George tenía razón, no podíamos correr el riesgo de llevar a Tom al hospital, aún así tenía miedo de que Tom no sobreviviera.- Ahora... tenemos que averiguar quién hizo esto. - Habló George.
Yo sólo Asenti, estaba muy ocupada en mis propios pensamiento como para pensar en otra cosa.
- Bien... Tom no debe tardar mucho en despertar y yo tengo cosas que hacer. Cualquier cosa no dudes en llamar. -
- Gracias George. - George salió de la habitación, después escuche la puerta abrirse eso me dio a entender que ya se había marchado.
Me quedé sentada en la cama mirando el rostro de Tom, ese rostro que refleja tanto odio y enojo cuando te mira, ese rostro ahora reflejaba tranquilidad y paz...
Y ahí me di cuenta... Estaba perdidamente enamorada de Tom, de mi secuestrador, de mi abusador, de aquella persona que me hizo tanto daño en un principio y que ahora parecía amarme.
- Te amo Tom. - Susurre besando sus labios tiernamente.
- Yo también te amo. - Tom despertó y tomo mi mejilla acunando está de una manera dulce.
- Despertaste... - Dije con la voz entrecortada, si, iba a llorar otra vez...
- ¿Pensaste que no lo haria? - Sonrió.
Negué con la cabeza mientras las lágrimas brotaban de mis ojos.
- Ven aquí. - Tom me abrazo.
- ¿Quién te hizo esto? - Pregunté aún llorando.
- Eso no importa ahora Atenea. - Dijo sin soltarme.
Tom intentó levantarse de la cama y recordé que George me había dicho que le prohibiera a toda costa que se levantará.
- Hey, no acuéstate es muy pronto para que camines. -
- No estoy inválido Atenea. - Me miró de mala manera.
Se trató de levantar y enseguida cayó a la cama.
- Carajo. - Gruño.
- Te lo dije. -
- ¿Quieres un Té? - Le ofrecí.
- Prefiero un café. - Me sonrío.
Salí de la habitación y puse la cafetera, a Tom siempre le ha gustado el café bien cargado y con un poco de azúcar, así que eso hize.
Mientras el café estaba listo, decidí revisar mi teléfono y había un mensaje.
"Hola." Aquel mensaje era de la misma chica que me había mandado solicitud de amistad en Facebook, de la que suponía era la mamá de Damián.
"Hola." Respondí mirando si no venía Tom, el no podía saber que ahora tenía contacto con ella.
"Conoces a Tom, ¿Cierto?"
"¿Por qué?" No iba a decirle que si lo conocía por ahora.
"Vamos, eres Atenea Meyer, claro que lo conoces." Genial.
"Bien, si, lo conozco."
"Mira, yo se que no estás con el por voluntad propia, eres una de sus víctimas al igual que yo lo fui en un tiempo." Ahora estaba asustandome un poco.
No respondí a eso, no sabía cómo responder a eso.
"Necesito tu ayuda..."
"Ayuda en que?"
"¿Podemos vernos?" Eso era algo difícil pero por supuesto que acepte, esto traería consecuencias pero realmente no me importaba mucho.
"¿Cuando?"