- ¡¿Qué mierda es esto?! - Tord, en ropa interior, observó con rigidez al cansado Thomas que frotaba sus ojos en la cama. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, Tom observó la bola de pelos negra que colgaba del pellejo entre los dedos pulgar e índice del noruego, como si de basura se tratase.
- ¡Ey! No lo agarres así ¡Lo lastimas! - Pisando el frío suelo, tomó al animal entre sus manos y lo aferró a su pecho.
- ¡¿Qué hacía esa mierda en el baño?!
- ¡No le digas "mierda"! Es un bebé... - Acarició sus orejitas, rígidas por el miedo.
- ¡Bien! Entonces ¡Mierdita! ¿Qué hacía esa mierdita en el baño? ¡Tírala!
- ¡No lo haré! Matt me la regaló, ahora es parte de la familia.
- ¡Apesta! ¡Échalo! - Quiso tomar al animal entre sus manos, Thomas lo esquivó.
- ¡Tú apestas más! ¡¿Y si mejor te echo a ti?!
- ¡Puto imbécil!
- ¡Envidioso!
- ¡Egoísta!
Ante los gritos, Thomas decidió taparle las orejitas al pequeño conejito, que temblaba contra su pecho. - No lo soy, tú sí. Y este es mi puto departamento, así que, te cagas.
A Tord no le agradaba no tener el control de las cosas. Sabía que Thomas tenía razón, era su departamento, y no podía argumentar nada contra eso. Por eso, furioso, dejó salir un aire de ira por su nariz, y se enderezó, manteniendo un semblante serio, en lo que reprimía su ira y fingía calma. Detestaba perder, así que, eso no quedaría así. -Bien.
Thomas se estremeció, sorprendido por la poca resistencia de Tord. - ¿Qué? - Habló, sorprendido, y se retrajo al instante. - Digo... ¡sí! ¡Es mi departamento, mis reglas! ¡El conejo se queda! - Exclamó, feliz por el poder que tenía sobre sus manos ahora, y rio con arrogancia, sacando más de quicio al noruego. - ¡¿Quién toma las decisiones ahora, eh?! ¡Perdedor! - Con su dedo índice, empujó la mejilla de Tord, que tomó rápidamente su mano, frenando el toque.
Furioso, la apretó con fuerza hasta hacerla crujir, y Tom gritó del dolor, cayendo rendido al suelo.
- Vuelve a tocarme, y te quiebro el cuello. - Amenazó, viendo cómo Thomas le daba palmadas en su pierna, para que lo suelte.
- ¡Ya, ya! ¡Suelta, suelta! ¡Ya entendí, no lo haré!
Bufó, soltando su mano finalmente. Thomas la frotó y trató de moverla, le costaba, pero no era nada grave. Tord estaba simplemente jugando, de no ser así, su mano no seguiría pegada a su muñeca.
- Cretino.
Tord se retiró de la habitación, volviendo a meterse al baño para finalizar con su rutina mañanera.
Al medio día, Edd y Matt fueron al departamento de Thomas, para almorzar todos juntos y charlar un poco. Durante la comida, Edd hablaba con la boca llena, como le era de costumbre, aunque le costaba un poco. Su mandíbula dolía como la mierda por los golpes, y su rostro estaba lleno de rastros de los nudillos de Tom, que no se preocupaba por el dolor de su rostro. Mas bien, se quejaba al hacer movimientos con su torso, y apretaba sus costillas de vez en cuando.
Mientras Tord comía, cierta rata de color negro se acercaba y masticaba sus calcetines.
- ¡Thomas! ¡Sácame a esta puta rata de mierda o te juro que la piso!
- Owww ¡Te ama! - Matt tomó al animalito entre sus manos, apoyándolo contra su pecho para acariciarlo. - Aunque quieras matarlo...- Agregó al final, algo preocupado.
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Ambivalencia
FanfictionThomas no extrañaba el olor a tabaco durante las noches de insomnio, siempre se le hizo un olor asquerosamente fuerte, detestable. Hacía arder su nariz con fuerza, es por eso que cuando volvió a sentirlo, sintió que su mundo se paralizaba. Era un ol...