Capitulo 31

0 0 0
                                    

•Unos brazos conocidos•
Elena

Esa mañana desee no haber despertado.

—¿Te sientes bien? Podemos cubrirte en clases si no quieres ir. —Dijo la dulce Nat tan pronto abrí los ojos.

—¿De qué hablan? Claro que puedo ir.

—De que quizá tienes cruda ¿No? Ayer bebiste hasta vomitar. —Dijo Hannia.

—Sabes muy bien que jamás tengo cruda, así que quitense de mi vista, me vestire.

Un poco recelosas me dejaron entrar al baño, de dónde salí como una persona nueva, lo primero en lo que pensé al abrir los ojos era en Nate, y lo seguí pensando hasta ese momento, es por eso que me había concentrado de más en mi apariencia, solo me quedaba hacer lo que hasta el momento me había funcionado, podía sentirme como una mierda pero no verme como una.

—Esto no me gusta, ayer te enteraste que Nate podría casarse, te embriagaste sola en pleno martes y apareces como si no pasará nada?

—Eres demasiado cruel aveces Hannia, déjame en paz. —La mire mal.

—Estoy preocupada nena, habla conmigo.

—Ayer hable con el, cerré mi ciclo —mentí descaradamente— y luego bebi para terminar de cerrarlo, ahora decidí estar bien, ¿Y eso les preocupa? Creí que estarían felices. —Había aprendido a fingir bien estos últimos meses.

Me puse a buscar mis llaves que no parecían estar por ningún lado, ellas me observaron por un momento hasta que comencé a desesperarme.

—Si buscas tus llaves se las llevo Sebastián anoche después de traerte.

—¿Regreso a su dormitorio en mi moto?

—No, te trajo en taxi, y después regreso por donde fuera que dejaste la moto parada, estabas tan mal que ni siquiera pudiste regresar con el en la moto.

—Mierda, querrá explicaciones. —Por algún momento hasta entonces recordé lo que había pasado el día anterior.

O al menos un poco, todo eran recuerdos borrosos en mi mente, solo se que va a matarme en cuanto me vea, no dejo de sacarlo de sus citas para ir por mi.

—¿Desde cuándo das explicaciones? —Me miro recelosa Hannia.

—Desde que mi hermano la volvió humana.

—¡Por supuesto! Aún le rezo a Nathan, después de todo fue el único que logró tenerla así.

Me estaban poniendo a prueba, no podían creerme que de verdad había cerrado mi ciclo, y no las culpo, porque no era verdad.

—No doy explicaciones, pero Seb está por todos lados incordiando y no me queda más que hablar.

—Voy a creerte por el momento, pero te tendré vigilada Sotelo.

—¿Quieren verme llorar? ¿Que me quiebre y me encierre de nuevo?

—Te conozco Elena, tienes que sacarlo en algún momento.

—¡Y lo hice! ¡Ayer! Ya dejen de joder.

Tome mi bolso molesta, y salí de la habitación dando un portazo, mi humor deporsi ya era un asco, y solo habían conseguido empeorarlo.

Yo sé que había hecho que eso pasara así, que durante meses esa fue mi reacción al tan solo escuchar su nombre, pero estaba harta, estaba cansada de ser tan vulnerable, no faltaba mucho para volver, y yo tenía que mentalizarme, por mucho que quisiera correr a sus brazos, no lo iba a hacer.

Elígeme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora