Sarari final

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Saracho

Suelto un gran bostezo a la par que estiro mi brazo buscando a mi mi futura compañera de vida para siempre y me siento un tanto alarmado al no sentir su anatomía y solo el vació en la cama, veo por las cortinas y hay unos rayos de sol entrando, supongo que es lo suficiente tarde y que por eso Ari decidió levantarse primero.

Voy al baño y hago lo mío para luego darme un gran lavado de rostro para quitarme el sueño, siento una profunda nostalgia al ver algunos posters de mi antiguo cuarto y las fechas no ayudaban mucho.

Salgo de mi cuarto dispuesto a buscar a mi chica y en el camino a la sala escuchó algunas risas junto a la voz de mi hermano quejándose porque perdió lo que parece ser una partida de un juego, al asomarme lo primero que veo es a Ari celebrando y a Diego cruzado de brazos mirando a mi novia con el ceño fruncido mientras veo que evidentemente están jugando en la play.

— ¿Que anda pasando?— cuestionó divertido.

— ¡Gane!— me dice Ari mientras se para en el mueble y me estira los brazos con una gran sonrisa.

— Que tu novia es una tramposa— responde mi hermano bajo mi mirada burlona a la par que voy donde mi novia y la abrazó cargándola a lo que ella se me trepa como un koala encima.

— Gane limpiamente, por quién me tomas cuñado— está voltea a verlo indignada.

— Eres novia de Roberto, están juntos por algo— acusa mi hermano menor señalando a ambos— No puedo aceptar que perdí contra una niña.

— ¡Ey!, yo no soy ningún tramposo, yo gano justamente— digo esta vez yo indignado mientras paso una mano debajo de los muslos de mi novia para cargarla más fácilmente— Así que deja de hablar así mocoso.

— Como sea, ya sueltala que quiero mi revancha— este se nos acerca y comienza a golpearnos con un cojín.

— ¡Espera Dieguito!— Ari ríe mientras esquiva como puede sus golpes— Deja que le sirva el desayuno a mi bebé antes que llegue tu madre y me regañe por no haberle dado su primera comida del día.

— Es su culpa por no levantarse temprano, van a ser casi las 2— mi hermano rueda los ojos antes de cruzarse de brazos en el mueble.

— Ora, ¿que te traes contra mi chamaco?— le cuestionó divertido a la par que Ari salta de mis brazos al suelo y me da un pequeño beso antes de ir a la cocina, aprovecho este momento y me siento al lado de Diego que no cambia su cara.

— Que ahora que apareciste tendrás toda la atención de mi cuñada y ya no va a jugar conmigo por andar contigo— este me hace mala cara.

No esperaba exactamente una respuesta así lo cual me sorprende.

— ¿Te agrada Ari no es así?— asiente como si fuera obvio— Solo llevamos como dos días aquí...

— ¿Y eso que?, nada cambia el hecho que tú casi nunca vienes y que nadie pasa tiempo conmigo, agregale el hecho que no tenemos hermanas, Ari de alguna manera me hace sentir cómodo y siento que no es de las típicas niñas fresas, osea tiene cara de pero no lo es, me dio un par de consejos para mi novia también— este voltea a verme algo más calmado conforme a soltado su punto de vista— Agradarme es poco, te juro que no se de donde la has sacado pero serías muy tonto si la dejas ir.

— Entiendo chiquitin, perdón por dejarte mucho tiempo solo, vendré más seguido— despeinó suavemente su cabello con una sonrisa— Respecto a Ari, ¿Por qué crees que me enamore de ella?, soy consciente que es increíble y para tu información, no planeo dejarla ir nunca, es más, quiero que veas el anillo que tiene en el dedo.

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