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¡Carajo! un bebe mas en casa, lo que me faltaba. Estoy harta de Bill y su manera tan dulce de tratar a Emma, su manera de cumplir cada uno de sus caprichos, no soporto ver como la trata como su única mujer cuando en realidad se acuesta con otras. Aunque debo admitir que el tan bueno como yo en las mentiras, probablemente también lo sea en la cama, lo se por todo lo que he oído que Emma le dice a Atenea acerca de lo bueno que es Bill en la cama, pero el jamás será mejor que yo con las putas, el jamás será cruel como yo, y cuando eso suceda me sentiré extremadamente orgulloso de el.

Entre en la habitación oscura y pude ver por la luz de la luna a Damián abrazado a Atenea, se veía tan maternal, si que se tomaba encerio el papel de hacerse cargo de Damián, pronto lograría que el se olvidara de su madre y comenzara a ver a Atenea como tal.

Los mire un rato abrazados y ese recuerdo tan amargo llego a mi cabeza nuevamente, había pasado tanto tiempo de su muerte que no recordaba como olía, como se escuchaba su voz, como era un abrazo suyo. Ahogue las lagrimas que querían salir y me metí en las sabanas, abrase con cautelo a mi hijo, encontrándome con el cálido brazo de Atenea que rodeaba tiernamente a Damián.

No puedo creer que trate de golpear a Damián, pero joder, el fue tan insistente, el tiene que aprender a comportarse como su madre solía hacerlo cuando estaba bajo mi control, que tiempos.

Me quede profundamente dormido, esta nueva vida me agradaba, me agradaba ser la figura paterna que Damián siempre quiso, me gustaba la idea de formar una familia feliz y unida, quería que Damián tuviera todo lo que yo siempre soñé, todo lo que me falto, empezando por un hogar cómodo y seguro.

(...)

Leipzig, Marzo 26, 2012

By Atenea.

El día se había llegado, hoy nos mudariamos a la nueva casa, estaba emocionada, me alegraba entrar en un nuevo entorno, con cosas nuevas. Por lo que Tom me había contado la casa estaba en un bosque, lejos de la multitud, lejos de la gente, lejos del miedo y del peligro.

- Buenos días cariño. - Dijo Tom mirándome fijamente.

- Buenos días. - respondí secamente.

Damián seguía acurrucado en mis brazos, se veía tan tierno, el sólo era un niño, el no merecía entrar en este mundo de mierda, el merece ser feliz a lado de su madre, de su familia...

- Despierta a Damián y arreglense, los espero abajo. - El ya estaba listo, llevaba un conjunto negro, holgado como siempre.

Me levanté de la cama y aproveché que Damián seguía dormido para arreglarme yo.

Elegi un conjunto blanco, el que consistía en un top blanco y un Pants blanco un poco holgado, obvio los tenis blancos no podían faltar. Me senté en el tocador y saque mi maquillaje. Me puse crema en la cara y seguí con lo mío.

- Listos? - Alguien entró en la habitación, el nudo en mi garganta comenzó a formarse, el miedo se hizo presente.

El se sentó en la cama junto a Damián  y yo lo fulmine con la mirada.

- ¿Qué? - Alzó una ceja intimidante.

Mire a Gustav y en el momento en que cruzamos miradas aparte la mía con rapidez.

- Aún me tienes miedo, preciosa. - Se levantó de la cama y comenzó a acercarse a mi.

La calma se esfumó y el miedo regreso, mi corazón palpitabacon fuerza y rapidez.

- Vamos, no fue para tanto. Nada se compara con lo que le hice a tu madre. - se burló y me tomo por los hombros, la incomodidad era insoportable en ese punto.

Un grave ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora