CAPITULO 11

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Ginevra miró a Giorgia subió las escaleras y se encerró en su habitación. Buscó el número del abogado y se comunicó con él, no dejaría que su padre pase por mucho tiempo en la cárcel.
Jórdan parecía un gato enjaulado en esa celda, no saber de Julianne lo volvía loco, uno de los guardias se acercó y le informó que tenía visita.
— Fabrizzio, hermano, ¿como sigue Julianne? — Fue lo primero que preguntó al verlo.
Fabrizzio lo miró fijamente, y vio lo preocupado que estaba, y una duda se instaló en su cabeza.
— Creí que lo primero que me preguntaría sería sobre el proceso para salir de aquí.
— Lo sé, y claro que me interesa mucho, pero la salud de Julianne, eso es más preocupante, fue mordida por una serpiente, y de verdad hice lo imposible por cuidarla, pero son cosas que  no pude controlar.
— Lo sé, se que trataste de protegerla, y te lo agradezco mucho, ya está en manos de los médicos, pronto se recuperará. Ahora es tu situación la más complicada.
— Voy a demostrar que no es un secuestro, mis hijas nacieron dentro de una familia, y eso cuenta mucho. Álvaro no me las quitará, por favor Fabrizzio, cuida de ellas mientras estoy aquí.

Los días pasaron y Julianne ya estaba mucho mejor, Mericci cuidaba de ella, mientras Atike, Ginevra y Giorgia estaban en la mansión Ferrari, el juez les había dado la potestad mientras se definía su situación legal.
— Mamá, ¿como sigue el proceso de Jórdan? Ya quiero salir de aquí para tomar su caso.
— Hija, trata de recuperarte completa mente, los abogados están en eso, habrá una audiencia para ver si ellos llegan a un acuerdo.
—  No comprendo por qué Jórdan no me lo dijo.
— Hija, ¿por qué tendría que decirte? Apenas y se conocen.
— Lo se madre, es solo que.. bueno como recién salimos de ese monte, el tenía que recibir atención médica y lo llevaron de una a la cárcel.
— Hija.. — Mericci miró a Julianne, queriendo preguntar, pero prefirió cambiar el tema. — Trata de descansar así te recuperas pronto.
— Ya estoy bien madre.ya estoy bien.
Julianne cerró los ojos, ahogo las lágrimas que querían salir, saber que su pequeño ya no estaba dentro de ella, la entristecía.
"Mi angelito, mi pequeño bebé, prometo que sacaré a papi de ahí, te lo prometo mi amor"
Mericci vio a Julianne con los ojos cerrados, su corazón dolió mucho por que sabía el dolor que estaba sintiendo.
— Mi amor, sabes que aparte de ser tu madre soy tu amiga, y puedes contar conmigo.
— Lo sé madre, solo dame tiempo, el necesario, y entonces te contaré todo.
Mericci abrazó a Julianne y está dejó rodar sus lágrimas contenidas.

Mientras en el juzgado de lo familiar
El día de la audiencia llegó, Jordan frente a Álvaro, los abogados y el juez.
— Señor juez, mi cliente presenta los cargos en contra del señor Jórdan L'Blank, por retención ilegal de las menores de edad Ginevra y Giorgia L'Blank Moreno legalmente hijas del mencionado, y mi cliente reclama el derecho de paternidad sobre ellas. —El abogado de Álvaro habló y presentó las pruebas de ADN para demostrar ser el verdadero padre de las gemelas L'Blank Moreno.
— Su señoria, las gemelas L'Blank Moreno, nacieron dentro de un  matrimonio legal, el señor L'Blank y la difunta señora Moreno eran esposos, por lo tanto mi cliente tiene los derechos sobre sus hijas. Y más ellas están en una edad donde pueden decidir con quién desean compartir sus vidas.
El juez revisó la documentación, y vio la edad de las adolescentes, miró a Álvaro y luego a Jórdan.
— Señor L'Blank, ¿cuando y como conoció a la señora Carla Moreno?
Jórdan miró a Álvaro y respondió.
Yo era amigo del señor aquí presente, el era el gerente general  del conglomerado JAMCAVDROS, y un día fui a verlo, y ese mismo día Carla llegó a las oficina para una entrevista de trabajo, ella me encantó desde que la vi, y le pedí a mi amigo que le diera ese puesto y que yo trabajaría ahí como piloto de la empresa, así ambos trabajamos pero ella jamás me miró, el encanto de un pleyboy la enamoró.
— Yo nunca supe eso, solo fue... — Jórdan miró a Álvaro y vk esa mirada Cummins te le ordenaba.
— No se te ocurra decirlo Álvaro, no hables de mi mujer.
— ¡Silencio! Esto no es una galleta.
— Señoria, mi cliente no cometió delito de secuestro, sus hijas nacieron de tri de su matrimonio, no hay cargos para mantenerlo detenido.
— Queda en libertad, pero el proceso continua para determinar la custodia de las adolescentes. Mientras tanto quedan bajo la custodia judicial.
— Señor juez, porfavor, déjelas bajo custodia de la familia Ferrari, no estaré tranquilo si quedan en un centro de acogida.
El juez miró a Jórdan y aceptó la petición.
— Bien aquí está la orden judicial, para la estadía de las niñas con la familia Ferrari. Mientras tanto ustedes señor Álvaro tendrá permiso de verlas cuando quiera sin poder sacarlas de la recidencial.
— Gracias señoria.
Álvaro cogió la orden y Jórdan salió del juzgado. Una hora después ya estaban de camino a la mansión Ferrari seguida por Álvaro.
Jórdan estaba impaciente por llegar a la mansión, quería saber de Julianne, y de sus hojas, el auto se estacionó y salió tan de prisa, Ginevra y Giorgia salieron a recibirlo, colgándose de su cuello, Álvaro a lo lejos miró la escena y sintió pesar en su corazón, por qué el sabía que era el único culpable de todo eso que sucedía.
— ¡Papá! — Hablaron al unísono mientras corrían a saludarlo.
— Mis princesas hermosas, las extrañé tanto.
— Y nosotras papá, no tienes idea de cuánto, ahora estamos juntos y nadie nos va a separar. — Expresó con mucha seguridad Ginevra, mirando en dirección a dónde estaba Álvaro.
— Padre, tienes mucho que explicarnos, ahora está Álvaro y nunca supimos de su existencia. —
Jórdan acarició sus mejillas y caminaron al interior de la casa, ?iro a unis de los ventanales y vio a Julianne a través de las cortinas, sonrió haciendo un gesto de asentimiento, mientras seguía.
— Hermano, me alegra mucho que estés libre. —  Saludó Fabrizzio abrazando lo, mientras Julianne entraba a la sala de Star.
— Hola! Jórdan, me alegra que todo se resolviera, ¿Y cómo has estado?
Jórdan la miró, y las ganas de saltarme encima y abrazarla y comérsela a besos no eran diferentes a la de ella.
En ese roce de manos que tuvieron, sintieron estremecer su mundo, arder del deseo que sentían el uno por el otro, sus miradas se conectaron y fue Fabrizzio quien los trajo de vuelta a la realidad.
— Hija, será que ahora que estás mejor puedes revisar el caso de Jórdan, para ver si llegan a un acuerdo con Álvaro, que se yo.
Julianne miró a Jórdan y este asintió con un movimiento de cabeza.
— Por favor, me gustaría que llevarás mi caso.—  Pidió.
— Antes de tomar una decisión, revisaré el caso, pero antes tengo que saber todo, din reservas de acontecimientos para poder armar una defensa.
— Fabrizzio, por favor, puedes estar presente a la hora de la visita de Álvaro a las niñas, yo no tengo permitido solamente el tutor provisional.
— No te preocupes amigo, estaré presente siempre y que no pueda por alguna emergencia lo hará Mericci.
— Gracias por el apoyo hermano, esto me está volviendo loco, no imaginó perder a mis hijas, otra pérdida no, ellas no llevan mi sangre pero son mías.
Un nudo se formó en la garganta de Julianne, sintió dolor de ver que esa sensación de pérdida era compartida con ella. Fabrizzio salió de la oficina y al momento de cerrar la puerta Julianne se lanzó a sus brazos.
— Mi amor, mi amor, por fin estás aquí, te extrañé tanto tanto, estaba preocupada sabiéndose en ese lugar.¿Estás bien, no te hicieron daño?
— Tranquila mi vida, estoy bien no sabes lo preocupado que estuve sabiendo lo mal que llegaste.
— Estoy bien ahora justo Ahora, te amo.
— Y yo más, no sabes cómo te extraño, hablaré con Fabrizzio y nos casaremos ya no deseo estar mejor de ti.
— Todavía no, déjame hablar con ellos primero y entonces lo haremos los dos , y entonces hablaremos los dos.
— No estoy de acuerdo en que seas tú la que de la cara primero.
— Amor, solo abrázame fuerte ahora, te extrañé tanto, moría por saber de ti. — Decía Julianne besando el rostro de Jórdan.
Jórdan respondió y unieron sus labios , devoró su boca, mordió sus labios, succionó suavemente su lengua, bajó por su cuello, y llegó a sus pechos, mordió cada uno de sus pezones, sol succionó, los apretó.
— ¡Oh! Por dios, como deseo entrar en ti mi Charlotte, te amo vida mía.
— Y yo deseo sentirte también, mi amor, no tienes idea de cuánto te extraño.— Su declaración de amor era tan intensa como lo sentían.
Se separaron al sentir la puerta abrirse y hacer presencia Ginevra.
Ella miró a su padre y luego a Julianne, viendo lo nerviosas que estaba.
— ¿Interrumpí algo?. — Preguntó ingenuamente.
— No mi vida, solo estoy explicando cómo fue nuestras vidas aquí entra que todo suceda.
— Está bien, los dejo solos.
—  Hija, ve con Álvaro, el también tiene derecho a tu tiempo.
— No me obligues padre. Por favor.

Apuesta Por Una Noche  (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora