Capitulo 6

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•Nos estamos confundiendo•

Elena

Cuando llegue el ya estaba ahí, incluso había cruzado el canal.

—Hola guapo. —Le dije y me puse de puntitas para darle un beso.

Claramente no se esperaba aquello, supongo que después de mi actitud de hoy esperaba que le dijera que no quería nada más.

—¿Siempre eres así de bipolar? —Su comentario me causo gracia y me reí, el por el contrario, estaba serio.

—¿Nunca antes habías tenido una amiga con derecho? —La curiosidad se adueñó de mi, parece que realmente no sabe cómo funciona.

—No, es una perdida de tiempo ya te lo dije.

—Entonces tendremos que poner algunas reglas. Déjame explicarte.

—Mientras no me quieras hacer firmar un contrato está bien. —¿Quien piensa que soy? ¿Christian Grey y sus cincuenta sombras?

—Haz visto muchas películas. —me reí en su cara— personalmente no me gusta exhibir a mis amigos. Así que esto es solo entre nosotros, algo fuera de eso está de más.

—Me estás pidiendo que me esconda para hacer esto? —Me jalo hacía el y me besó, no fue un beso corto, el no parecía saber besar de otra forma que no fuese con esa inmensa pasión. Cuando me soltó, hable.

—Exactamente eso estoy pidiendo, lo único que habrá entre nosotros es sexo ocasional. —Mi forma directa de hablar lo desestabilizó un poco. Pero no respondió, espero a que yo siguiera hablando. —No citas, no celos, no reclamos, no nos presentaremos a nuestras familias, no iremos por la vida tomados de la mano, no nos impediremos salir con alguien más, somos libres, esa es la regla más importante, la libertad, si llego a sentirme atada, todo el juego se termina.

—¿Juego?, nunca mides tus palabras ¿Verdad? —alcé los hombros como respuesta. Y el se quedó mirándome fijo, así que decidí hablar.

—No quiero confusiones.

—Entiendo —vi subir y bajar sus hombros lento, al ritmo de su respiración— no dejas de sorprenderme. Con respecto a lo otro, estoy de acuerdo con todo, menos con que podamos salir con alguien más.

—Tendríamos una relación entonces, es lo que tratamos de evitar. —Se quedó analizandolo por un minuto, ví titubear su rostro pero al final acepto.

—Pero no quiero enterarme, si me entero, se acaba. —Solamente asentí.

Es básicamente lo mismo pero bueno, si quiere creer que soy solo suya, que lo crea.

Esa noche estuvimos juntos de nuevo, yo no me cansaba de sus besos, de su tacto, estar con el en la cama parecía nunca aburrirme.

Al día siguiente fue lo mismo, y al siguiente, y al siguiente después de ese también, para cuando me di cuenta, solo quedaba un día de curso y yo había dormido en su casa todos y cada uno de esos días. Pero ya no volvimos a cometer errores. Nos cuidamos siempre después de la primera vez. Algunas veces ni siquiera habíamos tenido intimidad, simplemente platicábamos hasta la madrugada y dormíamos abrazados.

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