Feliz viernes, zorritos!
Por primera vez, en mucho tiempo, creo que estoy sencillamente feliz. Me gustaría decirles que también en paz, pero temo mi mente no conoce lo que es eso. Pero estoy tomando mi tiempo para sanar por dentro, y poco a poco, regresar a ustedes y mis redes. Espero esta vez se definitivo.
Como siempre, no se olviden de votar y comentar el cap al final!
Estuve tan ausente de redes últimamente, que esta historia apenas tiene algunas lecturas comparadas con otras y casi sin interacciones. Es lo que sucede cuando no promocionas ni compartes lo suficiente, y estoy bien con ello. Fue mi elección. Pero desearía poder cambiar eso pronto.
Xoxo,
Sofi
***
La Hermandad se encontraba mortalmente tranquila. La amenaza se balanceaba sobre ellos como un candelabro. Los cazadores estaban inquietos. Nikka nunca había visto algo así, quizás porque en su mente los cazadores eran esos poderosos héroes capaces de lo imposible. Pero, en el fondo, eran tan humanos como ella. Incluso más. Al menos, no eran monstruos.
No tenía los detalles, pero la sangre en el corredor principal junto con el ambiente sombrío era suficiente. La muerte deambulaba por dentro buscando un alma que tomar, si aun no lo había hecho. Contener la respiración, esperando que sucediera lo peor, era una situación enloquecedora.
Tenía que haber algo que hacer o sino el silencio terminaría con ella. Cal seguía murmurando sobre recuerdos del pasado y venganza, y Nikka no quería escuchar. No era su Cal. Cualquiera que fuera el demonio que estaba cargando ahora, no podía sucumbir a sus demandas.
—¿Quieres entrenar? —dijo tan pronto como Rajnik entró al estudio.
Nikka practicaría con ella. Con cualquiera. Lo que fuera que mantuviera su mente ocupada y a Cal en silencio. Incluso lo que parecía una fría Rajnik. No había modo de que significara algo bueno. La expresión de la cazadora no cambió.
—Vienes conmigo —declaró y Nikka se movió con rapidez.
—¿A dónde? —preguntó, pero Rajnik no la miró.
—El Comandante pidió que ustedes dos se reunieran con él. Espérenlo en la torre, los buscará tan pronto como termine el informe fronterizo —ordenó Rajnik.
Su voz era dura, indiscutible. Ambos guardias asintieron y partieron. Nikka parpadeó, nunca había visto a Rajnik así. Había algo en su pose, en la línea tensa de sus hombros o en la amenaza en su rostro. La cazadora esperó hasta que estuvieron solas para poner su sombrero en la cabeza de Nikka y pasarle también el chaleco de cartero.
Nikka cogió la ropa sin entender.
—Date prisa, no tenemos mucho tiempo —apresuró Rajnik—. ¡Vamos, pájaro! ¿Quieres volar libre o no?
Eso tenía incluso menos sentido. Rajnik la agarró del hombro y arrastró fuera. Y entonces Nikka reaccionó, lo que fuera que estaba sucediendo no fue consentido por el Comandante.
—Espera —Nikka trató de detenerse, pero Rajnik solo la arrastró por todo el pasillo principal—. No puedo...
—Cállate y sé útil, o todos perderemos la cabeza —respondió ella—. ¿Quieres ser un héroe o no?
—Se supone que no debo...
—Se supone que debes seguir mis órdenes.
Era cierto, de hecho. Los cazadores estaban por encima de sus guardias. Aun así, Nikka no pudo evitar pensar que se suponía que no debía dejar la Hermandad. No recordaba la última vez que había estado afuera. Incluso si no estaba encarcelada, seguía siendo un ser peligroso según las reglas de los cazadores y necesitaba ser supervisada. A Rajnik no pareció importarle esa mañana.
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Sand & Stars
Fantasy¿Reconocerías a un monstruo antes de transformarte en uno? Cuando la oportunidad de una nueva vida en el Oeste se presenta, Nikka Mall no duda en tomarla junto a su mejor amigo. ¿Por qué no? Ambos son jóvenes, ansiosos por nuevas aventuras y riqueza...