- ¿Mi que? - pregunte atónito, viendo al pequeño que francamente se parecía bastante a ella aunque no lograba encontrar similitud alguna a Tom.
- Tu sobrino... El hijo de Tom. - Ella repitió.
- No, eso no puede ser, ese niño murió. -
- No, el no murió... -
- No quieras engañarme, ese niño no se parece en nada a mi hermano. -
- Tal vez por que se parece más a mi. -
- Mmm ya, no creo que tu tengas ojos verdes. -
Ella se quedó callada, mirando al pequeño, mientras el me veía con los ojos llorosos.
- Damián, vamos a casa ¿Si? - Theresia cargo al niño y se alejó.
- Adiós Tío. - Movió su mano en forma de despedida.
No quise ser grosero por lo que le devolví el gesto moviendo mi mano para despedirme de el. Camine de regreso al auto y subi en el.
- ¿Quién era ella? - Dijo Emma.
- Nadie que te importe. - la mire y forme una sonrisa sarcástica.
Sin duda esto tendría que contárselo a Tom, creo que el aún no sabía que su hijo estaba vivo, y el tiene derecho a verlo y conocerlo...
(...)
- ¡Volvimos! - Grite.
- Que bueno. - Dijo George.
- ¿Donde está Tom? Necesito hablar con el. - Dije emocionado.
- Esta arriba creo. - Respondió Gustav entrando a la cocina, salió de ella abriendo una lata de cerveza, el realmente tenía problemas con el alcohol.
- Gracias. - Me di la vuelta y camine a las escaleras.
Al llegar a la habitación de Tom, toque la puerta cuidadosamente.
- Pase. - Dijo Tom, se notaba algo serio.
- Tom... - abrí la puerta lentamente.
- ¿Qué pasa Bill? - Dijo alzando una ceja.
- Hay algo que tienes que saber. - forme una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿A si? Y ¿Qué es? -
- Por lo que se, ya sabes que Theresia, regreso... - Esto de hacer de emoción cualquier situación de este tipo, era tan genial.
- Si Y que con eso. - alzó una ceja nuevamente.
- Bueno pues... - moví las manos
- Ya Sueltalo Bill. -
- Tu hijo está vivo. - Solté aquello en seco.
- ¿Qué? - su cara pasó de diversión a una cara completamente sería.
- Si, tú hijo está vivo, y encima está en Alemania. -
By Tom.
Ahora lo entiendo todo, aquel niño que vi en el parque aquella vez colgado de su madre, mi ex puta más vieja, jugando y riendo con ella. El era mi hijo...
- No, eso no puede ser. Mi hijo está muerto. - Estaba confundiendome ahora.
- Claro que si, el está aquí. - Bill se rió.
- Bueno entonces que carajo esperan, ¡Investigen! - en su cara se formó una sonrisa malvada.
Baje las escaleras rápidamente encontrandome con los chicos al instante.