En las sombras de una ciudad sumida en el misterio, dos destinos colisionan. Harry Styles, heredero de una antigua mafia de vampiros, gobierna junto a su familia un mundo oculto de sangre y traición. Pero el imperio Styles se tambalea cuando Louis T...
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🚩Hay escenas fuertes que mencionan sangre y trata de personas. Pueden adelantarle si no les gusta🚩
El tiempo es relativo. Tanto para una persona que puede percibirlo de una forma, como para la contigua también. Lo curioso, es que sin concordar, ambos estarían en lo cierto. Ese era el problema en el que Niall le mencionó a Louis se involucraría. El tiempo no era algo fácil de medir en un pasillo a cinco grados bajo el suelo de la mansión Styles y sin alguna entrada de luz más que lo que le ofrecía una vela que lo iluminaba gran parte del día hasta que se agotaba. Louis asumió que llevaba más de una semana encerrado; o menos, pero mucho tiempo sí era.
La aproximación del tiempo de Louis, para Harry había sido una semana exacta llena de cambios que significaron un retroceso de dos pasos pero el avance de tres en ocasiones. Cada uno sintió el paso de los días en diferente medida. Como para Louis fue un tanteo en el piso desmoronante de una casa abandonada, que con cada pisada no precisaría si caería al vacío; Harry tuvo una oleada de tantas cosas y aromas que eran curiosos, dejándolo en un castillo desolado.
Avivaba el ambiente, el triunfo, pero el odio también.
Un día Louis era lejano y no le hablaba en ninguna de las oportunidades en las que lo visitaba. En otra lo veía mientras consumía lo que sea que le hubiera preparado el vampiro. En días extraños, le dirigió la palabra. Peleaban, si, pero en ocasiones conseguía que Louis sintiera curiosidad por él al preguntarle cosas y luego guardaba silencio hasta el día siguiente. Harry no sabía qué tipo de profesor le tocaría al abrir nuevamente esa puerta y ese era un misterio que le agradaba, ya que significaba una cosa.
Confianza. O al menos eso creía él.
Louis en realidad, dejó de temerle. No encontraba un motivo para temerle a un vampiro que le cocinaba en ocasiones un banquete de mierda pero que tenía la intención de hacerlo. Lo atendió, le brindó confort y se aseguraba en cada momento que estuviera bien. Incluso mandaba a Niall a preguntarle qué era lo que quería para comer ese día. Aseguraba que no era una actitud normal. No era un hotel.
Se suponía sería su esclavo, ¿no?
No le temia, creía a Harry idiota. Pero no confiaba en él.
Le era doloroso continuar encerrado en esa prisión donde Harry aseguraba que lo protegía justo de más vampiros como él. Era su ironía y el porqué no se ganaba del todo su confianza. Aceptaba su comunicación, ya que de no hablar con otra persona que no fueran sus pensamientos, caería en locura.
No había otra cosa con la cual entretenerse aparte del pésimo sentido del humor de Niall cuando lo visitaba. Sus chistes al intentar hacerlo hablar se quedaron en un siglo pasado; se notaba lo incomunicado que se encontraba del mundo. Además, Louis los aborrecía hipócritamente al aceptar todo lo que le brindaban. En principio no lo deseaba, solo quería que lo dejaran morir en su miseria, pero luego de ver el trato que le brindaba Harry en su necedad, dudo un poco. Actuaba que repudiaba todo cuando en realidad se resignaba a su nueva vida.
