Feliz viernes, jueves!
Lo sé, lo sé, necesito retomar la mano en mi frecuencia. Siento que hay tantas cosas que quiero hacer últimamente y no logro, el tiempo escapándose entre mis manos. Historias que escribir, contenido que crear, experiencias que vivir... Es posible tenerlo todo? Al menos intenté terminar este cap a tiempo esta vez. Espero lo disfruten que es uno de mis favs hasta el momento.
Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final!
Xoxo,
Sofi
***
Había solo algunas imposibilidades en la Capital, encontrar a Rajnik cuando no deseaba ser encontrada era la peor de ellas. También había pocas cosas capaces de hacerla llorar y Lorcan la conocía bien, una sola lágrima era suficientemente mala.
No debería estar buscándola. Descansar sería lo correcto, o al menos entrenar. Había pasado más de un día desde la última vez que había dormido. Pero tal vez dormir era algo que solo resultaba posible en Venvia, donde todo estaba bien y ningún miedo lo atormentaba. Porque Venvia estaba a salvo mientras él se interpusiera entre su ciudad y las amenazas más allá de la Capital.
Un cazador, no un hijo.
El Comandante había dicho una vez que ningún cazador nacía, sino que se hacía. Se suponía que sería algo inspirador para los nuevos reclutas, pero la realidad no era tan agradable. Los cazadores se hacían con sangre y muerte, trauma y venganza. Ningún cazador de una familia feliz y completa pasaría del primer mes.
Y él lo sabía, así como el resto. Solo que nadie hablaba de eso, porque nadie quería hablar sobre la verdadera razón por la que primero desearon convertirse en cazadores. Porque siempre implicaba sangre y muerte, y un nuevo huérfano preguntándose qué podría haber hecho para salvar a su familia.
Los salvajes eran una plaga en todo el territorio. Las fronteras no eran una barrera real, sino solo una línea inservible para dividir una tierra de otra. No se podía simplemente prohibir que la gente cruzara de un lado a otro, que viajara y viviera y simplemente existiera. Las fronteras eran demasiado grandes para siquiera tratar de controlarlas todas. No se podía evitar que la vida sucediera. Y después de más de un siglo de guerra, la sangre se había mezclado.
Al principio, Lorcan había hecho caso omiso de todo lo relacionado con salvajes por pura ignorancia. Arcadia con su abrazo a la cultura extranjera había sido una pesadilla, y los pueblos cercanos a las fronteras con sus viejas costumbres y creencias insoportables. Se había quejado cuando el Comandante lo había enviado en una misión al Oeste para investigar una pequeña área sin un solo informe de ataques cuando debería ser imposible, los alrededores infestados. Y cuando le preguntaban a los viajeros, todos contaban la misma historia sobre un tirador milagroso cuando nadie había alcanzado un anhelante con una bala en la historia.
Años después, Lorcan aun no estaba seguro de si había sido para bien o para mal aquella misión. Había pasado todo el día buscando a Rajnik, y también toda la noche anterior. El Comandante se había quejado del correo que no estaba entregando. Lo último que necesitaba era meterse en problemas por culpa de su compañera, y aquello no podría importarle menos. Pero al menos él ya no era cruel con lo distinto.
La parte de la ciudad con salvajes y descendientes de estos ya no era tan despreciable para caminar como antes. Aun así, no podía relajarse por completo ni evitar tocar su espada de vez en cuando. Por si acaso. Rajnik estaba allí en alguna parte, solo que aun no la había encontrado.
Pequeña cosa malvada. Debería estar descansando, no perdiendo el tiempo deambulando por la Capital. No estaba seguro de lo que haría una vez que la encontrara, porque la ira de Rajnik era tan mala como su tristeza. Solo sabía que necesitaba encontrarla.
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Sand & Stars
Fantasía¿Reconocerías a un monstruo antes de transformarte en uno? Cuando la oportunidad de una nueva vida en el Oeste se presenta, Nikka Mall no duda en tomarla junto a su mejor amigo. ¿Por qué no? Ambos son jóvenes, ansiosos por nuevas aventuras y riqueza...