Lisa, una artista que no ha pintado un solo cuadro desde aquel terrible accidente, se ve obligada a alquilar una habitación en su casa de campo a Jennie, una mujer de Nueva York con una vida muy mediática, quien huye de su boda, a escasos minutos de...
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La navidad es un momento de felicidad en el que los familiares y amigos se juntan después de no haberse visto en años. Es el momento en el que millones de personas vuelven a casa después de haber estado alejados de sus hogares por meses y algunos incluso por años.
Esos reencuentros en el aeropuerto con tu pareja o amigos, madre o hijo que duran escasos segundos a comparación del tiempo de separación que se a vivido. Esas horas eternas hablando tras la pantalla de un teléfono y hay algunos que ni ver sus caras pueden.
La navidad es el momento en el que todo lo monótono y triste se desvanece. Los regalos y la inocencia de los niños dan alegría a las reuniones familiares, al igual que la falta de los familiares que este año nos dejaron, nos llenan de tristeza.
La confianza vuelve y el amor vuelve a sentirse justo en el tiempo más triste y frío.
Ahora bien.
No siempre el reencuentro familiar es tan alegre como parece.
Por ejemplo, ¿Qué pensaba Lisa de la navidad?
Para ella el periodo navideño, donde el pueblo se llenaba de turistas para ver la luces de navidad, era horroroso. No le gustaba la gente, odiaba sentir que a cada paso que daba por las calles abarrotadas de gente, sentía un codazo en su costado o un pisotón intencionado...
LO ODIABA.
Por eso, siempre que llegaba estas épocas en las que la gente era feliz gastándose el dinero para comprarle cosas a su hermano o su hermana que no le caía bien. Se encerraba en su casa junto a su perro para evadirse del mundo por un tiempo, hasta poder volver al trabajo después de las vacaciones.
Aunque ahora trabajase en esa ferretería, donde lo mínimo que le podían pedir eran repuestos de esquíes o luces de navidad. Prefería sumirse en la monótona rutina que salir fuera y saludar a sus vecinos a quienes también odiaba.
Sí, Lisa era El Grinch en persona.
Así que os podéis imaginar lo que sintió cuando Jennie le trajo un regalo del pueblo al que había ido aún estando enferma junto a Rosé.
Pero me estoy adelantado a los acontecimientos... Veamos lo que Rosé y Jennie hacen en una tarde en el pueblo el cual Lisa tanto odiaba.
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[...]
Rosé había llevado a Jennie a la tienda de ropa donde todo el mundo se compraba ropa. Si, a diferencia de la gran ciudad, donde habían tiendas en cada calle por donde pisas. El pueblo contaba solo con solo una tienda de ropa, y no precisamente de alta costura para disgusto de Jennie.
