108. Lobo tuerto

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Después de que el equipo de sal de la tribu Big Bear dejó la tribu, viajaron muy rápido.

Ahora era principios de primavera, y la nieve en la montaña se había derretido, formando una corriente que fluía lentamente desde la cima de la montaña. El suelo húmedo era pegajoso, lo que hacía que las personas dejaran huellas con cada paso.

Muchos dinosaurios bajarían la temperatura de su cuerpo y se esconderían durante el invierno. En este momento, todos comenzaron a salir de nuevo, royendo las ramas para comenzar a engordar nuevamente.

Después de ver esos dinosaurios delgados, Xiong Ye sintió que realmente había estado demasiado cómodo durante el invierno pasado: el invierno había pasado, pero no solo no había adelgazado, ¡sino que había engordado!

Esto era algo que nunca le había pasado antes.

Y Zhou Ji tuvo mucho que ver con todo eso: si Zhou Ji no les hubiera enseñado a cultivar cebada y huevos de tierra, su tribu probablemente no habría tenido suficiente para comer, incluso si hubieran podido obtener mucha carne.

No querían perder demasiado tiempo viajando, así que continuaron todo el día y solo se detuvieron por la noche para establecer el campamento y preparar la comida.

En la primera noche, se detuvieron cerca de la tribu.

Xiong Qi, que había salido con Xiong Ye para cambiar la sal, se acercó a Zhou Ji cuando dejaron de viajar por el día: —Zhou Ji, ¿hay algo en lo que pueda ayudarlo?

Como Xiong Qi había tomado la iniciativa de ofrecer ayuda, Zhou Ji no se negó. Le hizo ayudar a lavar las verduras y a buscar agua.

Después de eso, también hubo otros, que habían ido a intercambiar sal con Xiong Ye y Zhou Ji la última vez, que se escabulleron para conseguir leña para Zhou Ji.

Zhou Ji lo aceptó todo, e incluso hizo que estas personas encendieran un fuego y establecieran un cobertizo para que él durmiera.

Durante el día, Zhou Ji no había hecho nada y simplemente se quedó en la espalda de Xiong Ye. Ahora, era así... Realmente estuvo a la altura de su nombre como el mensajero del Dios Bestia. ¡Era tan diferente de todos los demás!

Zhou Ji sabía que varios aspectos de su comportamiento pondrían celosas a las personas y solo estaba pensando si debería reinarlo un poco cuando descubrió que todos lo miraban con miradas de adoración. También escuchó la conversación entre estas personas usando sus poderes espirituales: —El mensajero del Dios Bestia realmente es diferente de nosotros.

—¡Ese señor se ve tan distinguido!

—Escuché que era alguien que podía comunicarse con el Dios Bestia. Yo también quiero servirle a él.

—¿Sería también bendecido por el Dios Bestia si me acercara a él? Zhou Ji: "......" La vida de fraude fue muy buena en esta época.

𝖈𝖗𝖎𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖚𝖓 𝖊𝖘𝖕𝖔𝖘𝖔 𝖊𝖓 𝖑𝖆 𝖊𝖉𝖆𝖉 𝖉𝖊 𝖕𝖎𝖊𝖉𝖗𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora