SIN EDITAR.
Una semana después...
😈<<{Alina}>>😈
Es curioso a veces como tu cuerpo reconoce lo que quieres mucho antes de que tu cabeza lo asimile y acepte, mi cuerpo me traicionó por primera vez en mi vida hace una semana al señalar a los finlandeses, no me enorgullece decir que estuve mirando mi mano con acusación y sospecha durante una buena media hora para después mirar la pared frente a mi con molestia.
¿Cómo puede ser que algo como esto se me haya escapado?
Entiendo, los finlandeses no es que sean feos, en realidad son jodidamente hermosos e intimidantes, su cabello rubio caía un poco sobre sus frentes la primera vez que los vi, sus ojos café me alababan a cada paso que daba hacia ellos y sus manos tocaron de forma posesiva y especial mi cuerpo mientras les bailaba, pero nunca siendo lo demasiado atrevidos.
¿Eso es posible?
Porque me tocaban la cadera y sentía que me follarían a pesar que no era un agarre demasiado sexual, rozaban mis brazos y omóplatos y mi cuerpo se sentía expectante por el próximo movimiento y me humedecí, pero por primera vez fui estúpida, tanto que hasta me avergüenzo ahora de recordarlo, atribuí cada una de esas emociones y estremecimientos a la excitación de darle una lección a mis esposos.
Christopher: ¿Para que lo tendríamos que venir a buscar?
Leo: Tiene carro.
Mi fosforito señala al finlandes como si le diera la razón en lo que dice y ruedo los ojos, cuando los vieron en el club y en la casa de mi ruso los odiaron instantáneamente, pero ahora hasta se dan la razón, toman tragos juntos y parecen amigos.
Tengo que hablar de eso con ellos, no pueden hacerse amigos de alguien en una semana.
Alina: No les pedí que me acompañaran, les dije "voy a buscar a mi ruso" y ustedes colados se montaron.
Elías: Por cierto hermosa, no conduzcas más por favor, casi dejo la cena en el asiento.
Lo miro por el espejo retrovisor con una sonrisa mientras estaciono frente al club, hoy está cerrado, pero Mischa tenía que organizar unas cosas para irnos mañana de regreso a Alemania, en unos días Pavel llegaría también, ese niño me llamó hace unas noches a agradecerme de enviarlo con uno de mis soldados porque alguien había intentado matarlo mientras dormía.
Bajo del carro y dejo tomar aire a los dos que no estaban acostumbrados a como conduzco antes de entrar al club, todo esta sospechosamente silencioso y vacío cuando debería haber algunos empleados, toco mi muslo y saco mi navaja cuando de reojo veo una sombra, lanzo la navaja y el hombre cae al suelo arrastrándose por la pared detrás de el, me asegure de que no haga ruido, porque estoy segura que esto es una trampa.
Les hago una seña de silencio a los chicos mientras nos acercamos.
Christopher: Es un yakuza.
Alina: Busquen más, subiré.
Leo: No vamos a dejarte sola, no sabemos que hay arriba.
Alina: Dejen de susurrar jode, alguien los escuchara, no necesito para subir sola, lo har{e.
Christopher: No trajiste tu katana.
Primera vez que salgo sin ella y me meto en una trampa, genial, pero no me importa, mi ruso puede estar en peligro aunque los hombres frente a mi no puedan entenderlo.
Le doy un beso que lo hace callar la boca y me separo para subir, pero obviamente no todo es así de fácil, los finlandeses me agarran y de a uno me besan sorprendiéndome y calentando mi cuerpo.
Traicionero.
Christopher: Hablaremos de eso al llegar a la casa, vayamos a buscar más de estos antes que mi mujer se ponga entre una bala y nosotros.
Patea al yakuza y se pierde de mi vista junto a los finlandeses, subo las escaleras, porque si no estoy equivocada, que es imposible, se quien esta haciendo esto y se que busca.
A mi jodido esposo.
Voy hacia la oficina y abro la puerta, la imagen que me recibe no es una que quisiera ver nunca, mi cuerpo queda estático en la puerta mientras veo a Victoria desnuda saltando sobre el cuerpo de mi esposo también desnudo sentado en la silla detrás del escritorio.
Victoria: ¡Ah!
Se agarra de sus hombros y salta con más rapidez, me mira por encima del hombro y me sonríe, el rostro de mi esposo está escondido por el torso de la estúpida mujer que dejó las telas cortadas de la ropa de mi esposo en el suelo a sus lados, es lo suficientemente estúpida y suicida como para montar esta mierda y no sacarle el bóxer.
Victoria: ¡Ah, más amor!
Agarra las manos de mi esposo con fuerza en sus caderas y las pasea por sus nalgas como si él hubiera sido quien las movía.
Finjo estar terriblemente herida por la situación y salgo cerrando la puerta, si no es lo que yo pienso mi esposo saldrá de esta oficina para decirme excusas como todos los hijos de puta hacen, si es lo que pienso no lo hará.
Los finlandeses y mi fosforito llegan y los miro, justo ahora los necesito, no puedo hacer esto sin tener las ganas de quebrarle el cuello a la mujer, no la quiero matar hasta que entienda de quien es mi ruso.
Alina: Los necesito.
Elías: ¿Estás bien?
Niego con la cabeza y todos se me acercan más, estoy furiosa, enojada y llena de ira, quiero matarla, quiero retorcerle el cuello y solo por gusto cortarle la cabeza, pero me estoy conteniendo, no aun, no es momento.
Alina: ¿Pueden sacar a la perra que esta desnuda sobre mi esposo y cargar al idiota en el carro?
Christopher: Perdón ¿Que acabas de decir?
Leo: Que hay una mujer desnuda sobre su esposo.
Dice también estupefacto.
Los tres me quitan del medio y abren la puerta, enfurecen al ver aun desnuda a Victoria de pie frente a mi marido, aun tapa la vista de mi esposo, pero estoy segura de que está inconsciente, tiene que estarlo.
Victoria: ¡Fuera!
Claramente no le hacen caso y la alejan de mi esposo, su cuerpo está inerte en la silla, ni siquiera registra los golpes en el rostro que Leo le da.
Alina: ¿Respira?
Pone su dedo debajo de la nariz y asiente con la cabeza.
Alina: Si vas a fingir estar follándote a mi esposo al menos llega con tiempo para cortar sus bóxers también y el lo hace mas duro cariño, podría asegurarte que si en verdad te follara estarías tendida sobre el escritorio.
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Alina. 5°
RomanceQuinto libro de la Saga Entre Familia (Independientes) 🥵Christopher🥵 Alina: ¡NO! Fue por ese desgarrador grito saliendo de la persona más fría de este mundo por lo que mis ojos dejaron de ver el lado bueno de todas las personas, la gran mayoría no...