Lascivo

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El olor a perfume nunca le había gustado tanto

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El olor a perfume nunca le había gustado tanto. Era delicioso y disfrutaba que le llenará los pulmones con esa prenda cálida que se impregnaba en el cuerpo. Hacía frío, así que ya tener cobijo con su camisa, siendo lo único que lo vestía al dormir plácidamente en los asientos traseros del auto de Harry, a pesar de ignorar su alrededor, se sentía en el paraíso.

 Hacía frío, así que ya tener cobijo con su camisa, siendo lo único que lo vestía al dormir plácidamente en los asientos traseros del auto de Harry, a pesar de ignorar su alrededor, se sentía en el paraíso

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Llevaba un rato dormido, todo gracias a un cansancio que le pesaba en los huesos. Y es que, tiempo atrás, después de que Harry hiciera una parada justo al salir de Sombervale y se detuviera en el bosque solamente porque se les antojó estar juntos, Louis quedó agotadisimo.

Habitualmente no le sucedía. Solo que si consideraba que la noche anterior no durmió por haber estado encima del escritorio de la oficina de Harry y se lo follaba en este, era comprensible su cansancio. Tirones del cabello, marcas en la cintura y calambres entre las piernas por mantener el control y no caer; Louis tampoco durmió esa mañana por haberse quedado en la cama junto a su novio luego de que volvieron esa madrugada.

Creía no necesitar dormir, mucho menos si después de tal salvaje noche, Harry se quedaba simplemente a su lado, envolviéndolo con sus brazos y mirándolo como tanto le encantaba hacerlo al estar acostados de cuchara. Era algo que disfrutaban enormemente, aún más si consideraba que los días en la mansión, no eran los mismos después de no haberse visto en una semana.

Desde la última vez que puso un pie fuera del segundo piso, Harry pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad debido a su trabajo. Según lo que le explicaba, Desmond lo enviaba constantemente a las cárceles cercanas para encargarse de los intercambios del mes. Era una locura, y aunque Harry deseaba con todas sus fuerzas llevárselo consigo, no podía hacerlo. Por eso, Louis se quedaba encerrado en la biblioteca todo el día, acompañado únicamente por Copito y Max, y solo salía por la noche para ir a dormir con su ropa entre las sábanas.

Era algo que lo entristecía, y aunque no creyera lo mismo por parte de su pareja, era verdad.

Estando a tantos kilómetros de distancia, Harry no podía sacarse a Louis de la cabeza y mucho menos de su corazón al poder sentir sus emociones. Percibía la depresión que lo afligía y las desveladas que tenía por él. Ese antecedente lo enloquecía, porque sabía que aunque le mandará toda la florería entera y le enviará regalos, nada sería lo mismo.

Sangre Real |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora