🔥CAPITULO 11🔥

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SIN EDITAR

Más tarde ese día…

😈<<{Alina}>>😈

Varek: Preciosa, antes de que salgamos de esta camioneta y empecemos a repartir los alimentos necesito decirte algo, necesito decirte algo importante que tengo guardado hace mucho tiempo, entiendo si después no quieres volver a saber de mí, pero necesito decírtelo.

Llevo abriendo la boca y cerrándola para interrumpirlo desde que dijo antes de, pero no me permite hablar.

Cuando quiero hablar no me dejan, ¿Quién los entiende al final?

Saco la mano de Var de mi boca, la había puesto para que no lo interrumpiera, pero ahora parece más concentrado en mantener la calma así que no se da cuenta que ahora su mano está en mi regazo y entrelace mis dedos con los de él.

Joder, espero que esto sea lo que quería decir porque podría pegarme un tiro en la frente si leí mal al que por años llame mi mejor amigo.

Aprieto su mano y su cabeza gira automáticamente en mi dirección, sus ojos están clavados en el agarre de nuestros dedos y luego suben a los míos, la negrura de ellos siempre brilla cuando me ve.

Alina: Var, me gustas y llevo amándote durante muchos jodidos años.

Su mandíbula casi llega a tocar su regazo, el silencio del cual normalmente disfruto en esta ocasión aumenta la ansiedad de mi pecho, el corazón me late frenético ante la prolongación del espeso silencio, estoy soltando sus dedos dudosa de haber entendido todo jodidamente mal.

La cagué, mierda la cagué.

Imposible.

¿La cagué?

El pecho empieza a dolerme y mi mano automáticamente va hacia el botón de la ventanilla, necesito aire, mucho aire.

Varek: Alina.

Mi dedo presiona una y otra vez el botón para bajar el vidrio de la ventanilla aunque si lo dejara presionado bajaría igual, necesito ese simple movimiento para calmar un poco el temblor de mi pecho.

No, no, no.

La cagué.

Varek: ¡Alina joder, mírame!

Sus manos agarran mis mejillas y me obligan a mirarlo, intento mirar sus ojos para ver cuánto la he cagado, pero ese pensamiento se desvanece en el aire cuando sus labios besan los míos con hambre retenida, el pecho deja de dolerme para empezar a sentirse en calma, mi corazón sigue latiendo frenético y la ansiedad desapareció junto con los estúpidos pensamientos.

Su frente se apoya en la mía cuando rompe el beso, aún tengo los ojos cerrados esperando alguna palabra de su boca, necesito de sus palabras como necesito del aire para respirar.

Alina: Por favor di algo.

En mi vida alguien que no sea importante para mí me ha escuchado rogar por algo como lo estoy haciendo por sus palabras.

Varek: Estoy tan jodidamente enamorado de ti, Alina Becker, que eres lo primero que pienso al despertarme y lo último que recuerdo al dormir, estoy tan malditamente perdido por ti que me esfuerzo cada día en merecerte, me siento tan loco por ti que mi cabeza está constantemente pidiéndome que mate a todos los que roban la atención de tus ojos sobre mí, me sentía tan profundamente celoso de mis mejores amigos porque ellos te tenían y yo no que llegue a odiarlos por momentos, pero ya no más preciosa, te necesito, me estoy muriendo un poco cada día que no tengo un puto roce de tus labios.

Alina: Varek.

Su nombre salió como un puto jadeo de mis labios, no encuentro palabras que lleguen a explicar una cuarta parte que lo que dijo le hizo a mi cuerpo, mi mente y mi estúpido corazón.

Varek: Dime una vez más que me amas.

Alina: Te amo Varek Davis, te he amado cuando eras un escuálido niño, te he amado cuando me superaste en altura, te he amado cuando lloraste por ganarte una beca, te he amado cuando lograste tu sueño de formar tu empresa, te he amado cuando le compraste a tus padres la casa de sus sueños, te he amado las noches que te veo dormir en la oscuridad de tu habitación, te he amado mientras te miraba trabajar por las cámaras de tu oficina, te he amado cada maldito segundo desde que llegaste a mi vida y te amare hasta mi último respiro.

Me toma en sus brazos sacándome de mi asiento y sentándome en su regazo para poder abrazarme con fuerza.

Varek: Una vez más, por favor.

Alina: Te amo.

Varek: Otra vez.

Se abusa, pero hoy le daré el gusto de hablar tanto como me lo pide.

Alina: Te amo Var.

Varek: Joder, tengo un puto miedo que al soltarte desaparezcan y este sea otro de mis sueños.

Sonrío, oh sí, sé que sueña y a veces habla dormido.

Alina: No soy un sueño Var, estoy aquí y te amo, también amo escucharte hablar dormido, amo el lunar que tienes en el omóplato derecho y la forma en que la sábana envuelve tu cuerpo cuando te enrollas dormido, amo como frunces el ceño cuando tú sueño no te gusta y como sonríes cuando sí, amo el sonido de tus respiraciones lentas sobre la almohada y la baba que dejas en ella, te amo, dentro y fuera de tus sueños.

Varek: ¿Cómo es que tengo tanta suerte de que me ames?

Acerco mi boca a su oído y entre sonrisas le digo:

Alina: Oh no corazón, no creas que es suerte, es una desgracia, porque no solo estoy enamorada de ti, estoy jodidamente obsesionada, no hay lugar en este mundo en dónde mis ojos no estén sobre ti, no hay piedra en la tierra en la que te podrías ocultar de mí, no hay fuerza que te podría alejar de mí ahora que me dijiste que me amas —suavizo un poco mi tono y agrego— te pido por lo que más quieras, nunca intentes o dejes que te alejen de mí, porque no mediré mis acciones, no reconoceré rostros y tampoco me importará.

Varek: Nunca me alejaré de tí preciosa.

Alina: Prometelo.

Varek: Lo prometo.

Otros cien kilos de mierda salen de mi espalda dejándome respirar mejor.

Alina: Gracias.

Varek: Tu debes prometerme que me ayudarás a ayudarte cuando estés tan ciega de irá que no reconozcas rostros, dime qué me das tu consentimiento para que me pueda acercar a ti sin importar las consecuencias.

Alejándome de su oreja lo miro a los ojos.

Alina: Lo siento, no puedo prometerme algo que no seré capaz de cumplir, tengo protocolos que los obligarán a seguir si algo así llega a pasar, ellos consisten en alejarlos tanto de mi como sea posible, así que no, solo soy capaz de prometer que hice, hago y haré todo lo que está a mi alcance para que ustedes no salgan lastimados por mis manos.

No puedo evitar que un tercero los lastime, no soy omnipotente, pero puedo evitar hacer algo que podría destruirme por dentro, algo que podría llevarme a una oscuridad de la que tengo nunca regresar.

Alina. 5°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora