El camino más rápido a Arcadia tomaba tres días. Eso si tenía suerte y encontraba al contrabandista habitual en el puerto. No era seguro que lo hiciera. La segunda opción sería pagar cualquier viaje en barco disponible, cinco días en total. A Rajnik no le gustaba el mar y ya podía sentir sus ataques de pánico de solo imaginarlo. Pero, por Lorcan, lo haría.
—¿Me estás escuchando?
Regresó a la realidad y levantó la cabeza para mirar a Kaia. El mapa frente a ella era un desastre similar al de la Hermandad, con más monedas y figuras realistas. A Rajnik no podría importarle menos.
De regreso en su casa, solo podía pensar en qué poner en un bolso. Todavía tenía arena en los zapatos después de su fallida expedición al desierto y ya estaba pensando en partir otra vez. A Kaia no le gustaría la idea. El Comandante la castigaría más tarde si se atrevía. O eso intentaría. Rajnik sabía que no podía permitirse el lujo de perder a otro cazador.
—¿Cuánto falta para la próxima luna nueva? —preguntó.
—Al menos dos semanas —respondió Kaia y Rajnik suspiró.
—¿Cuántos rebeldes hay en la Capital?
—Tres mil.
—¿Cuántos guardias?
—Cinco mil.
Los números no pintaban bien. Cada día que pasaba, más rebeldes estaban dispuestos a tomar armas. Sentada en el sofá de la sala de estar, con una copa de vino en la mano, sólo podía preguntarse cómo Kaia creaba mapas tan exactos. Era una de los zorros más hábiles que Rajnik había conocido jamás, tal vez esa era la razón por la que la había escogido para permanecer a su lado.
—La Hermandad se confía demasiado —Rajnik bebió un sorbo de vino—. Están cometiendo un error. Tres mil pueden ser más que suficiente en las condiciones adecuadas. Los guardias no alcanzarán.
—¿Y los cazadores?
—Demasiado ocupados buscando a un traidor entre ellos —admitió.
—¿Existe el traidor?
La venganza de un Dios era algo con lo que no entrometerse, incluso si el amante resultaba falso. Solo podía pensar en Lorcan y en cómo se habían separado después de que él recibiera las órdenes del Comandante. Estaba herido. Gran cazador o no, su compañero no estaba en condiciones de enfrentarse a una amenaza como Arcadia en ese momento. Pero ella le había jurado guardar el secreto sobre el ataque, porque de lo contrario el Comandante podría sospechar, y luchar al defender a unos zorros no sumaría puntos al tratar de convencerlo de que no era un traidor.
—No estás realmente aquí, ¿verdad? —preguntó Kaia y Rajnik intentó sonreír.
—Siempre estoy aquí. Simplemente me gusta hacer dos cosas al mismo tiempo, como prestar atención y preocuparme.
—Puedes ir a la Ópera esta noche si necesitas distraerte.
¿El teatro? Ella casi rio, esa sería la peor decisión posible. Él era todo en lo que pensaría allí. En su palco privado. Su precioso escape de la realidad. Soñaría con todos los besos y las dulces promesas que allí se habían susurrado. Toda la intimidad y secretos compartidas. En esa maravillosa noche en el desierto, cuando casi había creído que él la amaba.
—¿Moella sigue en cartelera?
—Estamos teniendo una fuerte temporada de historias del Oeste —respondió Kaia y Rajnik sonrió—. Parece que la gente ama las tragedias.
—Tal vez no lo suficiente —dijo ella—. Cortaron Moella antes de la mejor parte. La obra no muestra al amante destruyendo la ciudad que había hecho prisionera a Moella. Porque incluso si ella no lo ama lo suficiente como para burlar el poder de Dios, él la ama tanto como para destruir a todos los que la hirieron y liberarla.
ESTÁS LEYENDO
Sand & Stars
Fantasía¿Reconocerías a un monstruo antes de transformarte en uno? Cuando la oportunidad de una nueva vida en el Oeste se presenta, Nikka Mall no duda en tomarla junto a su mejor amigo. ¿Por qué no? Ambos son jóvenes, ansiosos por nuevas aventuras y riqueza...