Me escaparé antes de ser tuya. [En proceso].

Capítulo 34.

Dean

Cuando salgo del despacho y veo a Gabrielle entrar por la puerta, trae puesta una chamarra que reconozco al instante, recuerdo que Gabrielle me había dicho que saldría con su amiga. Mi cabeza empieza a imaginar muchos escenarios con el maldito de Robin, que espero que no haya pasado nada de lo que me estoy imaginando, por qué si es haci lo matera por traicionarme, me acercó a Gabrielle, la tomó del brazo, por dentro tengo una rabia, que siento ahora mismo quiero ir a matar a Robin, pero debe tranquilizarme..

Empiezo a preguntarle dónde estaba y me contesta que estuvo con su amiga pero no le creo, hasta me dice que le puedo preguntar a Albert, obviamente le iba a preguntar, pero cuando se da cuenta de por qué estaba furiosa, me dice explica que se encontró al idiota de mi amigo en el mismo lugar donde estaban ellas y que muy amable le prestó su chamarra, le ordenó que se vaya a bañar por que apesta a perfume barato, como suele decirme ella, pero me dejó su respuesta me dejó algo de sorprendió, tenía razón pero no se la iba a dar, Gabrielle meda la charrada y se va marcha y aviento la chamarra al sillón.

Voy al pequeño bar que mi padre diseñó en la mansión y me tomo un vaso de whisky, para bajar mi enojo y espero que cuando suba Gabrielle ya esté bañada, me sirvo otro vaso de whisky y me lo tomo de un solo trago, subo a la habitación, al entrar Gabrielle sale del baño, con una bata puesta, me acerco a ella.

—Así hueles mejor—dijo.

—Olería mejor si es de tu aroma—susurra en mi odio hace que me excite.

La tomó de la cintura y la pego a mi cuerpo, para que sienta mi erección, con lo que provoca con tan solo su susurro.

—Mira lo que provocas en mí—dije y pongo su mano en mi erección.

Gabrielle sonríe antes mis palabras, hace a un lado su cabello húmedo, empiezo a dejar besos húmedos por todo su cuello, Gabrielle se muerde su labio inferior.

Subo mi mano por su muslo hasta llegar a su coño, noto lo mojada que está, estampo mis labios con los suyos, empiezo a frotar mis dedos en su clítoris, Gabrielle suelta un gemido, introduzco dos de mis dedos en su coño de una sola estocada, Gabrielle clava sus uñas en mi brazo.

—¿Por qué no los mueves?—pregunta.

—Quieres que mueva mis dedos dentro de tu coño—dije y chupó su oreja.

—Si hazlo ya maldita sea—dice.

—Quiero escuchar decir a mi mujer que nunca usará ropa de otro hombre más que la mía—dije.

—Estás exagerando Dean.

—Esa no es la respuesta que quiero, lo repetiré nuevamente, nunca usaré la ropa de otro hombre, más que la de su hombre.

—Maldita sea Dean mueve tus malditos dedos—dice molesta.

—No te he escuchado.

—No usaré ropa que sea de otro hombre más que la tuya—dice y sonrió.

Empiezo a mover mis dedos rápidamente dentro de su coño y Gabrielle se retuerce en mi cuerpo.

—Dean creo que me vendré—dice.

—Todavía no te doy permiso de hacerlo—dije.

—No aguanto más—dice.

—Hazlo ya.

Sacó mis dedos dentro de su coño y Gabrielle se corrió y le doy un salvaje beso.

—Ahora quiero que me cojas—dice con la voz agüitado.

—Está noche no.

—¿Por qué?—pregunta.

—¿Por qué te portaste mal?.