Capítulo 24

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¿Había algo mejor que ver una película en el cine durante una noche lluviosa? Si, ver una película en el cine durante una noche lluviosa con Matt.

Una buena película de terror y acción, tan aterradora que te hacía saltar y gritar del susto, y aunque la película tuviera una edición y un guión algo malos, valía totalmente la pena el precio. Sobretodo, porque había sido pagada con el dinero de Tord.

Fue en uno de esos saltos, cuando Edd y Matt se abrazaron, y luego, estallaron a carcajadas, siendo silenciados por todos los demás en la sala. Trataron de contenerse, silenciándose entre sí, tapando la boca del otro y encorvándose en sus asientos, para no ser vistos ni oídos.

Cuando Matt hacía más ruido, Edd le pegaba, y eso le causaba más risa, así que Matt le pegaba otra vez, y los demás en la sala se quejaban.

—¡OIGAN, hagan silencio!

—¡Si, queremos oír la película!

—¡No nos dejan escuchar!

—¡PUAJAJAJAJAJA!— Matt no lo soportó, y estalló a carcajadas.

Ante eso, Edd reaccionó de igual manera, y minutos después, estaban los dos afuera del cine, sentados en la vereda mojada por la lluvia, y con un balde de palomitas entre ellos, que comían con tristeza.

— Me hubiera gustado saber cómo terminaría la película... — Matt murmuró, observando la lluvia y llevándose algunas palomitas de maíz a la boca.

— Si, a mí también...— imitó la acción, mirando la lluvia de igual forma. — hm... tengo una idea.

—¿Cuál?

— Cada vez que pase un auto negro, te tirarás en aquel charco de agua— apuntó. —y cuando pase uno amarillo, me tiraré yo.

— No se vale, hay más autos negros que amarillos, perderé.

— claro que no.

— ¿Por qué no?

— Porque aunque hubieran más autos negros, no se verían porque es de noche, duh.— rodó sus ojos, como si fuese algo obvio a lo que se refería.

—¡Ohh, tienes razón!

—¿Cuándo no?— llevó más palomitas a su boca, y un auto negro pasó frente a ellos.

—¡Mierda!— Matt se levantó, algo molesto, y caminó hacia la lluvia torrencial. Luego, volteó hacia Edd, con algo de frío. Extendió sus brazos hacia los lados y se dejó caer en el charco de agua, salpicando a su alrededor.

Edd se dedicó a observar y reír de manera algo boba, comiendo más palomitas mientras Matt volvía a sentarse a su lado, tembloroso por el frío.

— Ya verás cuando pase un auto blanco.

Otro auto negro pasó, y Matt maldijo. Luego, pasaron otros dos más, y Matt volvió a tirarse en aquel charco, cada vez de formas distintas, haciendo reír más a Edd.

—¡Dijiste que no se verían porque es de noche!

—¿Y yo qué culpa tengo de que vayan con las luces encendidas?

—¡Tramposo!

—Otro auto— Edd apuntó al coche, y Matt perdió la paciencia.

No sería el único que pasase frío de esa forma, así que, tomó rápidamente a Edd del brazo, lanzándolo a la lluvia.

—¡Oye, espera!

En un movimiento, lo lanzó al charco, en el cual, Edd cayó de cara, y Matt rió a carcajadas.

AmbivalenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora