Libertad

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Amor

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Amor. Esa palabra era muy extraña. No lograba descifrarla del todo aún, pero fuera de lo caótica que resultaba ser para su pobre y negro corazón, Anne alguna vez le contó que era la experiencia más hermosa que podría resultar de la unión de dos almas. No era necesario que se tratase de la esclavitud, sino de algo más real. Cómo amar a otro.

Aunque, podría ser que amar fuese demasiado, un pelín exagerado si Harry lo consideraba. Pero, carajo, se sentía así. ¿Y cómo no lo estaría?

Ese pequeño humano que decora su pecho en las noches al dormir abrazado a él mientras velaba su sueño o meditaba, lo traía en otro planeta. Todo por la forma dulce en la que el tacto de sus labios lo rebasa al susurrarle a la piel canela de su cuello al envolverlo hacia su calor; las risas sutiles que le robaba de sus mejillas sonrojadas cuando le decía lo hermoso que se veía al despertar a pesar de que su cabello estaba hecho un desastre; e inclusive, por la delicadeza en la que se dejaba tratar desde que se besaron por primera vez; todos esos motivos por los cuales el acercamiento de dos días se intensificó y mantenían a Harry al borde de la locura. Del amor.

Jamás se había sentido así y era extraño estar consciente de ello cuando no se negaba a ese sentimiento. Nunca imaginó que se sentiría así cuando Zayn se lo contaba al ver a su marido o al haber escuchado a su madre hablarle de su padre. Vivirlo sin duda, fue lo mejor que le pudo haberle pasado. Pero también lo más trágico.

Podría ser que la incursión de sus declaraciones se debieron a que le mintió y fue descubierto. Más sin embargo, el motivo principal por el cual no se dejó reprimir por otro tiempo, se debió al peligro que sintió por perderlo. No fue algo tan grave como la vida, pero le dolió la idea de esto, así que considerar que esta estuviera en peligro inminente por sus propias acciones, lo mataban. Ni siquiera podía imaginar que algo así pudiera sucederle y ni se le acercaba a la sensación que le dió cuando se disparó. Podría ser que la ansiedad era la que lo manejaba y manipulaba, pero ese pensamiento que se le instalaba cada que acariciaba su rostro al dormir abrazado a él en su cama, no desaparecía.

No negaría que fue hermoso el sentir la maravilla de su calor, de ver su sonrisa y de probar esos dulces y delicados labios con los que soñó por días. Amaba revivir ese recuerdo en su cabeza. No obstante, el detalle pasado que lo atormentaba, para empeorar su situación, era que ambos eran amo y esclavo. Dos títulos que no debían mezclarse y se suponían eran para servir y dar protección. No amar y ser amado.

Tenía claro que Lilith jamás aceptaría algo como ello al estar sus almas unidas al ser esclavos de la luna. Mucho menos su familia, ¿pero qué podía hacer? No era como si sencillamente se separaran. Así como Zayn se lo explicó al volver de la casa de Louis y se disculparan por lo sucedido entre ellos, este le dijo que eso no podría ser por lo que le preocupaba a su padre. Los salvajes.

Esas mismas criaturas de las cuales lo salvó la primera vez en la que sus almas se toparon en la cercanía del bosque. Esas malditas bestias que servían a Cormac y que únicamente existían para el mal, eran su principal enemigo de siquiera considerar separar su alma de la de Louis. Es bien sabido que todos los vampiros, no importase si fueran salvajes o no, eran territoriales. Así que con la simple presencia de un humano fuera de los dominios de otro, era inevitable que intentasen robarlo.

Sangre Real |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora