Capítulo 14 - Que nadie se entere

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El sol incidió en la habitación, iluminándola con una tenue luz que hizo despertar a Lisa

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El sol incidió en la habitación, iluminándola con una tenue luz que hizo despertar a Lisa. Hoy hacía más frío de lo normal, todo su cuerpo se erizó al notar el frío de la mañana invadirle de golpe, ya que tan solo le cubría una manta... No tenía nada de ganas de levantarse, así que se removió en la cama, tapándose con la manta hasta la cabeza. Algo la descolocó e impidió que siguiera durmiendo con total comodidad. Abrió los ojos, y observó cómo Jennie dormía plácidamente a su izquierda.

Sonrió.

La castaña parecía estar totalmente cómoda, dormía plácidamente agarrada a la almohada que le había arrebatado. Tenía el pelo revuelto y los labios entreabiertos, soltando leves jadeos que no pasaban desapercibida por la más alta, Lisa se sentía feliz al verla de aquella manera a su lado. Se dió cuenta que sus piernas estaban totalmente estiradas, ocupando más de la mitad de la cama, el espacio que Lisa tenía eran de apenas unos centímetros. La colcha estaba toda revuelta hacia un lado, tapando solamente a la castaña. Por eso sentía tanto frío...

— Jen... - susurró zarandeándola despacio pero no contestó — Jen... Estas ocupando toda la cama...

— Mmm... — quejó, aún dormida.

— Jennie... Hey — la zarandeó con más fuerza pero está solo se dió la vuelta, arrebatándole también la manta, destapandola completamente. — Oye, al menos comparte...

Lisa intentó arrebatarle el edredón pero esta lo tenía agarrado tan fuerte que le era imposible. Se acercó hasta el cuerpo de la morena y intentó abrazarla para entrar en calor.

— Jen, me estoy muriendo de frío. — le susurró al odio.

— Mmm... — Jennie se giró aún dormida y al instante la envolvió con la colcha como un animal atrapando a su presa.

Abrazó a Lisa contra su pecho tan fuerte que la más alta sintió que le faltaba la respiración. Se alejó de los brazos de la castaña, quedando las dos cara cara.

— Gracias... — la rubia besó su frente con ternura y se acurrucó contra su cuerpo. Entrelazando sus piernas hasta encajar a la perfección entre sus brazos.

— Te mueves mucho... — La morena le reprochó.

— Perdón.

La más baja abrió los ojos y la observó. Su rostro estaba relativamente cerca, la morena se  alteró un poco por la cercanía en la que se encontraba Lisa. La rubia la observaba dormir plácidamente y eso pareció inquietarle un poco.

— ¿Me espías mientras duermo?

— No

— ¿No?

— No, solo te observo. — la más baja rió contagiando a Lisa. — ¿Quieres que pare de hacerlo?

— No

𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨  -  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora