Capítulo 7

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La emoción y los nervios hacían presencia en Nancy mientras terminaba de hacer ondas en las puntas de su cabello y veía la hora en el reloj de su pared. Escuchaba los "consejos" de su amiga que rebuscaba entre sus cosas lo necesario para hacerle un sutil maquillaje, pero en realidad no la estaba escuchando en lo más mínimo. En su cabeza estaban las palabras de Mason, cuando le dijo que no podía verla como una amiga y luego aceptaba salir con ella.

Todavía no podía creer que él la aceptara y le correspondiera el sentimiento. Así que ahí estaba, tres días después, esperando que llegara la hora de verlo. Antes no habían podido salir porque él no tenía descanso sino hasta tarde de la noche y ella universidad y además trabajaba. Era domingo y ambos estaban libres ese día, por lo que se pusieron de acuerdo para salir.

Carla la maquilló, tan solo un poco que resaltara sus ojos y sus labios. Nada estrambótico, porque ella admitía que la piel de Nancy era tan tersa y hermosa que no tenía necesidad de usar ningún tipo de cosmético que arruinara su piel.

El timbre de su casa resonó, haciendo que sus nervios aumentaran y se centraran en la boca de su estómago. Carla le dio fuerza y la animó, diciéndole que todo saldría bien, pero, sobre todo, que disfrutara al máximo de su cita.

Fue Liam, el hermano mayor de Nancy, quien le abrió la puerta a Mason. Su familia conocía sobre la cita que tendrían, aun así, Liam se veía en la obligación de proteger a su hermana, Era la única figura masculina en la casa y debía hacerse notar para que no creyeran que las mujeres más importantes de su vida estaban solas en el mundo.

—Buenas noches.

—Buenas noches —respondió con amabilidad Liam, haciéndose a un lado para dejarlo pasar—. Antes que todo, no olvides que Nancy no está sola.

—No le voy a hacer daño, solo vamos a tener una cita.

—Aun así, si le rompes el corazón o te atreves a pasarte de listo, te las verás conmigo —amenazó, y el militar, aunque tuvo un atisbo de sonrisa, se mantuvo serio—. Ahora bien, quiero que Nancy esté aquí antes de la media noche. No quiero sonar anticuado, solo que esas no son horas de estar por la calle con un hombre.

—Deja de molestar, Liam —interrumpió la abuela, dándole una sonrisa amable al hombre—. Nancy es una adulta y ella puede tomar decisiones por sí misma. Conozco a mi nieta y sé que no cometerá errores. De igual manera, te pido que la cuides.

—No se preocupe, Sra. Brooks. Cuidaré de su nieta y prometo que llegará sana y salva a casa.

—Buenas noches —saludó Nancy, apareciendo en escena y dejando a todos con la boca abierta.

Liam no podía creer que su hermanita hubiera crecido tanto. La abuela se sintió orgullosa de tener una nieta tan hermosa e inteligente. Y el militar, si pensó que no podía quedar más prendado de una mujer, pues se equivocó. Nancy parecía un bello ángel, con un vestido azul claro resaltando su piel y una mirada tan pura y transparente que reflejaba su inocencia.

—Antes de las doce —Liam cortó el silencio que se había formado, provocando las risas de ambas chicas.

—No seas aguafiestas, que tú te comiste el postre antes de tiempo —le recordó Carla y él se hizo el ofendido—. Tú ya viviste, ahora deja vivir a Nancy.

—Regresaré temprano —Nancy tomó del brazo a Mason y salieron de la casa antes de que su familia la hicieran quedar en vergüenza—. Discúlpalos, a veces no se saben comportar.

—No te preocupes. Tienes una familia muy unida y bonita.

La chica agradeció con melancolía, pero no dijo nada al respecto. A su familia le hacían falta dos integrantes y cada día sentía que los necesitaba cada vez más.

Cuando Vuelvas Conmigo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora