Subieron al auto y salió nuevamente a toda velocidad, rebasando autos y media hora después ya estaban corriendo por los pasillos que la llevan al hangar privado de la familia L'Blank.
A distancia lo vio empujando la silla de Karen y un grito de ella lo hizo detenerse.
— ¡Jórdan! — Gritó su nombre y él se detuvo, lentamente se giró y la miró.
Su corazón latía tan fuerte, que deseo correr a sus brazos, dio unos pasó y Julianne caminó de prisa hasta llegar a él.
— Jórdan, mi amor, creí que no te alcanzaría.— Exclamó muy agitada.
— ¿Que haces aquí Julianne? Si no te llamé y no te deje mensaje y sobre todo no te informé de este viaje, es por que no quiero que sepas de mí, ni yo saber de ti, ¿Entiendes?
— Jórdan, es un mal entendido, mis padres.
— Tus padres me dijeron la verdad y yo lo confirmé, ganaste la apuesta de una noche, pero me perdiste para toda la vida, ya no quiero jugar Julianne Ferrari Aicardi, ve con tu novio que de mentira no le vi nada. Y por favor, mi esposa y yo nos vamos de viaje junto con mis hijas.
— ¿¡Que, Esposa!? Jórdan, no, no es...
Jórdan la vio llorar, sin importarle se giró y se alejó, Julianne trató de seguirlo pero Atike la detuvo.
— No lo hagas Julianne, déjalo que se marche. Vamos aquí no tenemos nada que hacer.
Atike la abrazó y caminó con ella, subieron al auto, Julianne se agarró del volante y lloró tanto que sus sollozos eran fuertes.
— ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Que sucedió con nuestro amor Jórdan?
— Tranquila mi niña, tranquila. — Atike trató de consolarla.
A lo lejos vio a Álvaro caminar y decidió llamarlo, pues Julianne no estaba en condiciones de conducir y ella aún no se atrevía a hacerlo.
— Álvaro, por favor ayúdame.
Álvaro corrió dende Atike, creyendo que era asaltada.
— ¿Que te pasa mi linda? estás muy nerviosa. ¿Sucede algo?
— Solo quiero llevar a Julianne al hospital, no se conducir aún, está con una crisis nerviosa.
Álvaro subió al auto de Julianne después de dejarla en el asiento trasero y fue al hospital.
— Tranquila Julián, estarás bien mi linda. Dios que cosa tan terrible.
— ¿Que le sucedió?— Interrogó Álvaro.
— Cuando ella despierte te lo contará, no estoy autorizada para hacerlo.
Álvaro miró a Atike por el espejo retrovisor, y aceptó su respuesta.
Llegaron al hospital Álvaro salió del auto y la cogió en los brazos, la llevó a emergencias y fue atendida tan pronto cuando verificaron que era la hija del dueño.
Atike caminaba de un lugar a otro, estaba muy nerviosa y Álvaro la tranquilizó.
— Ven, vamos a sentarnos a esperar, ella estará bien.
— Gracias Álvaro, ya puedes regresar a lo que ibas, ¿Te vas? — Preguntó sin mirarlo.
— Aquí no tengo nada que me detenga, mis hijas están de viaje y es por mucho tiempo, fueron a conocer a la abuela.
— ¿Abuela?
— Si, Jordan se fue con Karen, está deslumbrado por esa mujer por el parecido que tiene con Carla.
Atike lo miró y achicó los ojos.
— ¿Y tu? ¿Tu también estás deslumbrado con ella.?
Álvaro la miró y sonrió, levantó la barbilla de Atike y se acercó tanto que sus alientos se mezclaban.
— La única mujer que me deslumbra es otra, y ella me evita mucho. Tanto que creo que no le interesa mi presencia.
— ¿Y te darás por vencido así nada más?
— No, solo será un viaje de corto tiempo, y volveré para radicarme aquí en Capri, y conquistar a esa hermosa mujer que me tiene loco.
Atike lo miró, sus miradas se perdieron el uno en el otro, Álvaro se acercó muy despacio y unió sus labios a los de ella.
Un roce y ella se alejó de él.
— Estamos en un lugar público.
Álvaro sonrió, la cogió de la mano y la llevó fuera de los pasillos y salieron a la pequeña área verde.
— Espera, no me puedo alejar de aquí.
— Lo sé, será solo un momento, así de pequeñito. — Habló mientras hacía señas con sus dedos.
Ya afuera se paró frente a ella y acunó su rostro entre sus manos.
— Atike, ¿quieres ser mi novia? Quiero pasar mi vida entera contigo. Dime qué sientes lo mismo que yo, no quiero cometer el mismo error de callar mis sentimientos y perderte.
Atike lo miró y puso sus manos sobre las de él.
— Álvaro, es muy lindo lo que me dices, jamás nadie me dijo las palabras que tú me dices ahora, en mi pueblo simplemente te escogen para ser la mujer de alguien y ya. No hay palabras lindas, no hay romanticismo, fui entregada al que fue mi esposo siendo de la edad de tus hijas,
— Mi vida, si me aceptas, te prometo que cada días voy a conquistarte, a enamorarte, lo prometo.
Atike lo miró y sonrió, sentía su corazón retumbar en su pecho.
— Claro que te acepto, claro que quiero aprender de ti, claro que quiero ser tu novia.
Álvaro la cogió de la cintura y la levantó dando vueltas con ella, mientras está reía.
— Eres la mujer más hermosa del mundo, y lo más importante es que es mia.
Atike se abrazó a él y unieron sus labios en un tierno beso.
— No te voy a defraudar nunca.
— ¿Seguro? Estás seguro de que esa mujer no te recuerda a Carla.
— Es muy parecida, pero no es Carla, y mi amor por ella se extinguía al verme en tus ojos hermosos.
— Señorita Atike, la señora Julianne la solicita en emergencias.
Escuchó por el altavoces .
Atike se arregló la ropa y salió casi corriendo a donde la llamaban..
— Vamos. — Dijo y caminó a paso acelerado.
— Aquí estoy Julián, ¿Que sucede? ¿Que tiene? ¿ Ya te sientes bien?
— Atike, vamos a mi departamento, no quiero volver a la casa de mis padres, no quiero que me vean así, no ahora.
— Esta bien, yo me quedaré contigo todo el tiempo que sea necesario. Álvaro nos llevará, el mismo trajo.
Julianne hizo gesto de aceptación y salieron de la sala de emergencias.
Subió al auto sin pronunciar palabras y fueron al departamento.
Julianne subió a su habitación mientras Álvaro y Atike se fueron a la cocina a preparar algo para la cena.
— ¿Ya no viajarás?, o talvez vas a perder el avión.
— No importa, ya no viajaré, mañana temprano envío un correo a la jefa, poniendo mi renuncia,
Atike sonrió al verlo y escucharlo decir que no se marcharía.
Ya en la habitación, Julianne fue al baño, se miró al espejo y vio sus lágrimas rodar, levantó su mano y tocó el reflejo frente a ella.
— No vale la pena que sigas llorando, él se casó con esa mujer, y tú quedaste en el olvido.
Llevo sus manos a su vientre, y una leve sonrisa que no llegó a sus ojos se dibujó en ella.
— Seremos tu y yo mi bebé, tú y yo solos contra el mundo.
Caminó y se adentró en la tina, se sumergió en ella y lloró tanto que sentía no tener más lágrimas.
Se quedó dormida ahí sumergida en el agua, Atike entró la despertó y la ayudó a salir de ahí, la secó y la llevó a la cama.
— Te traje algo ligero para que comas, ven yo te ayudo.
Atike empezó a darle cucharadas de sopa, mientras ella sentía arcadas.
— ¿Que pasó? ¿aún te sientes malita?
Julianne la miró y sonrió tristemente.
— Jórdan se fue Atike, no me quiso escuchar, además se casó con esa mujer en estos dos días, y me dejó, no le importó nuestra unión sagrada. Se fue con otra mujer, no le importó mi amor, ni el dolor que me causaba.
— Tranquila mi niña, esto pasará y todo se va a aclarar, ustedes están unidos y esa unión es sagrada, pero el no la respetó, rompió el vínculo sagrado al momento de unirse a otra mujer.
— No le importó nada y se fue, ahora estoy sola y esperando un hijo suyo, nuestro hijo está aquí.— Expresó con tristeza que las lágrimas de Atike rodaron también.
— El se lo pierde, se pierde de ver crecer a su hijo en tu panza, te prometo que siempre estaré contigo, y juntas cuidaremos al bebé. Amor no le faltará.
— Pero su padre sí, siempre quise impartir nuevamente esta maravillosa noticia con él, como cuando nos dieron la de mi primer angelito, estaba tan feliz, y yo igual, ahora él no está.
— Tranquila, descansa, duerme, ya mañana estarás más relajada.
Julianne dio un sollozo y cerró los ojos, durmió lo que restaba de la madrugada, Atike la cubrió con el cobertor y salió sin hacer ruido.
Julianne abrió los ojos y siguió llorando en silencio.
Atike bajó al comedor y Álvaro esperaba por ella.
— Creí que te habías ido.
— Y dejarte sola, y si Julianne se complica y no hay quien las lleve al hospital. No, me quedo aquí hasta que esté bien, dormiré en el sofá.
— No es necesario, ya está mejor.
— ¡Aah! Mi novia quiere que me vaya, eso dolió mucho.— Habló Álvaro haciendo gesto de dolor y llevándose la mano al lugar del corazón.
Atike se carcajeo al ver el drama que hacía.
— ¿Sabías que eres buen actor? Eres dramático — Respondió riendo.
— Pero es que mi novia acaba de decir que mi presencia no es necesaria.
— Esta bien, dormirás en el sofá.
Álvaro sonrió y acarició un mechón de su cabello.
Atike fue a la habitación de huésped, busco una almohada y un cobertor para llevarle a Álvaro. que ya estaba bien incómodamente acostado en el sofá. Atike le entregó las sábanas y se sentó a su lado.
— ¿Seguro que estarás bien aquí?
— Tranquila, no las dejaré solas, sabiendo cómo está Julianne.
— Gracias, gracias Álvaro.
Dio un beso en los labios de Álvaro, y este rodeó su cintura con una mano y con la otra agarró su nuca y profundizó ese beso.
Álvaro se adentró en su cavidad bucal, sus lenguas se enredaban en una danza que enciende sus cuerpos.
Se separaron por la falta de aire en sus pulmones.
— Álvaro. — Susurró Atike entre los labios sintiendo miles de mariposas en su estómago.
— Atike, mí Atike.
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Apuesta Por Una Noche (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)
RomansJulianne Charlotte Ferrari, una joven multimillonaria tiene una noche de chicas en la que se aventura en una apuesta, tener una noche fugaz con un apuesto desconocido. Jórdan L'Blank, un viudo solitario apuesto, que se encuentra en la mira de una a...