Amor de mi vida

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Louis se removió entre las sábanas y el brillo de un nuevo día fue lo que le pegó en sus ojos

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Louis se removió entre las sábanas y el brillo de un nuevo día fue lo que le pegó en sus ojos. Los rayos del sol entraban por la ventana que tenía al lado. Estratégicamente posicionado para quedar de su lado y no del de Harry. Desconocía qué hora era, pero debía ser temprano por la intensidad del mismo.

Se talló los ojos y un largo y pesado bostezo se le escapó, siendo demasiado sonoro como para creer que despertaría a Harry, pero no fue así. Se dió la vuelta un tanto desconcertado a la idea de no haber sido recibido por sus enormes y cálidos brazos y se encontró con su prometido, completamente derribado.

Hacía tanto que a Harry no le sucedía, pero al caer agotado después de haberlo hecho anoche, su meditación le ganó y prácticamente parecía que estaba dormido. Era un tronco y casi Louis aseguraba que podía escucharlo roncar -¿O era su respiración?- No tenía idea.

Desde su posición ladeada detrás suyo, Louis esbozó una pequeña sonrisa al ver su pálida espalda blanca y por primera vez, los rasgos de sus uñas seguían ahí. Veía las llagas que hizo al clavarlas y los largos arañazos de estás.

Curioso por ver los rastros rojizos e hinchados, producto de que su autoregeneración ya no estaba funcionando como antes, Louis acarició sus heridas con las yemas de sus dedos. Era sutil, apenas perceptible, pero mientras lo hacía, sentía como su piel sanaba.

Le gustaba tenerlo tan tranquilo a su lado. Después de todo, había sufrido demasiado durante tanto tiempo, que más que merecido tenía ese descanso. Sin embargo, pese a que le fascinaba la vista, el corazón de Louis dolía ligeramente un poco.

Era hermoso tener a Harry finalmente para él. Algo de lo que soñó y aspiró tanto después de todo lo que tuvieron que pasar. No obstante, una parte dentro suyo le quemaba ser la razón de su sacrificio y que por esto, sus poderes poco a poco se fueron disipando. No habían hablado bien de ello, pero era notable como su cuerpo estaba cambiando. Quitando el hecho de su salvaje, no era el mismo.

La piel no le brillaba como antes y ligeros puntos como si fuese de la edad veía que le brotaban en su espalda. Pecas ligeramente cafés del tamaño de un guijarro, todas esparcidas por su cuerpo. Especialmente en sus manos. Poseía ojeras que detectó el día anterior y que, si recordaba, sus ojos no se volvieron ni rojos ni negros en ningún momento cuando habitualmente lo hacían. Poco a poco lo que lo hacía vampiro estaba desapareciendo y con esto, solamente su salvaje, que también parecía debilitarse, era el que demostraba seguía siendo uno.

Harry había aceptado renunciar inclusive a su salud solamente por él, y sabía que le daba miedo. No por nada pasó la noche preguntándole entre sus brazos si continuaría amándolo aunque no fuera el mismo o si el sexo era bueno. Su corazón se encogía de tan solo recordarlo.

¿Era acaso ese el amor verdadero? Dar sacrificios por el otro solo porque eres devoto a su alma; ¿Eso era?

Louis no tenía una respuesta, pero no importaba. Amaba esa espalda tersa y los ruidos que escuchaba de su respiración al estar dormido.

Sangre Real |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora