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Ari

Daniel está sentado en el suelo con la cabeza entre sus piernas mientras la mirada de los padres de Tabata está sobre este, me enoja como lo juzgan con la mirada más me muerdo la lengua para no decir nada.

Han pasado 2 días desde lo sucedido, aún con la pena en el corazón que llevo desde la noticia, Tabata entró en Coma, habían logrado estabilizarla pero ella sencillamente no despertaba, el mismo día que nos dijeron la noticia todos lloramos como niñas (hasta los chicos), Daniel fue el que casi se le tira encima al doctor y entre reclamos y llantos pedía que mejor lo hubieran atropellado a él, jamás vi a Daniel tan mal y destrozado como ahora, no se quiso mover ni un centímetro del hospital desde que pasó todo, realmente nadie quería pero Verónica y Wakks hablaron con todos y nos pidieron que nos mantuviéramos al margen en cuanto lleguen los padres de Tabika.

Sin embargo Daniel y yo éramos tercos y no dejaríamos jamás sola a Tabata por más que sus padres que nos detestan por cómo lucimos nos miren mal y como si dieramos asco, viejos estirados que no saben lo que le hace feliz a Tabata me llegan altamente al trasero.

Roberto llega a mi lado pasándome dos vasos de café y me hace un gesto para que le de a Daniel uno, dejo un pequeño beso en su mejilla porque me da ternura que aunque Daniel no lo quiere ver ni en pintura este aún se preocupe por este que realmente necesita más de un vaso de café.

Ante la espeluznante mirada de los padres de Tabata me agacho con cuidado frente a Daniel y acarició suavemente su cabello, esté alza la cabeza y le ofrezco el vaso de café, este niega pero lo miró severamente y suelta un suspiro hondo antes de aceptarlo y beber un poco de este.

— Gracias...— dice a penas con voz ronca.

— Deberías ir a descansar un poco— esté niega de inmediato— Se que te negarias por lo que solo te pido una cosa, ¿si?— apoyo una mano en su hombro— Ve a casa, come algo, date un baño y vuelve, llevas casi dos días sin pisar una ducha, te hará bien.

— No quiero dejarla Ari, me siento culpable por esto...— veo sus ojos rojos amenazando con llorar.

— No te tortures así Daniel, nadie sabría que pasaría esto— trato de animarlo— Piensa en que si Tabata despierta no te quisiera ver así, hazme caso y ve a casa, te prometo que si ocurre algo o estos viejos locos de atras intentan hacer algo extraño no los voy a dejar, confía en mí, sabes que hablo en serio— le digo convencida en mis palabras.

Y decía esto porque escuché cierta conversación de esos señores con Verónica donde le decían claramente que si Tabata despertaba se la iban a llevar inmediatamente a otro estado y que no nos dejarían saber de ella nunca más y también algo sobre que Tabata tenía problemas alimenticios, lo cual me sorprendió bastante pero no sabría si es cierto, aunque más que sentido haría porque la Tabata de antes era más huesos que persona, sin dudas me sentía del culo por no darme cuenta de esto antes pero ya no podría hacer nada más que actuar a partir de ahora.

— Esta bien...lo hago solo porque se que amas a Tabata tanto como yo— me da una casi sonrisa y bebe su café.

— Lo sabes— digo con un toque de gracia.

Me levantó y lo dejó un momento solo volviendo con Roberto, la mirada de los padres de Tabata me sigue y se espantan aún más cuando me ven con el tatuado greñudo, ruedo los ojos y pasó un brazo por su cintura abrazándolo mientras que con mi otra mano tomaba mi café inhalando el aroma que por un momento me relaja.

— ¿Lograste algo?— dice refiriéndose a Dan.

— Si, irá a casa a darse un baño y volverá— respondo luego de un momento— Realmente está muy afectado por todo, yo estoy igual pero debo mantenerme fuerte ante esto, si yo me desmorono, todo Slash también.

slash - wiplash !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora