Multiverso BL 🌠Omegaverse🌠 (En Revisión)

especial PhuPhaTian ♡

Años después.

-¿Estas bien?-Tian volteo cuando escucho la voz de su alfa, viéndolo llegar usando ropa casual, sentándose a su lado de aquel banco que el mismo mando a poner en la cima de aquella montaña donde años atrás se reencontraron.

-Claro que lo estoy, tranquilo.-Acomodo su bufanda alrededor de su cuello.

-Creo que deberías volver a casa, esta frío aquí, no quiero que te enfermes.-Coloco sus manos sobre los hombros de su amado, tratando de ponerlo de pie y que se mueva pero Tian solo negó.

-Un poco de frío no matará a este viejo.-

-Hey, no estas viejo.-Se sentó a su lado.-Estas sano y aún te quedan unas cuantas décadas por vivir.-Tomo su mano.

-No te mientas así amor.-Le hablo con calma mientras que su mano libre iba a sus cabellos azabache, peinandolos con delicadeza, notando como las canas ya eran gran parte de su cabellera gracias a la vejez y al estrés que solo seis niños te pueden dar.-Ambos sabemos la verdad.-Bajo su mano hasta su mejilla, acariciando esta con lentitud, apreciando cada línea de expresión que había ganado en el tiempo, las arrugas en su frente y sus párpados caídos junto a pequeñas cicatrices que accidentes jugando con sus cachorros le causo.

-Odio cuando hablas así.-

-Pero sabes que tengo razón.-Le dedico una débil sonrisa. No eran unos ancianos obsoletos, Phupha tenía razón, aún les quedaba varias décadas por vivir de no ser por el corazón prestado que Tian tenía. Cada día se sentía más débil y sabía que no había ningún medicamento que lo hiciera envejecer con un corazón ajeno.

Tras una hora, ambos bajaron y fueron a su hogar. Tian comenzó a cocinar con cierta emoción, pues hoy su primer cachorro, Phupha Jr estaría de visitas. El que alguna vez fue su primer niño, había crecido, convirtiendose en un gran hombre. Su interés por los animales que se había manifestado desde siempre lo llevó a estudiar para ser veterinario, convirtiendose en el veterinario oficial del pueblo, viviendo de eso. Vivió ayudando en casa hasta que conoció una joven de un pueblo vecino que venía cada dos semanas para negociar sus cosechas, se llamaba Thiara y era dos años menor que Él. Ahora ambos vivían en el pueblo en que Ella se crío, venían cada dos semanas a visitarlos, pero aún que Tian extrañaba a su hijo, ahora tenía una nueva razón por la cual emocionarse cuando venían, su nieto.
La joven pareja los había hechos abuelos hace dos años y ese pequeño llamado Diao se convirtió en el consentido de ambos.

-Señor, ¿Dónde ponemos esto?-Pao apareció acompañado de su gemelo, sosteniendo ambos un banco mientras lo acomodaban donde Phupha les había indicado. Tanto los gemelos como Phaum se habían dedicado a ser guardabosques como alguna vez fue su padre. PhuPha se había convertido en el jefe de los tres, razón por lo que se habían acostumbrado a llamarlo "señor" más que "papá". Eso para nada le causaba tristeza, más bien orgullo, sus hijos habían crecido para ser unos hombres que se dedicaban a lo que Él se dedico toda su vida y mostrar ante Él nada más que respeto.

-Aquí, de este lado de la mesa, allí se sentarán ustedes junto a Phaum.-Ambos asintieron, colocando el asiento donde se les ordenó mientras veían al nombrado llegar junto a su esposa.-¿Todo en orden?-

-Si, lamentamos la tardanza, tuvimos un pequeño susto.-Respondió Pakpao, la esposa de Phaum mientras dejaba una mano en su vientre redondo, insinuando que creían que había ocurrido algo con su embarazo pues estaban en el tercer trimestre y ambos eran unos impacientes.

-No pasa nada, Tian esta con la comida.-Le indico señalando el lugar, viendo a la omega marcharse para ir ayudar a Tian, con quien habían formado una bonita relación amistosa.