.

La información se repitió otra vez y Danielle ya podía entender que era más fuerte de lo que imaginó. No es que creyera que Haerin exageraba porque era una estupidez siquiera imaginarlo, pero si le gustaba darse la idea de que la gravedad del asunto no era tan dañina. Ahora se daba cuenta que sí fue doloroso hasta para Haewon.

Danielle agachó la mirada y tragó, sintiendo cierto dolor en el proceso.

—El contacto con mis hermanas pude recuperarlo este año recién, pero debo admitir que yo no hablé con ellas por bastante tiempo —siguió hablando. —Ellas le decían cosas a Haerin y yo no lo iba a permitir.

Lo entendía mejor desde la perspectiva de la mamá de Haerin, y aseguraba que era hasta un poco más doloroso ver cómo ella hablaba de la situación. Además de cómo la cuidó por cosas que no podía controlar.

—Sabes, Dani, no lo digo por ser una mala madre o algo así —Danielle giró rápidamente para ver a Haewon. —Pero, sinceramente, yo nunca pensé que Haerin iba a tener novia e iba a tener la iniciativa por así decirlo, de mejorar su cabecita con tantas cosas que vivió.