Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].

Capítulo 21.

Dean

Llegó a la mansión y bajo del auto, me dirijo a mi despacho, a esperar que llegue Albert con información que nos sirva para encontrar a Gabrielle a pasado un mes y mis hombres no han puedo encontrarla, han buscado en toda la maldita ciudad y no hay rastro de Gabrielle, no me explico cómo es que se haya escondido perfectamente bien, que no podemos encontrar ningún rastro de Gabrielle.

Estoy tan impaciente por que llegue Albert y saber que por fin la encontró o una información que nos pueda ayudar a dar con Gabrielle, para calmar un poco mi paciencia tomo un vaso y me sirvo whisky, le doy un trago y escucho que alguien abre la puerta volteo para ver quién es y veo a mi hermana Alice entrar.

—Encontraron a Gabrielle—pregunta.

—Todavía no Alice, por favor déjame solo.

—Ya deja de buscarla Dean, nunca encontrarás a Gabrielle.

—La encontraré Alice.

—La dudo mucho que la encuentres hermanito llevas un mes buscándola, con los inútiles de tus hombres y no han podido encontrarla—dice burlándose.

En parte tiene razón Alice en decirme que mis hombres son inútiles y en eso estoy de acuerdo con ella.

—Te aseguro que la encontré Alice.

—Ya resignate que no la encontraste, si se escapó fue por algo.

—No me resignare Alice, haré todo lo posible para encontrarla, ahora largo de aquí—le gritó.

—Espero que nunca la encuentres Dean—grita y sale del despacho y avienta la puerta.

Cuando sale del despacho golpeó el escritorio varias veces y jaló mi cabello por lo enojado que estoy, sé que mi hermana miente cuando me dice que nunca encontré a Gabrielle, sé que ella quiere que la encuentre lo noto en sus ojos, solo está enojada y frustrada, como lo estoy yo, porque todavía no la he encontrado.

Tocan la puerta nuevamente, suspiro y espero que ahora sí sea Albert.

—Adelante.

—Señor.

—Dime qué información encontraste—pregunté con desesperación.

—Ninguna señor.

—Son unos inútiles—le gritó.

—Hacemos todo lo posible por encontrar a la señorita.

—Pues no parece maldita sea—vuelvo a gritar y jalo mi cabello, por la frustración que siento.

—Le pido que se calme señor, la ventaja que tenemos es que todavía no sale de Francia, le prometo que pronto la encontraremos.

—Qué novedades tiene Adam—pregunté.

—Recorrió todo el pueblo, también preguntó en cada uno de los establecimientos, pero al parecer nadie la ha visto.

—Pues dile que no regrese hasta que la encuentre.

—Entendido señor.

—Largo que quiero estar solo.

—Sí señor.

Albert se voltea para irse, pero se detiene y voltea para decirme una última cosa.

—Señor se me olvidaba decirle que Adam también me informó, que viajará a Colmar es el último lugar que le falta por recorrer y que dejaría algunos hombres para que siguieran vigilando el pueblo donde se encuentran, le pedí que me nos informará cualquier cosa.

—Cualquier cosa que me informe, no importa la hora y recuérdale que su tiempo se está acabando.

—Si señor, me retiro.