CAPITULO 14 ENTRE LAS SOMBRAS

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Atike era una mujer diferente, con ese maquillaje que resaltaba sus ojos negros, al igual que su cabellera ondulada, y metida en un conjunto de Cocó Chanel, era una mujer completa mente diferente.
- ¡Woow! Te ves hermosísima Atike, si tu ex te viera, se arrepentiría de haberte desechado. - Exclamó Ginevra.
- ¡Hija!
- Ya lo sé tía, ese será otro Álvaro Sánchez, se arrepentirá de haber dejado ir a Atike.
- Estás muy chica para guardar resentimientos ajenos, vive tu tiempo cariño, todos aceptamos en nuestras vidas lo que deseamos vivir. Algún día tú vivirás tus experiencias por qué así tú lo desearás así no esté bien a la vista de otros.
- Es verdad tía, pero me duele ver cómo los hombre utilizan a las mujeres.
- Así es, te contaré un secreto.
- Dime tía, será nuestro secreto. - Respondió Ginevra.
- Cuando tu tío y yo empezamos, yo era enfermera privada de mi mejor amiga, Pierina D'Alessio, fue ahí que conocí a Fabrizzio, el era dueño del hospital, y empecé a tener un amor de pasillos de emergencia, nadie sabía nada porque no era permitido una relación entre compañeros de trabajo, y cuando vi que esa relación empezó a ser incómoda para mí, el ocultando me, decidí alejarme, pero Fabrizzio decidió aceptar lo que sentía por mí, y mira, aquí estamos, esperando nietos.
- Tía, me encantaría tener un amor bonito como el tuyo.
- Y lo vivirás mi amor, lo vivirás, al igual que tú Atike.
- No creo que nadie se fije en una mujer que está seca, que no puede tener una familia, ese es mi castigo.
Mericci la abrazó y cayó sus palabras.
- Nunca vuelvas a desvalorizar te como persona y mucho menos como mujer, tu y todas nosotras valemos mucho, sea que tengamos o no hijos propios, también hay muchas formas de se madre, no solamente por qué traigas un hijo en tu vientre te hace madre, puedes adoptar, puedes alquilar un vientre si tu problema es genético. Mira, tiempo al tiempo, ya encontrarás un hombre que te ame y entonces las cosas surgirán.
Atike se miró al espejo, miró la imágen que reflejaba, pasó su mano por ella y sonrió.
- Jamás creí que esta mujer existiera.
- Pues mírala bien, y se llama Atike, y será una gran madre y profesional algún día. ¿Vamos a ver una película?
- Sii, vamos. - Respondió Ginevra y se encaminaron al cine.
La tarde pasó entre compras comidas y risas. Volvieron a la mansión cargadas de bolsas, llegaron al estacionamiento de la residencia justo cuando Álvaro se disponía a marcharse.
Alvaro se acercó a Mericci mientras Ginevra y Atike estaban sacando las bolsas de la cajuela del auto.
- ¡Hola Mericci! Un gusto verte y gracias por todo.
Atike tenía cajas sobre cajas en sus brazos caminó y al suelo fue a dar con todo, Álvaro y las demás se apresuró a ayudarla Ginevra quitó las cajas de sus manos mientras Álvaro la ayudaba a levantarse, se aclaró la garganta al mirar como había cambiado esa simple mujer que un día vió correr descalza en el jardín.
- ¿¡Atike!? Eres... Eres muy hermosa.
Pronunció tartamudeando.
- Claro que es hermosa, y está prohibida para ti. - Habló Ginevra mientras caminaba al interior de la mansión.
Mericci la miró y luego a Álvaro, sintió pesar ver tristeza en su mirada.
- Dale tiempo Álvaro, es muy joven para entender que lo adultos cometemos errores que muchas veces nos cuestan mucho.
- Gracias Mericci, y si, tendré toda la paciencia del mundo. - Respondió y luego miró a Atike.
- Disculpa, no .. no quise.
- Tranquilo señor, usted no hizo ni dijo nada.
Álvaro asintió, se subió a su auto y se marchó.
Atike lo vio irse hasta que desapareció de su vista, cogió el resto de bolsas y caminaron juntas, Mericci sonrrió al ver la expresión de ella, era inexplicable pero vio chispas en los ojos de Álvaro al mirar a Atike algo igual vio en los ojos de ella.
- Cariño, recuerda que uno vive lo que acepta vivir.
- Lo sé, madrina. - Respondió y caminaron sonriendo.
Entraron a la sala y aún Jordan estaba esperando a Ginevra.
- ¡Hola señor Jórdan. - Saludó Atike al verlo.
- Hola Atike, estás muy cambiada y me alegro por ti, pero por favor, dime Jórdan, somos amigos, no me digas señor.
Ginevra bajó corriendo las escaleras y se lanzó a los brazos de su padre.
- Padre, eres el mejor del mundo, te amo y para mí no existe otro padre así el ADN lo diga, tu eres y serás mi padre.
Jórdan la abrazó, sintió estrujar su corazón al escuchar las palabras de su hija.
- Ustedes son mis hijas, mías, y que ningún juez diga lo contrario.
- Así es padre, ningun juez nos va a separar con su estúpida sentencia.
Se abrazó más a él su padre ante la mirada de todas ahí presente y desde lo alto la mirada intensa y llena de amor de Julianne.
Álvaro subió a su auto, arregló el estreno para mirar bien a Atike, verla así le causó una gran impresión.
- Que hermosa es, como sea es muy hermosa. - Pensó al recordar.

Flash Back

Álvaro cómo cada día llegó a la mansión Ferrari, y lo hicieron pasar al jardín, caminó con premura al escuchar las risas ahí fuera.
Se acercó y miró a Ginevra y Giorgia corriendo con Atike. Esta Lucía descalza y despeinada, con ese vestido muy corto, sus pechos rebotaban a sus brincos, y su risa era melodiosa a sus oídos.
Giorgia se percató de la presencia de Álvaro y corrió a él.
- ¡Hola padre! Pensé que vendrías más tarde. - Habló Giorgia a un embelesado Álvaro mirando el cabello de Atike, que revoloteaba al viento.
Giorgia miró en la dirección a donde Álvaro tenía la mirada fija.
- Es hermosa, ¿Verdad?
- ¡Ah! No, digo si, bueno que se yo. -Expresó Álvaro sintiéndose como un adolescente nervioso frente a su hija. Mientras ella se carcajeaba, y Atike se acercaba a ellos.
- Disculpe señor, no me fijé que estuviera aquí, - se disculpó mientras se alejaba, y Álvaro la siguió con la mirada.
- Que no se te ocurra jugar con ella, señor Sánchez . - Le advirtió Ginevra mirándolo.
- No tengo esa intensión hija.
- Entonces no la mires así, que no es exhibición de feria.
- Estás muy a la defensiva Gin, deja que sea ella quien decida, no puedes ir por el mundo defendiendo a la gente sin saber si ella lo desea.
Le reprochó Giorgia, y ella le hizo un gesto gracioso y a Álvaro lo miró fijamente.
Fin Flash Back.

- No puedo pensar en esa mujer, es.. es .. es muy hermosa. ¡Joder! Estoy aquí por recuperar a mis hijas no buscando aventuras. - Se cuestionó apretando el volante tan fuerte.
Llegó a su residencia subió a su habitación y se fue directo al baño, abrió el grifo y mojo su rostro. Quería quitar la imagen de Atike de su mente.
- ¡Carajo! Tan necesitado estoy. - Se fijó mirando su bulto sobre su pantalón, bajo la cremallera liberando su dura erección, cerró los ojos y la apretó tanto que sintió placer .
- ¡Aaah! Atike. - Gimió pronunciando su nombre mientras se masturba, su corazón latía tan fuerte, mientras su respiración era agitada, bombeaba su mano mientras apretaba tan fuerte sus dientes, sintió su cuerpo ser recorrido por esa electrizante sensación que terminó cortiendose en su mano.
- ¡Ah! Carajo. Parezco un adolescente, tengo que olvidarme de esa ind.....- Sus palabras se atraganta ron en su garganta.
- Que imbécil soy, no debí tener esa intensión de llamarla así.- Se cuestionó mientras se miraba al espejo.
Se despojó de su ropa y se metió bajo la lluvia artificial, cerró los ojos y nuevamente pensó en Atike.
- Es muy hermosa.
Salió del baño se cambió y salió nuevamente, fue al cementerio donde estaba la tumba de Carla, compró flores y caminó buscando, hasta encontrarla, cambio las flores y se sentó ahí mirando la foto y recordando su sonrisa, su voz.
- Nunca te olvides Carla, sin querer te adueñarse de mi corazón, y yo te destroce el tuyo. - Habló, recordó, y medito mucho sobre los momento que vivió con ella
Mientras en la mansión.
Atike subió con las bolsas a su habitación, Ginevra le ayudó y mientras lo hacía la vio muy distante.
- ¿Extrañas a tu pueblo?
- Si, mucho, aquí es muy lindo, pero es otro estilo de vida, allá eres libre, corres libre al viento, descalza, te metes a un río o a un arroyo. Claro que extraño volver.
- Algún día lo harás, y veran que dejaron ir a una valiosa mujer.
- Hunno debe tener descendencia, y yo no podía darle descendientes .
- Y por eso te desecharon. ¡Siento tanto coraje! no hay que ser civilizado para ser machista. - Reprochó muy enojada Ginevra.

Por otra
Julianne vio la escena de Jórdan y su hija, sintió pesar al recordar su perdida, se alejó de ahí y fue a su oficina, y siguió con la defensa de Jordan llamo a cada una de las niñas, - Ginevra, ahora yo tomaré la defensa de tu padre, de Jórdan, en una de las audiencias el juez las mandará a llamar, por cuánto ya casi son adultas, puede decidir con quién desean quedarse.
- Lo sé Charlotte, yo tengo bien definida mi decisión.
- Perfecto, así mismo será con tu hermana. Tienen que decir las cosas clara y precisa y no cambiar las versiones cada vez que sean llamada.
- Entiendo, y gracias por ayudar a mi padre, es muy importante para mí y me imagino que para el también que tú lo defiendas.

Apuesta Por Una Noche  (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora