40* | Fin.

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25 de Marzo, 2012.

By Atenea.

Todo había mejorado un poco, los doctores nos habían dado buenas noticias sobre Tom, el se encontraba mejor, aunque aún no despertaba, pero ya es un avanze.

Era hora de la comida Y hoy le tocaba cocinar a Emma, así que en cuanto me llamo baje las escaleras directo a la cocina.

- Huele delicioso ¿Qué es? -  Me recargue en la barra.

- Es pollo, pasta y agua de limón. - Sonrió pasando la comida a los platos.

- Te ayudare a poner la mesa. - Tome los manteles y los puse en la mesa, de igual manera los cubiertos y vasos.

Justo después llegó Emma con los platos y los puso uno a uno en la mesa con mucho cuidado.

- ¡Bajen a comer! - Gritamos al unísono para después reírnos por lo cómico que había sonado.

Nos sentamos en la mesa y comenze a comer, abrí el pollo, el cual tenía una parte de color café, nunca había tenido problema con ello, es más no me importaba, pero esta vez no pude soportarlo y las náuseas se hicieron presentes.

- Joder. - Me levanté de la mesa y fui corriendo al baño.

Ya tenían algunos meses que me pasaba esto, los ascos y todo, aparte de el retraso demasiado inusual en mi regla, algo estaba mal...

- Atenea ¿Estas bien? -

- Si... - Me limpie la boca con papel.

- Esto no me está gustando... - Dijo.

- ¿De qué hablas? -

- Me refiero a que no es la primera vez que vienes y vomitas. -

- ¿Cuándo fue la última vez con Tom? - Pregunto con un tono de vergüenza.

- ¿Qué insinúas? - La mire de reojo.

- No se, tal vez estés... - La interrumpi.

- Ni hablar, eso fue hace 5 meses, es imposible. -

- Deberíamos sacarnos de dudas. -

- ¡Ah! ¡Carajo! - Me queje de un dolor en el estómago.

- Si, creo que deberíamos... -

(...)

Llegamos a el hospital y pasamos directo al ginecólogo.

- Hola señorita, pase por favor. - La recepcionista me indicó donde ir.

- ¿Es aquí? - Pregunté a Emma.

- Si, supongo. -

Tocamos la puerta y abrió una mujer de unos 34 años tal vez.

- Hola, pasa. -

- Hola... -

- Acuéstate. -

Me acosté y inhale fuerte, estaba muy nerviosa, sabía que era casi imposible que estuviera embarazada, pero aún así tenía miedo.

- Tranquila. - Emma tomo mi mano.

- Bien, voy a ponerte esto. - Puso una especie de crema en mi vientre y después pasó la máquina lentamente.

Yo cerré los ojos no quería enterarme de nada.

- Imposible... - Emma susurro.

- Atenea.... - Me habló.

- Atenea tienes que ver esto. - Abrí los ojos lentamente.

Vi la pantalla, nonono esto es imposible, es imposible.

Un grave ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora