Capítulo 6

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Era de mañana. Tom acababa de despertar, se levantó con pesar de la cama, para realizar su rutina de la mañana. Ducharse, lavarse los dientes, vestirse y peinarse.
El agua caliente golpeaba su rostro, así que mantenía sus párpados cerrados. Mantenía su yeso cubierto con una bolsa, así que el ruido del agua cayendo sobre esta le molestaba un poco, pero trataba de ignorarlo. Su espalda se sentía pesada, estaba cansado. Por suerte, la temperatura de las gotas que caían con fuerza sobre su rostro, calmaban el ardor de sus heridas, así que decidió ponerse de espaldas al agua para que calme ese horrible calambre que llevaba, mientras que con su mano izquierda sostenía el cepillo de dientes y lo pasaba contra sus dientes frontales, lengua y muelas.

Estaba calmado, sentía que se dormía otra vez, lo bueno, es que no había visto a Tord desde ayer.

—¡Buen día, estúpido!— entró en el baño con total confianza, cerrando la puerta detrás suyo.

—Que- ¡TORD!— estaba furioso, se cubrió con la cortina, bastante sobresaltado. Su calma había sido interrumpida. —¡¿Qué haces?! ¡¿No ves que está ocupado?!—

—Huh... sí ¿Y qué?— no miró a Tom, tomó su propio cepillo de dientes, colocándole pasta y mojando un poco para poder lavarse los dientes, mientras veía a Tom en el reflejo del espejo.

—¡Que me estoy bañando, idiota!— seguía cubriendo su entrepierna, le salía vapor del cuerpo y Tord no sabía diferenciar si era por el agua caliente o por lo furioso que estaba. —¡¿No te habías ido?!—.

—Me fuí a comprar una pasta dental decente, la tuya es asquerosa.— cepillaba sus dientes mientras hablaba, escupiendo un poco de la pasta dental en el lavamanos. —Quería lavarme los dientes, y te estabas tardando mucho.— rodó sus ojos, con molestia.

—¡PUES TE JODES!— cerró la cortina, furioso. —¡NO PUEDES ENTRAR ASÍ COMO ASÍ!— siguió duchándose y lavándose sus dientes, pero más bruto, haciendo sangrar sus encías.

—Ya lo hice, tarado.— no le importaba que Tom se estuviera bañando, él simplemente quería lavar sus dientes para poder tener rico aliento. —Y deja de desperdiciar el agua caliente, también quiero bañarme ¿Sabes?— dicho eso, se bajó la cremallera del pantalón para poder mear. Una vez que terminó, tiró la cadena y se fue.

—Maldito idiota... ¡AHH!— por culpa de que Tord tiró la cadena, la temperatura del agua había cambiado, golpeando el cuerpo caliente de Tom.

....

—¡Lo quiero fuera!— caminaba furioso por el living de Edd, quien trataba de mirar la televisión.

—¿A quién? ¿A Tord?— bebió de su coca-cola, sin despegar la mirada de las noticias.

—¡Obvio que a Tord!— abrió su brazo, exaltado, parado frente al televisor, tapando la vista de Edd.

—¡Genial! ¿Qué miran?— había llegado Matt. Corrió hacia el sofá y se tiró, para poder ver a Tom quejarse.

—Ehh... trataba de ver las noticias, pero Tom...— le respondió a su amigo, sin saber explicar lo que le pasaba a Tom. Era increíble, caminaba furioso, se seguía quejando sin parar.

—Y luego- ¡Meo al lado mío! ¡Estando yo en el baño!—

—¿Al lado tuyo? ¿Cómo? ¿En la ducha?— Edd ladeó su cabeza con confusión, siendo imitado por Matt.

—¡Si! Bueno- ¡No! ¡Meó en el retrete, yo estaba en la ducha!— trataba de explicar, viendo cómo Matt ponía su mano en su cuadrado mentón, pensativo.

—Pero... no entiendo ¿Qué tiene de malo? Meó en el retrete.— trataba de comprender la furia de Tom, pero no era fácil.

—¡Ese no es el punto, edd! ¡El punto es que apenas llegó hace unos días y ya está invadiendo mi espacio!— frustrado, se tiró en el sillón, a mirar la televisión. —No lo soporto.—

AmbivalenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora