Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].

Capítulo 26.

Dean

Cuando salgo del baño, encuentro ya dormida a Gabrielle, me alegra tenerla de nuevo con nosotros, sé que me la puso difícil para encontrarla, pero lo logré y gracias a mi pequeña hermana, me quedó mirándola como un tonto por un rato, como quisiera hacerla mía y eso aré.

Me acercó y le quitó un mechón que tiene en la cara, se ve tan jodidamente hermosa dormida, no sé cómo acercarme a ella y no comportarme con un completo idiota.

—No sé en qué momento me empezaste a gustar y ahora que regresaste a mi lado no te dejaré escapar—dije y le doy un beso en la frente.

Tomó una almohada y me acosté a dormir en el sillón, para darle su espacio, aunque deseo estar a su lado durmiendo.

♖
Me levanto del sillón y veo que Gabrielle sigue dormida, me dirijo al baño para darme una ducha, término de bañarme y voy a mi clóset, escogí unos una camisa color negra, unos zapatos del mismo color y un pantalón color azul marino, cuando salgo de mi clóset, miró a Gabrielle que ya despertó y me mira con cara de enojada, se ve tan tierna cuando se enoja u y maldice.

—Buenos días—dije con media sonrisa.

—No tiene nada de bueno, casi no puede dormir por las malditas esposas—dice enojada.

—Oh de verdad, yo te vi que dormías perfectamente, que déjame decirte que hasta estabas roncando.

—Yo no ronco y ya quítame estas malditas esposas —dice molesta.

Me acerco y le quitó las esposas, se levantó de la cama bruscamente.

—Bajemos a desayunar.

—Iré primero a bañarme—dice.

—No, bajemos a desayunar primero y después puedes bañarte.

—Cómo ordené su majestad, pero primero iré a cepillarme los dientes—dice con enfado y sale de la habitación y al salir azota la puerta—me suelto a reír.

Me dirijo al comedor donde mis hermanas me están esperando para desayunar y después llevarlas al colegio.

—Buenos días—dije.

—Buenos días Dean.

Alicia es la única que me responde por qué Amelia está entretenida con su perro pulgoso, no lo suelta para nada.

Francis llega con nuestro desayuno y no los deja en la mesa y se retira, en eso baja Gabrielle.

—Buenos días—dice

—Buenos días—responden mis dos hermanas, me siento un poco ofendido por parte de Amelia.

—Amelia puedes dejar un momento tu pulgoso perro.
—No es ningún pulgoso—dice y baja al perro y este huye de ella, parece que el pobre animal está enfadado.

Empezamos a desayunar y mis hermanas le están contando a Gabrielle que ya asistían al colegio, y Gabrielle les dice que esta feliz por ellas.

—Me siento feliz que asistan al colegio—dice feliz.

—Gracias Gabrielle—dice Amelia.

—¿Qué tal les va en el colegio? —pregunta con entusiasmo.

Mis hermanas le cuentan a Gabrielle que están muy felices de ir asistir nuevamente al colegio, y que ya hicieron amigos, me alegro que se encuentren felices, es lo que más me importa es su felicidad y que se encuentran bien de salud y que nada les pase.

Termino de desayunar y antes de levantarme de la silla le pido a Gabrielle que la espero en mi despacho tengo que hacer que firme unos documentos, para asegúrame que no se escapara de mi lado.