Sergio salió de la habitación de Julianne, dejándola sumergida en un mar de sensaciones encontradas, caminó al balcón y miró al cielo, sus pensamientos la llevaron al tiempo en la isla, los momentos vividos ahí eran inolvidables para ella.
- Que fácil olvidaste todo Jórdan, yo también te olvidaré, voy a rehacer mi vida con Sergio. - Se dijo a si mismo.
Julianne miró a un lado del balcón en otro donde estaba Mariza llorando.
Mariza no podía verla, los pinos cubrían a Julianne, y habló más de lo que no debía hablar, Julianne quedó de piedra al escuchar tal confesión, se llevó su mano al pecho y se tambaleó.
- Eso no puede ser, no puede ser verdad lo que escuché, Dios por favor no. - Julianne sintió su corazón estrujar se en su pecho, tanto que sintió doler, caminó prendiendo se de las paredes y entró a su habitación, y lloró, tanto y miles de pensamientos llegaron a su cabeza.Sérgio, luego de salir de la habitación de Julianne, entró a su habitación se fue al baño y bajo la lluvia artificial sus pensamientos eran una plegaria al cielo. Estaba feliz por fin su mujer bonita sería suya de verdad.
No midió el tiempo y luego de un tiempo salió envuelto en un albornoz.
El sonido de la puerta llamó su atención y abrió, ver a Julianne parada frente a él era algo que no se esperaba.
- ¿Que sucede mi mujer bonita? ¿No puedes dormir? ¿Deseas que te lleve a tu departamento?
Julianne lloraba a mares, se lanzó a sus brazos y el la recibió algo sorprendido.
- ¿Que sucede Julián? ¿Le pasa algo a nuestro bebé?
- Abrázame fuerte Sergio, abrázame fuerte y no me sueltes nunca. Y perdóname estoy muy llorona, es normal, estoy muy hormonal.
Sergio la abrazó la tomó en brazos y la llevó a su cama, dejándola sentada al borde.
- Nunca te dejaría, eres .. son la más importante para mí, tú y este pequeñín que crece aquí, son todo para mí.
Julianne se calmó un poco, dejó de llorar, caminó al balcón y Sergio la siguió, miró al otro balcón y no vio a nadie, se giró y se abrazó a Sergio.
Quiero dormir aquí contigo, ¿Puedo?
- Claro que lo deseo y puedes, yo dormiré en...
- Ahí en la cama conmigo. - Responde Julianne acunando su rostro y besándolo.
Sergio respondió a ese beso, Julianne fue retirando el albornoz poco a poco.
- ¿Estás segura de que lo deseas, no quiero ser un desquite por sentir despecho. Te amo, y te daré tu tiempo mi bonita.
- No Sergio, no quiero tiempo, no se lo merece, y no es desquite voy a casarme contigo, ámame, quiero ser tu mujer, no solo de palabras lo deseo y deseo estar a tu lado siempre.
Sergio besó apasionadamente a Julianne, fue desnudando la poco a poco, su blusa cayó al suelo seguida por su falda, bajó por su cuello dejando mordidas suaves y besos húmedos, mientras quitaba su brazier, Julianne enredó sus dedos en sus cabellos, sus bocas se devoraban, Sergio apretó sus pechos, y bajó a su altura, los llevo a su boca uno luego el otro, apretó sus pezones hinchados, y los succionó fuerte que le causó un dolor placentero.
- ¡Aaah Sergio! - Gimió Julianne.
Sergio la tomó en brazos y la llevó a la cama, deseaba poseerla ya, su mástil endurecido dolía y palpitaba.
La dejó sobre la cama y recorrió su vientre con sus labios, subió a sus pechos nuevamente, mientras Julianne arqueaba su espalda para quedar más expuesta a él, y sus manos empuñaba la sábana.
Sergio bajó por su vientre y llegó a su zona más sensible, abrió sus piernas y fue dejando besos y con su lengua se abrió paso en esa entrada mojada. Acarició, besó y succionó ese punto sensible que la hizo estremecer, y le saco un fuerte gemido
- ¡Aaahg! Sergio.
Sergio seguía jugando con su lengua, mientras sus dedos apretaban sus pezones, el movimiento de caderas de ella era urgido, sintió estremecer su cuerpo, sus piernas tensarse y terminó corriendose, Sergio saboreó cada gota de ese néctar que le pareció lo más delicioso de mundo, mientras Julianne sentía que aún por el orgasmo experimento temblaba, Sergio subió dejando besos por todo su cuerpo, se posesionó entre sus piernas, se apuntó en su entrada, y se abrió camino en su interior, mientras Julianne se probaba en los labios de Sergio, sus lenguas se enredaban en una lucha por saborear se, Sergio empezó a penetrarla muy despacio, mordía sus labios suavemente, succionaba su lengua, y así Julianne salía a su encuentro, sus estocadas eran profundas y placenteras, sus jadeos llenaban la habitación, y sus cuerpos bañados en sudor.
- Sergio.
- Julianne, te amo. - Susurró entre sus labios y nuevamente devoró su boca.
En un movimiento sincronizado, Julianne quedó encima de él, sintiendo se completa mente llena, tiró su cabeza hacia atrás cuando Sergio capturó sus pezones.
Julianne comenzó a cabalgar lo despacio hasta que su deseo pidió más, sus pechos rebotaban al movimiento, sus embestidas eran profundas y fuerte, Sergio siguió su ritmo, hasta que sintieron sus cuerpos estremecer del placer, Julianne se estremeció, aceleró sus movimientos y nuevamente llegó al clímax.
- ¡Aaaaahg! Sergio, más, mas. - Susurró entre gemidos y mordiendo su labio inferior, su orgasmo fue seguido por el de Sergio que se corrió dentro de ella.
- ¡Mmmmm! - sus gemidos eran fuertes, sus cuerpos convulsionan mientras el sudor corría por su frente, sus respiraciones agitadas era la prueba de que lo habían disfrutado.
Julianne se dejó caer sobre el pecho de Sérgio, escuchó latir su corazón, ese en donde ella vivió por años sin imaginar nada.
Sergio la abrazó, acarició su espalda y muy despacio se giró acostando la a su lado, la miró a los ojos y acarició su mejilla, pasó el dedo pulgar por su labio y dejó un beso en el.
- Gracias por regalarme está noche maravillosa, no tienes idea de cuánto lo deseé mi mujer bonita.
Julianne sonrió y se abrazó más a él pegando sus pechos al sudado pecho de Sérgio.
- Voy a amarte cada día, hasta que en mi corazón solo existas tú, no fue sexo, te amé, te hice el amor, me entregué a ti en cuerpo y alma Sergio.
- Se que un día me dirás te amo, se que cada día me amarás con tu cuerpo, y un día me amarás con tu corazón.
Julianne unió sus labios y Sergio profundizó su beso, y nuevamente se entregaron a la pasión de sus deseos.
El amanecer llegó, ya Sergio había preparado el baño, con esencias y pétalos de rosa, salió muy despacio y bajó a preparar el desayuno para su mujer bonita.
- Buenos días mi niño. - Saludo María, su Nana quien lo miró muy sonriente. Sergio la abrazó y dio besos en sus mejillas.
- Estás muy feliz mi niño.
- Amo a esa mujer Nana, y es mía, voy a complacer cada uno de sus antojos, hoy voy a preparar su desayuno.
- ¿Quieres que te ayude?
- No mi nana hermosa, yo lo haré.
Sergio preparó el desayuno para los dos, huevos revueltos, tocineta pan tostado con mermelada, jugo de naranja y frutas picadas. Colocó cada cosa en la bandeja y decoró con una rosa blanca, y subió a la habitación, Julianne aún dormía.
Sergio la observó mientras dormía, veló su sueño por un largo rato, de pronto sintió un leve dolor de cabeza, fue al baño y tomó sus analgésico.
Julianne se removió en la cama, miró el desayuno servido y se sentó para tomar un poco de juego.
- ¡Mm! Que rico desayuno.
Alcanzó a decir y corrió al baño, a devolver lo que no tenía en su estómago.
Sergio la ayudó sosteniendo su cabeza, luego la tomó en brazos y llevó a la cama.
- Ven mi amor, come algo para que te mejores. - Le dijo Sergio cariñosamente.
Julianne y Sergio desayunaron, entre risas y conversas, luego fueron al baño, Sergio entró en la tina seguido por ella, Julianne se colocó entre sus piernas mientras el acariciaba sus pechos y besaba su cuello.
Julianne se dio vueltas y se sentó a horcajadas sobre el, sintió su dureza y se empaló en él, mientras se hundía cerró los ojos y Sergio bebía de sus pechos, comenzó a cabalgar lo nuevamente, Sergio mordía sus pezones y sentían su cuerpo estremecer del placer, los movimientos sincronizado los llevo juntos a explotar en un potente orgasmo que estremeció todo su ser.
Dos horas después Julianne y Sergio bajaban listos para irse juntos a la oficina.
Sergio fue a la oficina de su padre mientras Mariza se acercó a Julianne.
- Hija, quiero hablar contigo tengo que....
- Mariza, no tiene de qué preocuparse, Sergio y yo seremos felices no importa que... Lo importante es que me voy a casar con él, y le prometo, prometo que Sergio será mi prioridad después de mi hijo, y lo haré muy feliz.
- ¡Hijo!
- Si Mariza, hijo.
- Pero ...
- El lo sabe y me aceptó así, y..
- Así es madre, no solamente el ADN nos hace padres e hijos, también el amor y la aceptación. Julianne, yo y nuestro hijo, seremos felices madre.
- Lo sé hijo, y te lo mereces, eres un buen hijo, y te mereces lo mejor.
Mariza abrazó a su hijo y luego a Julianne y a ese abrazo de unió Alexander.
- Será mi primer nieto.
Julianne sintió doler su corazón, y Jordan llegó a sus pensamientos.
"No más Jórdan, no más, se acabó y para siempre."
Sergio y Julianne salieron rumbo al consorcio donde tendrían un día muy agitado.
ESTÁS LEYENDO
Apuesta Por Una Noche (6to Libro De La Saga Cielo Eterno)
RomanceJulianne Charlotte Ferrari, una joven multimillonaria tiene una noche de chicas en la que se aventura en una apuesta, tener una noche fugaz con un apuesto desconocido. Jórdan L'Blank, un viudo solitario apuesto, que se encuentra en la mira de una a...