Extra - Aura

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Lunes 24 de octubre de 2038

Terminó de vestirme para ir a mi clase de violín, pero antes de irme decido pasar a ver a mi pequeño hermanito Adrián.

Al entrar a su habitación lo veo acostado en su cama con los ojos fijos en el techo. Su habitación está llena de juguetes y colores vibrantes que reflejan la energía inagotable de un niño de tres años. Me acerco a él y le doy un beso en la frente.

-Buenos días, mi príncipe. ¿Cómo amaneciste? -le pregunto con cariño.

Adrián sonríe y se sienta en la cama, sosteniendo su peluche favorito llamado Teddy. Su rostro ilumina la habitación con la inocencia propia de el. Lo cargo en mis brazos y lo abrazo,

-Aura, ¿vamos a jugar hoy? -pregunta Adrián con entusiasmo, apretando su peluche contra su pequeño pecho.

-¡Claro que sí, mi chiquitín! Después que regrese de mi clase, jugaremos juntos. ¿Qué quieres hacer hoy? -pregunto con una sonrisa, disfrutando de la dulzura y ternura que emana mi hermanito.

-¡Quiero construir un castillo con bloques y que Teddy sea el rey! -responde Adrián, emocionado con la idea.

Le prometo a Adrian que después de mis clases de violín dedicaremos toda la tarde a construir el castillo más increíble que hayamos imaginado. Su risa contagiosa y su emisión por que juguemos llena mi corazón de alegría.

Cierro la puerta de su habitación con una sonrisa y me dirijo hacia la academia. Mi día transcurre entre practicas y regaños de mi profesora, ya que según ella no estoy dando mi mayor potencial.

Cuando las clases terminan regreso a casa, como prometí juego un poco con Adían hasta que esté se queda dormido.

-Aura, quedaste en hablar conmigo sobre la publicación de tu libro pero ya pasó una semana y no me has dicho nada ¿decidiste no publicarlo? -mi madres Laura me pregunta al verme salir de la habitación de Adrián.

-No, es solo que aún no está listo, si quiero publicarlo, pero necesito mejorar algunas cosas -le digo.

-Entiendo, cariño, tomate el tiempo que necesites, no hay prisa.

-Gracias Ma' -le digo dándole un abrazo.

-¿Ambar aún no regresa de casa de mis abuelos? -le preguntó a mi madre.

-No, ya sabes cómo es, hasta que no se le quite el enojo no volverá.

Noto un poco de tristeza en las palabras de mi mamá, Ambar siempre que discute con mamá se va de casa, y es algo que que ya tiene como costumbre.

-Oye, Aura -mi madre me llama cuando estoy por ingresar a mi habitación.

-Si, dígame -le respondo deteniéndome para escuchar lo que tiene que decirme.

-La nieta de la señora Miller, Tara, me contó que quería invitarlas a ti y a tu hermana a su cumpleaños número 17, me entregó dos cartas una para Ambar y otra para ti.

-Oh entiendo, si estoy desocupada para esa fecha trataré de ir -le respondo tomando mi carta de invitación.

Me sorprende que ella nos haya invitado sobre todo a mi. A pesar de asistir a la misma escuela, nunca he entablado una conversación con ella. De hecho, mi círculo de interacción en la escuela es limitado, lo que ha llevado a que me llamen la "gemela muda", un apodo que detesto.

Al entrar a mi habitación abro la carta para verificar la fecha en la que será la fiesta.

"Me complace invitarlos cordialmente a mi fiesta de cumpleaños, que se celebrará el próximo domingo, 30 de octubre"

Estocolmo (G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora