—¡Listo!— Tord celebró por fin haber terminado, por lo que rápidamente se asomaron los otros tres.
—¡¿Ya repararse el auto?!— Edd estaba feliz, así que corrió hacia donde estaba Tord, viendo lo que hacía.
—¿Qué? No, reparé mi brazo.— lo miraba con seriedad, levantando su mano robótica, que ya no soltaba chispas ni lo electrocutaba a él mismo.
Ante esa confesión, los tres borraron sus sonrisas. Habían pasado tres horas y Tord sólo había reparado su estúpido brazo robótico.
—Dije que lo haría mañana, no sé por qué se molestan— dicho eso, se levantó del suelo, sacudiéndose la ropa. —Me daré un baño.—
Observó a los demás. En el caso de Tom, ya se había bañado, incluso comido con los chicos, pero Tord había estado tan pendiente con su brazo que nisiquiera se había dado un bañito.
—Si, ya huele como a mierda.— Thomas tomó asiento en la orilla del lago, junto a su cantimplora, dándole un trago. Ya le quedaba poco alcohol, así que debía racionarlo para que le durase más.
...
Cuando Tord terminó de bañarse, se vistió con ropa limpia y se colocó su brazo otra vez.
—¿Por qué te lo sacas para bañarte pero no para nadar?— Thomas observaba a Tord, manteniendo su cantimplora en la mano. Ambos estaban en la carpa.
—Porque tengo que lavar mi brazo, idiota.— rodó sus ojos con molestia, ajustando el brazo robótico, hasta que pudo controlarlo.
—¿Y no se rompe si se moja? Porque ya tuviste que desarmarlo y secarlo una vez.
—No se rompe, pero es molesto escuchar cómo el agua se mueve de un lado a otro cuando yo lo hago. Y temo que ciertas piezas puedan oxidarse.— probó mover sus dedos, y funcionó.
—interesante...— dio un trago a su cantimplora.
—¿De veras?.
—No.
Esa respuesta arruinó ciertas ilusiones de Tord, que cambió su expresión de sorpresa a una de seriedad y volvió a voltear, dándole la espalda al de pelos parados.
—¿Y... qué hay de tus soldaditos? ¿No te extrañan?.— estaba obviamente tratando de burlarse, y Tord ya estaba cansado.
—¿Tú me extrañarías si me voy?— Tord esperaba un instantáneo "No" a esa pregunta, pero en cambio, obtuvo silencio. Curioso, se giró a ver al de cuencas negras. —¿Lo harás?
—...No.— costó, pero lo dijo.
En respuesta, obtuvo una risa burlona —Claro que sí, lo harás. Te delataste solo.— dicho eso, se acomodó para poder observar bien esos ojos negros que tan curiosos se le hacían. Tomó asiento, recargando su espalda en la tienda.
Ante esa mirada atenta, Thomas sólo miró hacia otro lado, confundiendo más al de cuernos.
—¿Hay algo que quieras decirme?— no obtuvo respuesta hasta pasados unos segundos.
—No.
dicho eso, se levantó del suelo, dispuesto a salir de la tienda, pero fue detenido por el brazo robótico de Tord, que lo tomó de la sudadera.
—Oye, hablemos.
Esa petición lo tomó por sorpresa. Con sus ojos negros abiertos, volteó a ver al de cuernos, que lo miraba fijo. Era raro, porque no tenía una expresión burlona, ni enfadada, ni nada de eso. Más bien, estaba neutro, serio. Eso era preocupante.
—¿Sobre qué?— metió su cuerpo otra vez en la tienda, observando cómo Tord la cerraba con cierre y todo.
—¿Qué te pasa?
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Ambivalencia
FanfictionThomas no extrañaba el olor a tabaco durante las noches de insomnio, siempre se le hizo un olor asquerosamente fuerte, detestable. Hacía arder su nariz con fuerza, es por eso que cuando volvió a sentirlo, sintió que su mundo se paralizaba. Era un ol...