CAPÍTULO 32. DOLOR Y FELICIDAD

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En la boda.
El sacerdote dio la ceremonia para declararlos unidos como marido y mujer, pasaron a la recepción donde todos compartieron.
— Felicidades, Julianne estás muy hermosa mi hermanita. — Felicitaron sus hermanos.
Julianne sonreía feliz al igual que Sergio. La fiesta continuó con brindis, conversaciones y felicitaciones a los novios.
— Ya quiero secuestrar te mi mujer bonita.
—  Y ya quiero que lo hagas.
— ¿Nos escapamos?— propuso Sergio.
— Si, ya no quiero estar aquí quiero viajar y pasear contigo de la mano. Sergio. — Habló casi en susurros a su oído por la música que había en el salón.
Julianne miró fijamente a Sergio, unió sus labios dejando un beso mientras rodeaba su brazos en el cuello de él.
— Te amo. — Le expresó muy cerca de sus labios. Julianne lo miró y sonrió mientras el la tenía abrazada a su cintura, la alzó mientras ella enredaba sus piernas en sus caderas.
— Te amo cada día más mi mujer hermosa, te amo.
— Y yo te amo Sergio.
Unieron sus labios en un profundo beso apasionado, mientras los presentes aplaudían.
Se separaron por la falta de aire en sus pulmones, Julián quedó nuevamente en pie y caminaron al centro de la pista, bailaron muy abrazados y tiempo después se despidieron para irse al hotel donde pasarían la noche.
— Sean felices mis amigos del alma, y disfruten mucho de su viaje, que nosotras nos las arreglaremos en la oficina. — Dijo Virginia y Paulina.
Atike y Álvaro vieron a la pareja ser muy felices en su momento y no vio ni rastro de tristeza en las expresiones de la feliz novia, se acercaron a felicitarlos y despedirse por qué ya ellos partían a su viaje.
—Julianne, deseo que seas muy feliz en tu nueva vida de casada.
—Gracias Álvaro, por favor, cuida muy bien de Atike, que aunque este lejos, te vigilo.
—Con mi vida. Y tu Sergio, cuida muy de ellos,
—Así mismo con mi vida.
Julianne y Sergio se despidieron de todos, fueron a la habitación a cambiarse, Sergio la tomó en los brazos y la llevó dentro, la dejó sobre la cama y muy despacio fue subiendo su vestido, dejó besos por sus piernas y subió a su intimidad, hizo a un lado su tanga y su lengua se abrió paso en esa entrada ya mojada.
—¡Oh! Sergio por favor. — Gemía mientras sus caderas se movían al compás de esa lengua.
Sergio succionaba esos pliegues causándole un estremecimiento en todo su cuerpo, sus mano subieron a sus pechos y apretó sus pezones a través de su vestido.
Julianne ya no podía más, sentía su cuerpo estremecer y sus piernas tensarse, sintió esa electrizante sensación agarró las sábanas tan fuerte y se corrió.
— ¡Oh! Por dios, Sergio.
— Dime mi amor.
— Sergio, te deseo tanto, hazme tuya.
Sergio bajó la cremallera de su pantalón y se adentró en ella.
Se entregaron a su pasión y tiempo después ya listos para abordar el jets privado para ir al aeropuerto de Roma.
Una hora después estaban esperando el abordaje, caminaron por los pasillos abrazados y riendo cuando se encontraron frente a frente con Jordan.
— Julián...— Jordan sintió su mundo temblar al ver a la que amaba feliz de la mano de otro.
Julianne parada de frente, sin inmutarse le respondió.
— Buenos días señor L'Blank.
Jórdan tragó el nudo formado en su garganta y pudo articular palabras.
— Julianne, ¿podemos  hablar un momento?—pidió esperando explicar su error.
Sérgio besó su mano y les dio espacio.
— Amor, voy a pasar los tickets.
—  No mi amor, no tengo nada que hablar con el señor L'Blank, con respecto al juicio, están las abogadas del consorcio, y creo que no hay nada pendiente.
— Julián...
—  Abogada, o señora, para usted señor L'Blank. Vamos amor no quiero retrasar nuestro viaje.
Julianne caminó unos pasos y se quedó estática por unos momentos lo escucharlo decirle.
— ¡No me casé con Karen, maldita sea!
Julianne se giró despacio, su corazón se estrujón al escuchar esas palabras, y recordó cuando le dijo sin piedad lo de su supuesta boda.
" Mi esposa y yo viajaremos junto con mis hijas"
Julianne lo miró fijamente a los ojos, y se acercó a él.
— ¿Y que te hace pensar que eso a mi me importa? Yo si me casé, y soy muy feliz, con mi marido. Por qué no solo soy su esposa, también fui su mujer.
— Julianne. — Pronunció en un susurro. Su corazón se rompió en mil pedazos, su mujer había sido de otro, y eso era su culpa.
— Señor L'Blank, el día que lo detuve aquí en el aeropuerto, le traía una noticia que usted no quiso escuchar.
Jórdan la miró y sus ojos se cristalizaron vio el sobre mientras
Julianne y Sergio siguieron su camino y se perdieron por los pasillos llegaron al hangar que los llevó a abordar el jets privado para irse a su viaje de luna de miel.
— ¿Estás bien mi amor? —Preguntó abrazando la, Julianne tenía sentimientos encontrados, ver a Jórdan después de tres meses, y saber que no estaba casado le produjo un mal sabor de boca.
— Me mintió Sergio, no se por que me hirió de ese modo.
— También está sufriendo, saberte mi mujer le dolió y no lo ocultó.
— Es muy diferente, yo me casé no para lastimar a nadie pero él me mintió para hacerlo, me hirió sin razón, no me quiso escuchar y el di pide se escuchado. Bueno ya, no más Jórdan, vamos tenemos mucho tiempo para disfrutar de nosotros, para amarnos, y querernos mucho.
— Te amo Sergio, estás aquí en mi corazón, y siempre vivirás en mí.
— Y tú en mí. — Respondió el devorando su boca en un apasionado beso.
El viaje a París fue en completa armonía, llegaron al hotel, les dieron la llave electrónica y subieron a la suite presidencial, al abrirse las puertas metálicas Sergio nuevamente la cogió en brazos y la llevó al interior de la habitación.

En Capri
Luego de ver partir a Julianne con Sergio,  Jórdan salió del aeropuerto con destino a Capri, ya ahí  envío a sus hijas a casa y el se desvió a un bar, cogió el celular y llamó a Álvaro.
Quien estaba con Ginevra y Giorgia en la mansión.
Su celular sonó y era su amigo.
— Necesito de un amigo Álvaro.
— Dime dónde estás y voy enseguida.
Jórdan envío la dirección y en menos de una hora estuvo en el bar donde estaba casi borracho Jórdan.
— L'Blank, aquí estoy, hermano lo siento no pude detener.
— Ya no importa Sánchez, ya nada importa, me dejó, se casó con otro, me olvidó, se olvidó de nuestro amor.
— Jórdan, el día que te fuiste a Medellín, yo estuve aquí, la dejaste  devastada con esa noticia de tu inesperado matrimonio, la vi llorar, sumergida en la tristeza y era Sergio quien estuvo a su lado, tu la arrojaste a los brazos de Sergio, ella fue por ti, y tu la despreciaste ahora  ¿Como pretendes tu, que ella te siga esperando cuando fuiste,  quien la echó de su lado, con eso de que te casaste.
— Pero no lo hice.
— Nadie lo sabía, incluso yo lo creí, como lo iba a creer ella.
— Mátame, mátame para no sentir este dolor, por que esta muerte es lenta y duele, duele tanto verla feliz en los brazos de otro hombre, y mi hijo, ¿Como hago para ver a mi hijo y sentirme lejano de ella.
— Se fuerte amigo, saca fuerza y sigue adelante.
— No creo poder soportar verla feliz sin mí.
Jórdan siguió bebiendo como agua cada basó de whisky. Era muy entrada la madrugada cuando Álvaro lo llevó a arrastras al auto para llevarlo a casa.
Llegaron y lo ayudo a llegar a la habitación donde se tiró sobre la cama y durmió.
Álvaro se percató de que estaba dormido y salió para irse con Atike a su residencia.
— No creí ver a Jórdan en ese estado, está devastado por perder a Julián.
— Ella también quedó así cuando la lastimó con lo de su matrimonio falso. Tu la viste como sufrió y lloró tanto.
— Su error le costó caro, ahora la perdió y para siempre.
Álvaro y Atike llegaron a su residencia, ya vivían juntos y estaban preparando su boda.
Álvaro salió y rodeo el auto para abrir la puerta y ayudarla a salir.
— Ven mi vida, vamos a descansar. —Expresó Álvaro y Atike y en el momento de salir su mundo se desvaneció, cayendo en los brazos de Álvaro.
— Atike, amor ¿que te sucede? Reacciona por favor.
Álvaro la volvió a subir al auto y salió de ahí como alma que lleva el diablo, para llegar al hospital.
Llegó a emergencias y a gritos pidió atención.
— ¡Un médico! Rápido por favor.— Gritó cargando la a emergencias.
El galeno la ubicó en un cubículo la examinó y realizó los exámenes correspondientes, Álvaro ni un solo momento se separó de ella, tenía su mano entre las suyas y su corazón estrujado al ver que no reaccionaba.
Una hora después el galeno entró con los resultados de los analisis.
— Muy bien señor Sánchez.
— ¿Que tiene mi esposa doctor? ¿Es algo grave? — Preguntó muy angustiado, el galeno sonrió y lo tranquilizó.
— Señor Sánchez, felicidades van a ser papás, su esposa está embarazada, tenemos que realizar una ecografía para determinar el tiempo de embarazo.
Álvaro se quedó con la boca abierta al escuchar esa noticia.
— ¿Un hijo? Esta seguro doctor.?
— Si señor, los exámenes no mienten.
Álvaro sonrió y miró a Atike besó sus manos y ella poco a poco despertó.
— ¿Álvaro? ¿Que me sucedió?— Preguntó intentando ponerse de pie.
— Tranquila mi amor, no estás enferma,  vamos a tener un hijo.
— ¿Que? que estás diciendo Álvaro?
— Eso que escuchaste mi vida estás embarazada, mejor dicho, estamos embarazados.
Lágrimas rodaban por las mejillas de Atike, Álvaro las enjugó con uno de sus dedos.
— Ya mi amor, no llores.
— Son lágrimas de felicidad, fuí re...
— Ya mi amor, no recuerdes cosas tristes, nuestro hijo no puede sentirse triste.
— No pasará más. Álvaro, un hijo nuestra hijo mi amor, gracias por enseñarme a ser mamá.
— No mi amor, gracias por darme esta gran felicidad a estas alturas de mi vida.
Álvaro junto sus labios a los de ella en un beso tierno, al que ella respondió.

Apuesta Por Una Noche  (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora