CAPÍTULO 21. UN MAL ENTENDIDO.

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Julianne después de que Sergio la dejara en su departamento, fue a la ducha y luego se metió en su cama, de sus pensamientos no salía la imagen de Jordan con esa mujer en los brazos
Y llevándola dentro de su casa.
—  Tiene que haber una explicación para esto mañana hablaré con él y aclararemos todas las dudas.
Metida en sus cavilaciones durmió toda la mañana. Al medio día se arregló, subió a su auto y fue a la oficina.
— Buenas tardes Claris, ¿Que tenemos para la tarde?
— Una audiencia de conciliación, de los clientes parisinos, por la disolución del contrato.
—  perfecto, me dices la hora para ir ante el juez.
— Adentro en la oficina están sus amigas, Virginia y Paulina.
— ¡Llegaron! Por favor traemos algo refrescante y unos bocadillos.
Julianne entró y saludo a sus amigas que nuevamente estaban de regreso.
— Chicas, ¿listas para tomar sus puestos de trabajo?
— Más que lista. — Respondió Paulina.
— Así es, pero cuéntame, que pasó anoche con tu Adonis de la selva.¿Hablaste con el?.
— Aún no, no se qué pasó pero tengo que hablar con él y saber el motivo por el cual no fue a la cena.
— Nosotras nos fuimos enseguida y no supimos más nada. Ahora tenemos que averiguar qué pasó con ese hombre tan, maravilloso por el cual le has apostado solo por una noche y ahora serán todas las noches de tu vida, que pasó y por qué no fue anoche a la cena, algo muy fuerte tuvo a suceder para no ir.
Julianne sonrió al escuchar a su amiga Virginia.
— Amo mucho a Jórdan, es el amor de mi vida, y claro que apostaría mi felicidad junto a él y ganaría nuevamente.
— Pues la perdimos, ya no habrán más apuestas con esta chica —  Expresó Paulina haciendo gestos de lamentos.
— Pues fue la mejor apuesta de mi vida lo sé, se que fue una apuesta esa noche en el club  Berlín. Una apuesta que me llevo a los brazos del hombre que amo con todo mi ser, jamás imaginé que esa locura me llevará al amor.
— Me alegro por ti mi amiga.
— Pero hay algo que me tiene con dudas.
— ¿Dudas?
— Si, dudas, una mujer.— Respondió Julianne.
— Nosotros los abogados necesitamos evidencias para ver si el cliente es culpable o inocente. Así que tienes que salir de esas dudas enfrentando lo. — Le aconsejó Virginia.
— Así es, no juzgues por la apariencia, ve por pruebas contundentes.
Claris llegó con los aperitivos
— Aquí tiene lo que pidió abogada Julianne, al cliente L'Blank lo vi salir, ¿Quedó algo pendiente con el?
Julianne miró a sus amigas y luego a Claris.
— No lo vi, por qué no lo hiciste pasar.
— Creí que había hablado con el. Ya casi es la hora de la audiencia con los parisinos, abogada.
Julianne preparó todo mientras sus amigas se instalaban en sus respectivas oficinas.
Julianne llegó a la audiencia con los clientes frente al juez, y este hizo las respectivas preguntas y sugerencias de arreglo. Todo ese tiempo fue una eternidad para Julianne.
Dos horas después estaba saliendo del juzgado, subió a su auto y fue nuevamente a la oficina, dio las últimas instrucciones a sus clientes para la última audiencia y salió de ahí como alma que lleva el diablo.

Mientras
Alvaro dormía en el sofá, Jórdan salió de la oficina tambaleándose, vio a Karen en la sala y se acercó a ella.
— Disculpa todo el escándalo de la oficina.
— Tranquilo, no pasa nada.
— Si pasa, y de todo.
Karen lo miró mientras subía las escaleras.
— No quiero ser molestado por nadie,¿Me escucharon ?
Se adentró en su habitación y fue al baño, estuvo ahí mucho tiempo, y bajo la lluvia artificial cerró los ojos y a su mente llegó nuevamente la frase.
" Fue una apuesta por una noche"
Dio otro golpe en la pared del baño y nuevamente lastimó sus nudillos.
— Maldita sea. Como fui tan iluso, como fui a cree en su amor.
Luego salió del baño y se metió a la cama como estaba, desnudo.
Julianne llegó a la mansión L'Blank y la sorpresa no pasó desapercibida en Karen, está sonreía maliciosamente al verla ahí parada casi en shock.
— ¿Quien eres tú? ¿Y que haces aquí?
— Aquí vivo, Jórdan me invitó a vivir con el aquí. ¿Y tu, quien eres?
— Soy su.. ¡Jórdan! — Llamó tratando de subir las escaleras y Karen  se lo permitió.
— Espera él pidió no ser molestado por nadie.—  Habló  impidiendo su subida a la habitación.
— ¿Quién crees que eres tu? Para prohibir me verlo.
— Es verdad señorita, el señor pidió no ser molestado por nadie. Por favor no me haga perder mi trabajo.— pidió la chica del servicio.
— Esta bien pero por favor le dices que me llame, que estuve aquí.
— Si abogada, yo le digo.
Karen fue a su habitación, y ya a la hora de la cena, en la mesa, Ginevra y Giorgia estaban con ella.
— Chicas, ¿que les parece si vamos a colombiana? Le hablé a mamá de ustedes y desea conocerlas, saber de su Carla, ¿Que dicen, se animan?
—  Yo si, solo espero a papá se le pase pronto ese despecho que se carga y no se por quien. — Expresó con tristeza Giorgia.
— Tenemos que esperar, y nos contara, ya sabes entre el y nosotras no hay secretos. Todo a su tiempo. — Dijo Ginevra mirando a la dirección de la oficina.
— Ahí esta Álvaro, Jordan está en su habitación. Y si su padre anda todo despechado pues es justo ahora que tienen que sacarlo de aquí, para que se distraiga.—  Insinuó Karen.
— Si, es verdad, mañana hablaré con papá para ir a conocer a la abuela. Quiero saber muchas cosas.

Por otra parte.
Julianne salió de la mansión L'Blank Moreno h
echando chispas de lo furiosa que iba.
— Desgraciada, quien se cree, y Jordan que no responde nunca, voy a enloquecer. — Se cuestionaba ella misma, y de pronto volvió a la realidad.
— Un momento, esa mujer es muy parecida a Carla, ¿Quien es esa mujer?  Por ella no fue a la cena, debe ser una hermana de Carla, pero dijeron que no tenía familia. Todo esto es confuso.
Llegó a la mansión de su padre, bajó del auto, nuevamente un leve mareo movió su mundo.
Caminó y todos estaban en la sala de Star.
— ¡Hola familia!
— Hija, estás pálida, ¿Que te sucede? Preguntó Mericci caminando hasta ella al verla desmejorada.
— Un leve mareo madre, hoy fue un día agitado y no comí nada, estoy muy cansada voy a descansar un momento y bajo a la cena.
— Ve hija, descansa que ya te llevo algo ligero.
— Que felicidad, vamos a tener un  sobrino, hermanitos, que felicidad.
Todos se giraron a mirar a Ornelas por lo que dijo.
— ¿Acaso te volviste loca, si aún no están casados, le seguiré un juicio a Sergio, por ser un aprovechado. — Respondió Fabrizzio con sentimientos encontrados, tenía la seguridad de que lo dicho por su hija menor era verdad, peto no quería aceptar que su hija ya era una mujer independiente.
Julianne miró a todos sin un gesto y siguió subiendo.
— Voy a llevarle algo para que coma. Dijo Mericci levantándose para ir a la cocina.
Julianne entró a su habitación, miró su celular y ni un mensaje ni llamada de Jordan.
— ¿Que pasa Jórdan? no respondes a los mensajes y ni una llamada tuya.— Pensó. 
Se quedó parada sobre la puerta y se deslizó sobre ella hasta quedar sentada en el suelo, sus lágrimas rodaron por sus mejillas, ahora sí ya empezaba a sentir un alejamiento de parte de él, y él no intentaba buscarla ni comunicarse con ella, tenían casi dos días sin verse y sin comunicarse.
— No entiendo tu actitud, me duele tu indiferencia Jórdan.
Los golpes en la puerta la sacaron de sus cavilaciones, se puso de pie, limpió sus lágrimas y abrió. Atike la miró y comprendió su motivo de tristeza.
— Julianne, no había podido hablar contigo. Dime, ¿hablaste con Jórdan? él estuvo aquí después de que te fueras con Sergio, y créeme que si no hablas con él y aclaras todo debe estar pensando lo peor.
— ¿Que estás diciendo Atike? ¿De que confusión hablas?
— El vino a disculparse por el retraso, y preguntó por ti, y los padrinos le dijeron que te fuiste con tu prometido.
— ¿Que? Eso no es posible.
Julianne se giró de una sobre sus talones, cogió las llaves y corrió escaleras abajo seguida por Atike.
— ¡Espera! Estás muy nerviosa voy contigo.
Julián corrió subió a su auto y también Atike.
Manejó tan de prisa que no respetó señales de tránsito, y nuevamente llegó a la mansión L'Blank.
Ya casi era media noche y entró subió las escaleras fue a la habitación de Jordan y no encontró a nadie, luego a la de las niñas, y lo mismo.
— ¡Jórdan! Jórdan mi amor.¿Donde estas?
Bajo nuevamente la escaleras y la chica del servicio apareció frente a ellas.
— Dora,¿Donde está Jórdan.? Las niñas.
— Señorita, ¿acaso no lo sabe? El señor y las niñas se fueron de viaje.
— ¿De viaje, donde? ¿A Donde se fueron? Y a esta hora? — Dijo mirando el reloj.
— No lo sé señorita, ellos nunca dicen donde se van, simplemente se despiden y ya, cuando las niñas quedan ellas saben dónde viaja el señor, pero cuando lo hacen todos nadie sabe
Julianne sintió que cayó un recipiente  de agua fría caer encima de ella.
— Dora, si él se comunica por favor le dices que me llame.
— Está bien señorita, yo le digo.
Julianne salió de ahí a paso lento.
— ¿Quien iba con ellos?— Preguntó antes de salir.
— La señorita Karen Medrano se fue con ellos, ¿A donde ? No lo sé, pero él se veía triste y ella muy melosa con el.
Atike salió tras de Julianne subió al auto y salieron de ahí.
Manejó en completo silencio mientras sus lágrimas rodaban, llegó a su departamento, subió a su habitación y se tiró sobre su cama.
Atike subió con una tasa de té, se sentó a su lado tratando de tranquilizarla.
— Ten, toma esto te calmará un poco.
— Atike, ¿por qué no me preguntó? No comprendo su actitud.
— Tranquila, Julián, todo se va a aclarar cuando venga.
— Se fue sin despedirse de mi, sin decir una palabra.
De pronto una idea surgió en su cabeza, se puso de pie y volvió a salir casi corriendo seguida por Atike.
— ¿A donde vas Julianne?
— Deben estar aún en el helipuerto, hace unas horas estuve ahí y no tenían planes de viajar.
— Espérame voy contigo.
Atike casi corrió para alcanzarla, entraron al ascensor y bajaron al estacionamiento.

Apuesta Por Una Noche  (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora