Capítulo 12

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Las dos parejas salieron en un auto alquilado hacia el bar. Los cuatro estaban emocionados, después de todo, disfrutar y salir de la rutina era lo que más ansiaban.

Nancy no sabía lo que sucedía entre Carla y Roque, ya que muy poco su amiga le había hablado de ellos, pero veía el interés en el hombre y que ella no le era para nada indiferente. Desde su lugar vio cómo se daban miradas y como las sonrisas iban y venían.

Llegaron al bar karaoke y Carla se llevó a su amiga del brazo por delante, dejando a los dos hombres con las ganas de tomar a su respectiva pareja ya fuera del brazo o la cintura.

—Esta noche es la noche, Nan. Y por favor, no me vayas a salir con tu moralidad barata porque dejas de ser mi mejor amiga. Tú solo disfruta de ese papacito.

—¿De qué hablas?

—Ay, amiga mía, no te hagas porque no te creo es pero nada.

Nancy hizo silencio, dándole una mirada disimulada a Mason.

—No sé qué hacer y lo sabes. Yo no tengo experiencia de ese tipo, menos con alguien que sabe lo que hace y cómo lo hace.

—Es cierto que él debe tener más experiencia, pero no por eso te vas a dejar opacar, ¿o sí?

Carla se acercó tanto a Nancy que ella como los dos hombres que venían detrás de ellas, se quedaron pasmados. La rubia puso una mano en el cuello de la morena, recorriendo su piel con total lentitud hasta su pecho.

—La seducción hace parte del ser humano, solo debes aprender en qué momento usarla a tu favor —descendió por el centro de su pecho con su uña, provocando que la piel de la chica se erizara y sus espectadores sintieran calor en sus cuerpos—. Créeme, a los hombres les excita la timidez y la picardía en una mezcla homogénea.

Nancy apartó su mano de un manotazo y su amiga soltó una risita divertida.

—Estás demente. 

—Quizá un poco y por eso es que me amas tanto y no puedes vivir sin mí —abrazó a su amiga y parpadeó varias veces seguidas—. Concédeme un deseo esta noche, ¿sí?

—¿Cuál? —inquirió la morena, divertida de las ocurrencias de su mejor amiga.

—Que te olvides de todo y te entregues a todo con ese hombre que tanto te ha profanado en el pensamiento.

Nancy pensaba rebatir sus palabras, asegurándole que aún no estaba preparada para dar un paso tan importante como ese porque se sentía nerviosa e insegura, pero guardó silencio al ver que Mason y Roque llegaban hasta ellas y las guiaban a una mesa que no quedaba tan lejos de la tarima.

Uno de los camareros les llevó una botella de vodka y cuatro copas. Carla, como de costumbre, ordenó una enorme cantidad de comida, apelando que debía mantener el equilibrio o el trago se subiría pronto a su cabeza.
Empezaron a beber lentamente mientras comían y hablaban de trivialidades, antes de que los asistentes empezaran a subir a cantar.
Rieron de aquellos que cantaban fatal, se deslumbraron y aplaudieron a los que cantaban como si fuesen profesionales, y le dieron apoyo a quienes lo intentaban pese a la vergüenza que los dominaban. Se estaban divirtiendo en demasía, no lo podían negar. Hacía muchísimo tiempo que no se divertían tanto como esa noche.

Conforme fue entrando la noche, las copas de vodka empezaron a bajar con más afabilidad y rapidez. Las chicas estaban encantadas, pues siempre habían querido asistir a lugares así con una buena compañía y no ellas solas. Los hombres estaban fascinados con ellas y empezaban a preguntarse seriamente qué estaba pasando por sus mentes, en especial Roque, que la aventura que quería vivir con la rubia estaba sobrepasando todos sus límites.

Cuando Vuelvas Conmigo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora