Capítulo 1.

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Gabrielle.

Hoy es mi cumpleaños número veinte y lo pasaré como un día más, desde que murió padre mis cumpleaños han sido espantosos y más cuando cumplí quince años ese día fue el más traumante para mí y lo llevaré para el resto de mi vida.

Mi madre desde que murió mi padre cambió mucho, me trata mal y cada vez que tiene oportunidad me dice que debí morir en vez de nacer esas palabras me duelen mucho no entiendo por qué mi madre dice eso, si las madre aman a sus hijos y los protegen con locura, pero mi madre es diferente, no llevaba ni un año de muerto mi padre cuando mi madre trajo a vivir a mi padrastro Abel un maldito alcohólico que espero que en el infierno se pudra una y otra vez.

Estoy tratando de ahorrar lo más que se pueda para estudiar la universidad, nunca es tarde para estudiar, para hacerles sincera ya había ahorrado un poco de dinero para poder meterme a la universidad y estudiar lo que me apasiona, es ser una gran enfermera, pero un día Anel entro a mi habitación y husmeó todas mis cosas y encontró el dinero que tenía y lo tomo como si fuera de él y lo apostó todo en sus malditas apuestas cuando lo enfrente solo recibí una cachetada de mi madre y si fuera también recibí golpes de él y mi madre no hizo nada, no entendía cómo mi madre nunca impedía nada cuando él me golpeaba.

Salí a trabajar como lo hago todos los días, en las mañanas trabajo en una cafetería y en las noches en un restaurante mesera, ahí conocí a mi mejor amiga Jolie, es la mejor amiga me da los mejores consejos y muchas veces me a dicho que me salga de mi casa y que vivamos juntas, pero algo me lo impide y es dejar a mi madre, por qué tengo miedo de que vaya a morir de una sobredosis, desde la muerte de mi padre ella se volvió drogadicta y no dudó qué Abel la haya enviciado a la drogas no tengo pruebas pero tampoco dudas.

—Llegaste Gabrielle.

—Si, perdón por llegar tarde.

—Qué harás hoy en la noche por tu cumpleaños—pregunta Jolie.

—Nada, debo de trabajar por la noche en el restaurante y no me puedo dar el lujo de faltar, sabes que hoy es sábado y es cuando hay más gente.

—Por primera vez, hay que salir a festejar tú cumpleaños desde que te conocí y te la pasas puro trabajando.

Conocí a Jolie desde los 18 años, cuando empecé a trabajar en la cafetería y formamos una bonita amistad.

—Sabes que no puedo faltar al restaurante ocupo el dinero.

—Por este día falta.

—No lo sé.

—Anda vamos, acaban de abrir un nuevo bar y tengo ganas de ir.

—No lo sé Jolie.

—Te puedo dar mi paga, pero vamos.

—Sabes que no le recibiere tú también ocupas el dinero como yo.

—Entonces vamos.

—Está bien, vamos—ella insistió mucho y acepté la invitación.

—Saliendo de aquí, podemos ir a mi casa, para arreglarnos.

—Es una buena idea.

El tiempo pasó volando, terminamos nuestro turno en la cafetería y salimos, nos dirigimos al departamento de Jolie.

Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora