Lisa, una artista que no ha pintado un solo cuadro desde aquel terrible accidente, se ve obligada a alquilar una habitación en su casa de campo a Jennie, una mujer de Nueva York con una vida muy mediática, quien huye de su boda, a escasos minutos de...
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Lo importante de las relaciones es cómo cooperan entre ellos. Cómo se adaptan a los problemas y buscan soluciones en conjunto para salir a flote con forme pueden. Para muchos esto es un hecho, pero otros, la cooperación y la capacidad de entendimiento solo la tiene una persona. Esa llamada, media naranja que es la encargada de afrontar la tormenta por los dos.
La pirámide de cartas se contribuye paso a paso, preparando una base sólida donde los traumas y las emociones se deben tratar para poder transformar aquellos traumas en cartas sólidas que aguanten toda la baraja. Cuando solo uno de los pilares esenciales falla, por mucho que tengas construido y solucionado, tarde o temprano toda la pirámide se caerá.
No se puede culpar a externos por este problema, es algo que se tiene que solucionar gracias a tu capacidad de razonamiento.
Si tu juicio se a nublado por el dolor, no conseguirás volver a levantarte. No conseguirás volver a reconstruir la pirámide si no tienes cuidado, si tú pulso no es el adecuado y tus manos tiemblan...
Nada volverá a ser como antes y hasta un simple soplo de viento te romperá en mil pedazos.
— No puedo creer que me lo escondieras durante todo este tiempo. — Jennie se giró en su asiento con aquella tarjeta en sus manos. — ¿Desde cuando lo pensaste?
— Cuando te regalé el piano, estuve pensando en algo parecido... Rosé simplemente me ayudó a escoger el lugar — Alzo los hombros indiferente.
Jennie se aproximó a ella y la sostuvo de las mejillas.
— Gracias, mi amor... — besó sus labios con delicadeza. Lisa sonrió.
— Dejad vuestras muestras de amor en privado por favor. Desprendéis tanta felicidad que seguro en un rato voy a vomitar arcoíris. — Jisoo alzó la voz mientras guardaba su maleta en el altillo del avión.
Jennie rió por el comentario de su hermana a la vez que apoyó su cabeza en el hombro de Lisa.
— ¿Qué pasa Kim? Pareces amargada. — rió al ver cómo Jisoo intentaba meter a golpes su maleta.
— Manobal no te pases — de un puñetazo metió hasta el fondo la maleta y consiguió cerrar el armario. — Joder...
— No le hace gracia viajar, siempre lo ha odiado. — Jennie contestó riendo.
— Odio los aviones. — se sentó en el asiento libre detrás de jennie, junto a la ventana.
Rosé se acomodó a su lado y se relajó.
— No los odias, te dan miedo.
— No es verdad. — quejó pegándole una patada al asiento de su hermana.
— Si lo es.
— Cállate enana. — cruzó los brazos enfadada.
— Soy más alta que tú, por dos centímetros- se burló sacándole la lengua.
