Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].

Capítulo 27.

Gabrielle.

Anoche estuvo muy agradable la cena con Dean, pero después de lo que pasó en su auto me dejó muchas cosas que pensar, por eso le pedí a Francis que me subiera el desayuno, no quise bajar a desayunar con los hermanos Moreau, por qué no quería encontrarme con Dean, moría de vergüenza y es que casi me besaba, pero no lo hizo, aunque hubiera preferido que lo hiciera, tan solo recordarlo hace que mi corazón lata fuertemente es que cuando era novia del imbecil de Fabien, nunca latió de esa manera como lo hace cuando estoy cerca de Dean, será qué me gusta.

—No, no, Gabrielle estás loca se te olvidó que es un completo idiota—dije saliendo de mis pensamientos.

Pero no puedo negar que es guapo y sexy, tiene un cuerpo muy trabajado, que cualquier mujer no se podría resistir.

Para borrar esos pensamientos, me acuesto a dormir un rato, abro los ojos, no sé cuánto tiempo había pasado de haberme quedado dormida, me levanto por qué se supone que las niñas ya tuvieron que llegar del colegio, me levanto de la cama y salgo de mi habitación y bajé a la sala donde me encuentro Alice sentada en el sillón leyendo un libro, me siento a su lado.

—Qué lees—preguntó.

—Un libro de misterio—dice.

—Está interesante—vuelvo a preguntar.

—Si está algo interesante.

Veo que Amelia no está con ella y es raro no verla juntas.

—¿Dónde está Amelia?—pregunté.

—Amelia está en sus clases de violín—dice Alice, me sorprendo un poco, no sabía que tocaba el violín.

—No sabía que tocaba en violín—dije.

—Apenas está aprendiendo, le rogó a Dean para que la metiera a clases para aprender a tocar el violín—dice Alice.

Ahora que los conozco un poco más, creo que Dean es imposible decirle que no a su hermana pequeña.

—Me imagino que le llevó mucho tiempo convencerlo para que la dejara ir—dije.

—No lo convenció tanto, la segunda vez que le insistió la inscribió a las clases.

—Oh de verdad—me sorprendo.

—Si, cambiando de tema como te fue ayer en la cena con mi hermano.

—Bien, fue muy agradable—dije.

—Me alegra escuchar eso, puedo saber a dónde te llevó a cenar.

—Oh claro, fuimos al restaurante donde antes trabajaba.

—Que tal está la comida—pregunta.

—Es demasiado delicioso para serte sincera, pedí una lasaña y no sabes lo deliciosa que estaba—dije emocionada y recordando la lasaña que ahora mismo se me antojó comer de nuevo.

—Hiciste que se me antojara, le pediré a Dean que nos lleve esta noche—dice Alice.

No sé de dónde saca un teléfono y le marca a su hermano pidiendo que, si esta noche las podría llevar al restaurante que fuimos anoche, por qué se le antoja probar la lasaña que le mencioné, Alice cuelga la llamada y estoy esperando para saber si acepto llevarlas, para hacerles sincera muero por ir con ellos, ese restaurante sin duda en uno de mis favoritos.

—Acepto—pregunté.

—Si, dijo que debemos estar listas cuando él llegue—chilla de felicidad.

—De verdad—no lo podía creer.