Costa de Newquay

2.5K 208 330
                                    

Sombervale, 1987

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sombervale, 1987.

―¡Liam, ayúdame a bajar las cajas de la camioneta!―gritó Mathew, padre de Liam.

―¡Voy, papá!

Mathew Payne cargaba un par de cajas de cartón hacía el interior de la pequeña casa que acababa de adquirir para su hijo. Era su cumpleaños número veintitrés, uno especial. Luego de haberse ido a estudiar a Irlanda pedagogía, graduándose con honores, su padre le anunció la gran sorpresa justo el día en que regresó: le había comprado una casa por haberse convertido en un hombre. 

No era una gran casa, le costó baratísima ya que su ubicación estaba cercana al bosque y nadie quería vivir cerca del lugar donde más desapariciones había. A pesar de que ellos vivieron durante diecinueve años cerca de este, a un par de kilómetros antes de la casa de los Tomlinson, era la primera que construían al intentar atraer a más personas al pueblo. No funcionó. Por ello, Liam no tendría de qué preocuparse en absoluto. Sería vecino de su padre a un par de kilómetros de distancia, lo cual era reconfortante.

Era una sorpresa que esperaba emocionará a su único hijo. Haberse graduado como el mejor de toda su generación, lo enorgullecía cómo padre; Liam se merecía eso y más. La casa era una recompensa de tanto esfuerzo. Sin embargo, también lo hacía con el propósito de que su hijo se olvidará de esa nueva revolución que surgía en Europa, motivo por el cual se preocupaba por él.

La homosexualidad.

Amaba a su hijo como a nadie, eso era un hecho. Lastima que aunque lo amara demasiado, no le perdonaba que su esposa los abandonará cuando él tenía cuatro años tras haberlo visto vestido con sus blusas estampadas y usando su maquillaje. Para Cornelia de Payne fue una completa aberración, que ni con cualquier reprimenda que le diera, se curaría a lo que expresó. La joven madre no dudó en dejarlos a pesar de que ambos se lo suplicarán. Ella no quería un hijo gay o travesti, los odiaba. Mathew lo toleraba, hasta cierto punto.

Por ello, sabiendo durante años los verdaderos sentimientos de su hijo, al que le rogó ocultara su homosexualidad, pensó que el establecerse en una casa, haría que quisiera formar una familia. Una verdadera familia como él la consideraba. Ese era su plan. Intentar arreglar a Liam, cómo siempre.

―Liam, ten cuidado con la cristalería. Era de tu abuela―dijo Mathew, haciéndose a un lado en la puerta para que su hijo pasará.

Liam corrió escaleras abajo en su porche y se apresuró a la camioneta, sacando una pesada caja que indicaba que era frágil.

Era de noche, el viento de agosto le indicaba el pésimo clima que se avecinaba. Esa mañana antes de terminar de empacar todas sus cosas en la casa de su padre, escuchó que una tormenta llegaría al pueblo, pasándose a Londres. Por ende, tendrían que apurarse ambos si querían que no les pescara la lluvia y mojara el resto de cosas que aún estaban en la cabina de la camioneta.

Sangre Real |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora