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Sesión de fotos (03)

Diego

No se cuantas fotos llevamos hasta ahora pero es realmente ridículo y ya me hubiera quejado de no ser que me estoy divirtiendo y que veo a Tabika feliz por el resultado de las fotos.

Algo que me gusta es que Tabika y yo somos algo parecidos no solo en personalidad sino también en estilo, me gusta que me conoce lo suficiente y no me pone mucho maquillaje y literalmente toda la ropa que hay para el cambio de ambos consta de ropa de cuero negra y botas.

Somos los primeros en estar listos para las últimas fotos y me estoy muriendo de hambre, son casi las 3 de la tarde y nos pasamos aquí toda la mañana, menos mal ya terminamos y podemos irnos a comer.

— Diego...— Tabika llega a mi lado después de desaparecer un minuto y me extiende unas galletas que está comiendo— Te conozco, debes tener hambre.

— Excelente servicio— le quito todas las galletas en modo de broma pero no veo objeción de su parte.

Me acerqué y dejo un beso en su cien para luego sentarme con ella en mis piernas y comenzar a compartir las galletas entre ambos.

No éramos muy demostrativos en darnos afecto frente a otros, preferíamos ser reservados en cuanto a eso pero hay veces que solo queríamos estar así sin decir nada y ambos lo entendíamos.

— Quisiera ir un día a un concierto de Lana del rey, espero venga a México un día — me dice mientras revisaba su Spotify en su celular.

— Iría contigo.— le respondí simplemente y veo como sus ojos se iluminan con felicidad, es tan fácil leer lo que transmiten los ojos de Tabika.

— Yo te acompañaría a un concierto de Metallica— pasa una mano por mi cabello dejando caricias en este y no puedo evitar querer empujarla.

No me malinterpreten por favor, es que mi reacción ante su afecto es algo extraño porque me hace sentir cosas bien cabronas en el estómago y me cuesta no querer huir por la forma en la que cada día me siento más clavado con Tabika.

Tenía eso llamado "efecto" en mi, hasta me hacía sonreír cuando la veía, para no perder costumbre puedo decir que odio a Tabika.

— Y aunque no quisieras irías conmigo porque te obligaría— acaricie su mejilla.

— Que tierno y dulce eres, enserio— ella suelta un bufido.

— Así te gustó,— alza una ceja y puedo sentir una objeción venir pero me adelantó— Y no digas que no porque estás encima mío comiendo galletas de fresa y planeando a futuro cosas conmigo.

— ¿Sabes?, las personas normales no dicen cosas tan serias como esas Diego— me encojo de hombros.

— Conmigo nunca vas a tener normalidad y lo sabías desde hace mucho— le digo y ella hace una pequeña mueca.

— Aún podría estar a tiempo de huir pero no me quedan ganas— bromea con un aspecto risueño y amenazo con botarla pero está se aferra a mis hombros— ¡Es broma!, bobo.

— Ya cállate.

Ella solo ríe y paso mis brazos por su cintura dejando mi rostro en su pecho, suelto un suspiro cansado y solo puedo pensar en que este es el lugar donde quiero estar por un largo tiempo, no sé que tiene Tabika pero desde el principio fue un repelente que no hacía nada más que atraerme más.

¿Extrañó, no?, que alguien te cause ganas de alejarte pero a la vez no puedas irte de su lado.

— Espero terminemos pronto y vayamos a comer para que puedas descansar—  ella deja un beso en mi cabeza y comienza a acariciar mi cabello de nuevo.