Una camioneta se paró justo enfrente de nosotros.- Están rodeados. - sentí una pistola en mi cabeza.
Me reí.
- ¡Atenea! - Grito Emma bajando de la camioneta.
Me levanté de el suelo y golpee de broma a Bill.
- Te tardaste demasiado Bill. -
- Lo se. -
Escuchamos movimiento en una de las camionetas blancas, nos acercamos y vimos a John, escondido en una esquina de aquella camioneta.
- No me hagan nada. - Suplico asustado.
- Te atreviste a desear a mi mujer y no sólo eso, te atreviste a ponerle tus sucias manos encima, y pagarás por eso. -
Saque a la fuerza a John de la camioneta y lo tire en el suelo.
- Matalo. - Le ordene a Atenea.
- ¿Qué? - Pregunto confundida.
- Se atrevió a tocarte, Matalo. - Le dije de nuevo.
- Pero... -
- ¡Matalo! - Le grite.
Atenea also su arma, apuntando a su cabeza y con las manos temblorosas intento jalar el gatillo.
¡¡¡BOOMMM!!! un disparo se dejó sonar y las sirenas de las patrullas comenzaron a sonar.
- ¡Vámonos! - Grite.
Atenea antes de salir corriendo detrás de mi apunto de nuevo a la cabeza de John, quien seguía incado suplicando por su vida, se decidió y jalo el gatillo, una bala atravesó el cráneo de John. Atenea salió corriendo detras de nosotros y se subió a la camioneta.
- Buena decisión. - Habló George.
Subimos a la camioneta y en un par de segundos teníamos 5 autos de la Policía tras nosotros. Acelere el paso, pero aún nos seguían.
- Yo me encargo. - Dijo George abriendo la ventana y soltando balas las cuales quedaban justo en las llantas, provocando que las patrullas volarán.
Pero aparecían más.
- ¿Qué carajo? - Soltó Bill confundido.
Atenea seguía en un trance que parecía no tener fin y eso realmente me preocupaba.
By Atenea.
Yo... lo mate... mate a ese hombre... le volé el cerebro... pero el me tocó, se lo merecía ¿Verdad? ¿El se lo merecía?
- Atenea. - Escuché el eco de una voz, una voz demasiado familiar.
- Atenea, reacciona. - El eco seguía
- Atenea, llegamos a casa. - Escuchaba que el me hablaba, pero me era imposible reaccionar.
- Tom... - Susurre casi para mi misma.
- Yo... Yo mate a ese hombre. - Seguía hablando bajo y mis ojos se llenaban de lágrimas amargas, lágrimas de culpa.
- El se lo merecía. - Tom acuno mi mejilla en su mano.
- El quiso tocarte, merecía morir. -
El tenía razón, quiso tocarme, debia morir, así como Gustav murió, Gustav merecía morir por haberme tocado y por haber tocado a Damián, entonces, ¿Tom merecía morir? Tom me tocó también y a diferencia de Gustav o de John el sigue vivo y sigue lastimandome, a diferencia de los otros dos idiotas, yo estoy estúpidamente enamorada de mi violador...