CAPÍTULO 37. ¿DERECHOS?

247 22 0
                                    

Julianne había contado toda la verdad a su familia, no comprendieron su actitud de el por qué ella no dejó que el hablara con ellos a tiempo, pero no le reprocharon nada, continuó con su vida sin saber de Jórdán y mucho menos se molestó en preguntar por el.
Los meses pasaron y estaban celebrando el primer año de Arielle Anastasie.
—Falta muy poco para que mi pequeño Álvaro cumpla su primer año, Julianne, ¿Nos acompañaras a mi pueblo? —Preguntó Atike algo nerviosa por la cercanía del tiempo de volver a estar entre su gente, Julianne la miró sorprendida por escuchar tales peticiones.
—¿Estás segura de que deseas volver al pueblo? Mira que no te esperan.
—Lo sé, por eso quiero ir y enfrentar mi doloroso pasado y demostrarles que solo era falta de tiempo.
—Cuentas conmigo siempre mi Tiki, te apoyo en tus decisiones, pero Álvaro nos tiene que acompañar.
—Si, ya está todo listo, solo esperamos el cumpleaños de junior.
—Muy bien, me dices una semana antes para dejar todo en orden y nos vamos. —Respondió Julianne y continuaron en la fiesta.
Atike se acercó a Mericci y ella tomo a Álvaro Jr. en brazos.
—Mi pequeño, está muy hermoso, felicidades mi niña, eres una buena madre.
—Gracias madrina, hago lo mejor que puedo, cuidar y proteger a mi familia, ya Ginevra y Giorgia son casi mayores de edad y Jórdan no aparece para decidir su futuro. Ellas desean salir del país, y si Jórdan no está tendremos que irnos con ellas.
—¡Ay hija! Toda esa historia de Jórdan y Julián fue muy triste, el desapareció y ni por su pequeña volvió.
—Cuando sus heridas sean sanas volverá a estar juntos, estoy segura.
—Eso espero hija, mi Julián sufrió la  desaparición de Sergio y luego su muerte, y Jórdán, con esa mentira del matrimonio también la hizo sufrir, no sé si mi hija algún día alcanzará la felicidad.
—Lo será madrina, ella encontrará el equilibrio de su vida.
La fiesta continuó entre juegos infantiles, charlas y risas, todos muy ajenos unas intensas miradas que de vez en cuando los vigilan de lejos.

Los meses siguieron su curso en completa armonía y normalidad, ahora era la fiesta del pequeño Álvaro Jr.
—¿Feliz mi querida esposa? —Preguntó Álvaro abrazando la cintura de Atike, ya con cuatro meses de embarazo.
—Mucho mi amor, pronto iré a ver a mis padres, y les presentaré a su nieto y a nuestra pequeña que crece aquí.
Álvaro acarició el vientre de Atike, y la atrajo a él dejando besos en su mejillas.
La fiesta continuó y así pasaron los días, y ya estaban listos para partir nuevamente al lugar donde inició el camino que cada uno de ellos hasta ahora habían recorrido.
Atike jamás imaginó que el ser rechazada y al salir de su pueblo, encontraría el verdadero amor, y más realizar el sueño de su vida, tener hijos.
Julianne, creyó que su historia con Jórdan no tomaría caminos diferentes, y ahora no sabía nada de él.
Salieron de Italia en un Jets privado que los llevaría a Alemania y de ahí al pueblo donde Álvaro ya tenía una pequeño barco listo y cómodo para viajar por el caudaloso río.
Luego de horas de viaje subieron al barco para emprender el recorrido por el río, Álvaro disfrutó del paisaje que dejaba atrás, abrazado a su esposa.
Julianne tenía sentimientos encontrados, sentía una presión en su pecho que no podía explicarse el por qué, volver al lugar donde vivió su amor libremente, le causaba todo aquellos sentimientos encontrados.
El viaje continuó y llegaron al puerto al anochecer, nadie los esperaba y como siempre todo estaba muy iluminado con antorchas, los hombres de la tribu salieron a recibir a los extraños, y la imagen que vieron frente a ellos los llenó de sorpresa.
—Julianne y yo bajaremos primero.—dijo Atike sintiendo su corazón retumbar fuerte en su pecho.
—No quiero que estés sola, ¿Y si te lastiman? —hablo Álvaro muy preocupado.
Atike acarició su mejilla tratando de tranquilizarlo y demostrando una tranquilidad que estaba lejos de sentir.
—No estaré sola, Julianne estará conmigo.
—Asi es Álvaro, no pasará nada, tranquilo son personas muy amables.
Decidieron bajar y están ahí frente a la cara de sorpresa de todos los hombres incluído Hunno. Este la miró tan cambiada y tan hermosa que no dejo de mirarla ni un solo instante.
—Atike, hija mía, Cómo te ves de bonita. —habló su padre acercándose a ella y abrazándola, y al sentir su pequeño vientre posó su mano en el.
—Soy el padre más feliz por su hija.
—Gracias padre. —respondió sonriente .
—Julianne, gracias por cuidar de ella, y traerla de vuelta, aún que sea por poco tiempo.
—Este es nuestro segundo hogar gran patriarca.
—Imagino que no vendrán solas.
—No, no venimos sola.
—Entonces mañana los quiero a todos aquí, el viaje fue muy largo y me imagino que necesitan descansar.
Atike y Julianne asintieron con un movimiento de cabeza y volvieron al barco.
Álvaro estaba muy ansioso por saber lo que ocurría ahí fuera y no podía  escuchar nada. Vio subir a las chicas y se apresuró a recibirlas.
—¿Que sucedió, que te dijeron mi amor? —preguntó y Atike sintiendo los nervios de puntas respondió.
—Mañana los vas a conocer, te quieren conocer, todo estará bien, no pasará nada malo, ahora a darnos una ducha quiero descansar.
—La cena está lista. —ofreció Álvaro
—No tengo hambre. —respondió Julianne cogiendo
—Tienes que comer algo Julianne, se que este lugar te trae recuerdos tristes por la perdida de tu bebé, y también recuerdos...
—Que ya olvide Tike.
Atike la miró y luego a Álvaro.
—Entonces vamos yo si tengo hambre, y mucha, está pequeña es muy comelona.
La cena pasó y ya todos en sus camarotes nadie podía conciliar el sueño.
Atike, tenía que presentar a su esposo y por ende a sus hijos, mirar nuevamente a Hunno y restregarle a su familia en la cara sería como un triunfo para su dignidad humillada años atrás.
Julianne daba vueltas en la cama, se levantó y camino a la cuna dónde su pequeña Arielle Anastasie dormia plácidamente.
Álvaro sentía la ansiedad de Atike, la sentía removerse en su lugar, rodeo su cintura y la abrazó.
—Tranquila mi amor, todo saldrá bien, ya verás.
—Lo se, se que mañana será otro día, y todo estará bien.
Todos trataron de conciliar el sueño, esa noche fue la más larga de sus noches.
Al día siguiente, muy en la mañana, todos desayunando y listos para bajar a la aldea. Julianne cogió el Arielle Anastasie en brazos y fue la primera en bajar, fue seguida por Atike con Álvaro Jr en brazos seguida por Álvaro.
Todos miraban a Atike sorprendidos del cambio en ella, su maquillaje sutil y sus prendas sencillas pero elegantes. Hunno la miró embelesado y luego a Álvaro.
—Madre, padre, les presento a mi esposo a mi hijo y a mi pequeño Sheila.
—Sheila, la que habita en las alturas, será grande como su nombre. —expresó el padre de Atike poniendo la mano sobre su vientre.
Atike sonrió y ofreció a su hijo, el abuelo lo miró y dió la bendición al pequeño Álvaro.
—Alvaro, Alla warja, eres el guardián de todas las cosas, guardián noble. Serás grande como tú nombre.
Julián se acercó al padre de Atike y sonrió dándole un abrazo.
—Gran patriarca, ella es mi hija, Arielle Anastasie.
—Leona de Dios resurección de lo divino, eres grande leona. Es mucho más hermosa en persona que en esas fotos que veo.
Julianne se quedó de piedra al escuchar semejante declaración ¿Cómo era posible que ahí conocieran a su hija?
—¿Que dice padre Yamanik?
Yamanik la miró y recordó que Jórdan dijo estar aislado y que nadie sabía dónde estaba.
—Yo, yo le mostré fotografías de ella a todos aquí. —habló Jórdán tras de Julianne, quedando de piedra, se giró lentamente y quedó frente a él.
—Jórdan. —pronunció en susurro.
Jórdan camino y la sorpresa fue mayor cuando Arielle se lanzó a sus brazos.
—Papá pa. —balbuceó la pequeña. Jordan la tomo en brazo y jugó con ella.
—Mi pequeña pelucita, como te extrañé mi princesa hermosa, has crecido en tres meses que no te vi.
—Espera, ¿como que en tres meses? ¿Cómo es que mi hija está muy familiarizada contigo.?
Jordan la miró y sonrió.
—Nunca deje de ver a mi hija, Julián, cuando desaparecí vine aquí a despejar mis dudas y sanar mis heridas.
—Jórdan no es el momento.
—Lo sé, ya tendremos tiempo para hablar, solo si tú lo deseas.
Julianne siguió a saludar a la madre anciana al igual que Atike.
La anciana madre las recibió con mucho cariño y hablaron de muchos,
—Ahora quiero hablar con tu esposo Atike, tu sabes cuáles son las tradiciones del pueblo, espero le allá dicho.
Atike bajo la mirada y sus lágrimas salieron, nuevamente se sentía como una mercancía de cambio.
—Madre, yo liberé a mi amiga de la servidumbre, fue libre en el momento de casarse con Álvaro.
—Y que recibiste a cambió de su libertad.?
—Recibí mucho, ella me dió a cambió algo que ni todo el dinero pueda comprar.
—Me alegro por ti Julianne es la tradición y no podemos perder así mantenemos el equilibrio de las cosas.
—Ahora ve y dile a tu marido que venga.
Atike salió y llamó a Álvaro quien fue de inmediato con el pequeño Álvaro Jr en brazos
—¿Que pasa amor?
—Nada, solo es que la anciana madre desea conocerte.
Álvaro entro e hizo reverencia de saludos. La anciana madre lo miró haciéndole señas de tomar asiento.
—Alvaro Sánchez, tu lograste lo que Hunno no pudo, entonces si ella es una mujer fértil, es otro el problema.
—No comprendo madre. —Habló Atike algo extrañada.
—Si tienes un hijo y viene otra en camino significa que el del problema es de Hunno, y siendo tu una mujer fértil el puede reclamar su derecho.
—¿Que está diciendo madre anciana? De que derechos me habla. —Aseveró algo alterada y continuó.
—El me rechazó, me impuso otra mujer no pudo darme el tiempo necesario y ahora el exige derechos. ¡No es justo! Vine para presentar a mi familia a mis padres no a pagar algo que no debo.
—Lo sé hija, pero aquí el tiene derechos de reclamar.
Álvaro estaba indignado ante lo que escuchaba, intentó hablar pero Jórdan lo detuvo.
—Tranquilo hermano, deja que ellas hablen, Hunno, el ama a su esposa, y no arruinara tu familia, son cosas y costumbres, de ellos, pero Atike ya no pertenece aquí.
-

Apuesta Por Una Noche  (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora