Capítulo 13: Línea de Fuego.

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Ya había caído la noche, y Tom aún no llegaba. Todos estaban sentados alrededor del fuego, con ramas en sus manos y malvaviscos clavados en éstas.

—¿Debería ir a buscarlo?— Edd miró a los únicos dos presentes, con preocupación.

La madera de la fogata crugía, pero un crujido distinto los hizo voltear a los tres hacia el bosque. Una sombra se asomaba, se movía de manera errática y cuando la luz del fuego lo alumbró, todos se sorprendieron.

—¡Tom!— Edd y Matt gritaron de emoción, pero se callaron al ver el estado del de ojos negros.

Nisiquiera los había mirado, siguió de largo, con su cantimplora en la mano, caminaba a paso pesado.

La situación hizo suspirar a los dos, que volvieron su vista a los malvaviscos. Ya sabían qué le ocurría.

—¿Qué le ocurre?— Tord volteó con confusión, observando a los dos chicos presentes, que comían con pesar.

—Está ebrio.— Edd admitió, sin rodeos.

—¿En serio? Yo lo veo más cansado que ebrio.— volvió a girar hacia el de ojos negros, notando cómo abría la carpa y simplemente se dejaba caer dentro, dejando sus pies afuera. —uhm... muy cansado.— agregó con incomodidad y volvió a ver a sus amigos. —Iré a verlo.— se puso de pie, pero Edd lo tomó del brazo, frenándolo.

—Déjalo, dormirá hasta mañana.— estaba bastante familiarizado con el comportamiento de Tom cuando se embriagaba. No le gustaba pero ¿Qué más podría hacer? No sabía cómo ayudarlo, Tom siempre fue de tomar mucho, eso no lo incomodaba, pero sí lo ponía triste que bebiera hasta quedar en ese estado, y no que bebiera de manera casual como siempre.

—¿Estás seguro?— volvió a tomar asiento, mirando al de cabellos marrones.

—Si, sólo déjalo que descanse.— comió su malvavisco y siguió charlando de otra cosa, tratando de ignorar la situación

...

Ya era hora de dormir, Matt y Edd se habían ido a su carpa a descansar y Tord se había quedado a cargo de apagar el fuego, pero aún no quería. Prefirió quedarse sentado al lado de las llamas un rato más, hasta que tuvo un presentimiento raro, de peligro. Se puso alerta. Prestó atención a su alrededor, sin moverse de su lugar, alguien estaba atrás suyo, observándolo. Cuando ese alguien se acercó, no tardó en levantarse y derribarlo.

—Ugh...—

El fuego alumbró a la persona que se encontraba aprisionada contra el suelo, revelando a Tom. Los ojos de Tord se abrieron con sorpresa y rápidamente lo soltó.

—Lo siento, creí que eras alguien más. Ya sabes, una amenaza real.— aprovechó para burlarse y lo soltó, sentándose en su tronco nuevamente, observando el cuerpo de Tom seguía contra el piso.

Mantenía sus ojos entreabiertos, con su mirada claramente perdida. Parecía un cadáver.

—Oye, Idiota.— se puso de pie y se acercó hacia el cuerpo, moviendo un poco su cabeza con una rama, pero no respondía. —Mierda, sí que estás ebrio.— pisó su costado del abdomen y lo puso boca arriba, observándolo. Tenía el rostro rojo, de seguro por tanto alcohol. —Responde, me estás asustando.— picó su cabeza nuevamente con el palo y se agachó, mirándolo más de cerca.

—Duele...— sus ojos se fijaron en Tord.

—¿Por qué te embriagas así?— murmuró con molestia y suspiró, para luego tomar el brazo de Tom y ayudarlo a levantarse. Colocó su brazo alrededor de su cuello, y lo llevó hacia la carpa nuevamente, dejándolo caer sobre su bolsa de dormir y sábanas, sin ningún cuidado. —Duerme, y mañana no me vomites encima.— salió de la carpa y apagó el fuego de la fogata con el agua del lago.

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