Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].

Capítulo 4.

Dean.

Ver entrar a Gabrielle y ver su rostro al verme y enfrentarme de una manera que nadien lo hace, me hacía quererla besar esa carnosos labios, a ver si así podía quitarse esa cara de enojo, pero la entendía un poco, después de lo qué pasó de esa noche y llegar a encontrarse al tipo al que le vomitó su auto y sus zapatos también pensaría que lo está haciendo por venganza.

Pero su madre la interrumpe y le explica lo que estaba pasando, ella rápidamente contestó que no ayudará Abel y que se rebuscara el sólo , ella tenía razón no era nada para ella, por qué ayudaría a un imbécil como él, su madre le dijo que era una egoísta cuando la egoísta era Edith y no Gabrielle no era su responsabilidad como lo dijo, no voy a negar que me dio mucho coraje cuando Edith golpea a Gabrielle y ella le guardo respeto, pero como esa chica puede guardarle respeto a esa hija de perra, ni es su madre, pero ahí me daba cuenta qué había algo que no cuadraba.

Gabrielle se negó ayudar al principio, pero al escuchar que a quien mataba primero, ella sólo aceptó no tenía otra opción, bueno si la tenía dejar a los dos que los matara ellos los merecían y así levanté mi sospecha Gabrielle no sabía qué Edith no era su madre, pero por qué no lo sabría, por qué se lo ocultaron.

Era mejor que Gabrielle estuviera conmigo que con ellos, que me está pasando por qué quiero cuidar a esa chica, mi rico durazno.

—Ella lo ara—dijo Edith.

—Bueno ya se pueden ir, me pueden dejar a solas con Gabrielle.

Antes de salir Edith se detiene.

—Oyes debes de darme otros 50,000 euros.

Qué tipa tan más ambiciosa.

Gabrielle la voltea a ver, con cara de decepción, no soltó ni una lágrima como lo había hecho hace un momento.

—Hablas enserio madre.

No dejó que Edith le contestara a Gabrielle, por qué le haría más daño, del que ya le había hecho.

—Lo tendrá, espérenlo afuera—ella salió con cara de felicidad quería pegarles un tiro en sus pequeñas cabezas, pero ellos necesitan sufrir como lo hizo mi durazno.

Robin sé acerca y en voz baja me dice.

—Dijiste que no aceptarías el trato, nosotros no hacemos esto.

—Dales el dinero que pidieron y luego ve a las bodegas, que hoy llega la mercancía.

—Me tienes que explicar, tú repentina decisión.

Robin sale de la oficina muy enojado y entiendo su enojo, dije que nunca aceptaría esto, no entiendo por qué lo hice, pero el jefe era yo.

Me quedé a solas con mi durazno, podía admirar su hermoso cuerpo y si que tenía un gran culo, quería ese culo en mi cara y follarla toda la noche, pero no creó que me aguante.

—Qué es lo que quieres de mi.

Me acerco a ella la toma de la cintura y la pegó a mi pecho, pude sentir su respiración, es hermosa, esos ojos gris que le convinan con su cabello plateado le queda perfecto, quería besarla y morder sus enormes labios.

—Luego lo sabrás, tenemos que irnos.

Salí del casino con Gabrielle y nos dirigimos a la mansión.

                                         💉
Gabrielle.

Llegamos a una casa es enorme, tiene un jardín muy grande y también tiene una piscina, es hermosa esta casa, él sí que tiene mucho dinero no duda en darle lo que pido mi madre, al entrar a la casa mire unas enormes escaleras y sus decoraciones eran sencillas, toda la casa están pintada de color blanco por dentro y por fuera.